Non-Ethereal » Min Yoongi 《CLOSED》

18. 천상의

Alice

Sí, me besó... para después apartarse de mí, acomodar su cabeza en la almohada y quedarse dormido como si una bruja le hubiera tocado con una varita mágica. Mis ojos, abiertos de par en par y brillantes por el cúmulo de sensaciones que acababa de vivir, se quedaron clavados en el chico que en menos de un segundo se había quedado con la boca entreabierta y respiraba profundamente como un oso en plena hibernación. ¿Qué acababa de pasar?

Incapaz de creerlo, cerré los ojos con fuerza y agité la cabeza. ¡Será imbécil...! Le cogí por los hombros y empecé a zarandearle un minuto después, cuando conseguir reaccionar tras el shock. Min Yoongi me había besado, ¡y él ni siquiera se había dado cuenta! ¡Estúpido, estúpido, estúpido...!

—¡No te duermas, tonto! —espeté embriagada por las hormonas que revoloteaban por todo mi cuerpo.

Él soltó un simple gruñido y se removió en el sitio, como si quisiera zafarse de mí. Sin embargo, yo no podía pensar con claridad así que seguí zarandeándole hasta que emitió una respuesta clara.

—Déjame dormir, por lo que más quieras...

—¡¿Es que no te enteras de nada?! ¡Podría haber un terremoto y tú seguirías dormido como una marmota! —exploté en cólera, aún con el roce de sus labios grabado en mi piel.

—Haces mucho ruido —masculló, enterrando la cabeza en la almohada.

—¡Obviamente! ¡Yoongi! ¡Yoongi!

—Qué quieres...

—Respóndeme a una pregunta y te dejaré dormir, ¿de acuerdo?

—Siempre preguntas, una y otra vez... —volvió a dejar ver su cara sobre la almohada, pero no abrió los ojos. Su voz sonaba ronca, como si estuviera a punto de volver a caer en ese sueño reparador que se apoderaba de él con tanta facilidad—. Cierra el puto pico, Alice in Wonderland.

—¡Serás cabr-!

En ese preciso momento en el que mi garganta estaba a punto de explotar en insultos y maldiciones, dejó caer con pesadez su brazo sobre mi costado. Emitió un casi inaudible "shh" para que dejara de replicar todo lo que decía, y juntó su cuerpo al mío con fuerza, haciendo que casi me ahogara por la presión. Era un abrazo brusco, pero al fin y al cabo era un abrazo. No me moví en absoluto hasta que pude entender todo lo que estaba sucediendo.

—Yoongi, me aplastas —susurré.

—Abrázame y duérmete, pesada.

Yoongi, que tenía su cabeza apoyada sobre la mía, se acurrucó junto a mí sin separarse un ápice con intención de ignorarme y volver a dormirse. A decir verdad, me encontraba en un estado de nervios tan grande que no sería capaz de caer en los brazos de Morfeo ni aunque me tomara un litro de tila.

Parpadeé al darme cuenta de que en aquella posición escuchaba los latidos de su corazón. No sabía si había estado tan cerca de él en algún otro momento, pero sentí que aquella era la cúspide; un sentimiento extraño que no había experimentado en mucho tiempo recorrió mi columna vertebral en forma de agradable escalofrío.

No pude hacer otra cosa que aprovechar el momento y rezar para que aquellos segundos fueran un poco más largos de lo que la vida me ofrecía. Me quedé allí, atrapada entre sus brazos y rodeándole con los míos, hipnotizada por el sonido de su respiración y las palpitaciones de su cuerpo, hasta que caí, junto a él, en un profundo sueño del que, en realidad, no me quería despertar.

|...|

Yoongi

Solo me desperté cuando me di cuenta de que llevaba demasiado tiempo durmiendo. A pesar de que podría haberme quedado así durante un puñetero siglo, mis ojos se abrieron al notar que no estaba solo. Aquella salida de la rutina que no llegué a entender hasta que pude recordar el día anterior fue la que hizo que mis sentidos se pusieran alerta.