Su Min se sentía cohibida y asustada. Cohibida por la espalda desnuda de Jimin, que gracias a la luz del día que comenzaba a filtrarse, le dejaba ver a la perfección los hoyuelos que se le formaban en su espalda baja. Y asustada, asustada de sus latidos traicioneros y su inevitable sonrojo que lo sentía como dos pañuelos calientes sobre su rostro porque temía ser atrapada.
Hacía un paseo rigoroso, detallando cada parte de su cuerpo que era visible, como si de pronto pudiera perderse de algo. Observando en silencio, escuchando como sus latidos se escuchaban por toda la habitación, una sonrisa cruzó su rostro al ver como Jimin abrazaba una almohada, aferrándola a su regazo como si estuviera abrazando a alguien. Por un segundo pensó que quizás ella podría reemplazar aquella almohada, y como si el pensamiento hubiera hecho eco, Jimin da un movimiento rápido para quedar boca arriba, lo que al mismo tiempo obligó a reaccionar rápido a la intrusa.
Lo primero que se le vino a la mente fue acostarse en el piso para evitar ser vista, así que lo siguiente que hizo fue arrastrarse como los militares. Lo que prácticamente podía parecerse a lo que estaba viviendo en ese instante. Ella se escondía de Jimin como si fuera el enemigo.
Ahora estaba en el espacio que había entre el armario y la cama. Da un rápido vistazo a Jimin, verificando de esa manera que seguía dormido, mas lo que hizo que se mordiera las uñas con desesperación, fue el notar que la cara de Jimin daba a la puerta, lo que significaba que si él se despertaba podría verla inmediatamente.
—Mataré a Harumi —susurra para sí misma, sintiendo el enojo que comenzaba emerger de ella.
Entonces recordó que Harumi hablaba sobre la llave cuando venía hacía la habitación. Y entendió que desde entonces su amiga quería hacerle una trampa y ella sin percatarlo cayó en la trampa sin tanto esfuerzo. Gruñe con enojo y de nuevo levanta su cabeza para poder ver el estado de Jimin. Seguía en la misma posición.
— ¿Dónde diablos decía Harumi que estaba la llave? —poniendo su mano en la cama, y mirando al suelo pensativa como si de él pudiera encontrar respuesta, traga fuertemente cuando recuerda el lugar de la llave. El recuerdo la altera tanto que se toma la cabeza con las manos y maldice por lo bajo a su amiga.
De nuevo levanta su cabeza y mira hacia el estante, que ahora parecía más alto de lo que antes lo había visto.
—Tal vez me podría ir sin bañarme —medita, mirando ahora la puerta con ilusión. —Sí, eso haré. ¿Por qué no lo pensé antes?
Ahora el sentimiento era de resolución y el alivio que sentía por no tener que ir a tomar la llave la embarga totalmente hasta hacerla sonreír. Avanza gateando, aunque lentamente, y echa un vistazo a Jimin para luego poner su vista en la puerta. Sin embargo, no siempre todo sale bien como se planea. El sonido de sabanas siendo removidas la alarmó haciéndola detener en su lugar y regresar su vista atrás. Jimin se encontraba sentado en la cama, sobando sus manos por toda su cara. Pensó que se atragantaba cuando regresó por donde había venido porque la imagen del torso lechoso y desnudo de Jimin la estaba torturando.
—Santo cielo —susurró para sí misma, para luego poner sus manos en su boca, asombrada.
Notó que Jimin se levantaba para luego adentrarse al baño que quedaba cerca del closet. Que si Jimin no estuviera adormilado, con los ojos cerrados, la hubiera podido notar inmediatamente.
Este es el momento, su mente le gritaba. Y asustada, con las manos sudándole, corrió en puntillas hacia el estante para no ser escuchada, y tanteo como pudo el primer compartimiento. Sin lograr alcanzarlo, porque era demasiado baja, sintió como dos manos la alzaban hasta tocar la blanda superficie de la cama bajo sus pies. Sintió que de repente la tensión le había bajado, lo que provocó que se tambaleara y perdiera estabilidad, sin embargo aquellas manos que la habían sujetado fuertemente hace unos segundos atrás, la atrajeron a un espacio y a un corazón.
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ーwinter bird; pjm♡
FanfictionDos lágrimas diáfanas, lentas por sus mejillas resbalaron. Las palabras del ángel, sin ser pronunciadas pero que Jimin las había captado por la firmeza de su mirada, una realidad que le sacudió como un torbellino y sintió ser lanzado lejos de Su Min...