A Beber Se Ha Dicho

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¿no les ha pasado que cuando se acuerdan de alguien, comienzas a soltar suspiros perdidos y tus ojos están perdidos en la imagen de esa persona? Casi con una cara de idiota enamorado. Exacto, eso mismo le pasaba al gran Viktor Nikiforov hijo del  empresario multimillonario Vitaly Nikiforov.

Ese Peliplateado que miraba inocentemente por la ventana, planeaba una excusa para volver a ver a ese hermoso cantinero Japonés cuyo nombre es Yuuri.
Estaban tan perdido en los orbes avellana, que nunca se dio cuenta de que tocaban a la puerta de su oficina.

Un hombre alto, Ruso, ojos azules, pelo negro, nariz respingada y piel blanca entro por la puerta de la grandiosa oficina. Al no verse atendido, ni con la atención del peliplateado, optó por acercarse y tocar el hombro del susodicho.

—¿viktor? ¿estas bien? –los orbes zafiro y azules chocaron, mientras que el pelinegro tenia una expresión preocupada en el rostro.

—¿he? ¡georgi!¿cuando entraste? –el peliplateado sonrió ampliamente, mientras abrazaba al hombre que estaba delante suyo.

—viktor, llevo 10 minutos tocando a tu puerta. Como vi que no respondas, opte por entrar, y al entrar dije varias veces tu nombre para que voltearas, pero no mirabas hacia aquí, así que me acerque y tuve que moverte para que me hicieras caso...—

—¿en serio? –sorprendido, se despego del pelinegro, para retomar su lugar en el sillón de cuero —de verdad lo siento Georgi...—

—no te preocupes... Aunque.. ¿de verdad estas bien? Estabas demasiado distraído.. Fue algo raro de tu parte, ya que siempre estas muy atento. Y además, tenias una leve sonrisa, pero podía notar mucha felicidad en ella..  –el pelinegro sonrió de forma cómplice al entender el porque de la expresión del Ruso mayor —¿en quien pensabas viktor? —

—¡¿HE!? ¡¿YO?! ¡¿PENSAR EN ALGUIEN?! ¡puff! Para nada... Estaba pensando en algunos trabajos, es por eso que estaba tan distraído —

Al verse acorralado por las certeras palabras del pelinegro, sus mejillas ardieron en un intenso carmesí, que se volvió tono de burla y alegría por parte del pelinegro al no ver desde hace años con una sonrisa sincera a su amigo peliplateado, casi hermano de la infancia.

—viktor, es mas que obvio, no me mientas. Sabes que puedes contarme cualquier cosa, no te juzgare—

—esta bien, me atrapaste.
Ayer acompañe a Bishamon y sus amigas a un bar que esta cerca de la playa de Hasetsu... Cuando entramos, vi a un hermoso japonés... –El ruso tenia la expresión mas linda, de esas que ponen los enamorados al hablar de su pareja. Este simple acto removió el corazón del pelinegro, sintiendo felicidad por el peliplateado —era hermoso Georgi, ninguna persona se podrá comparar con el encanto que tenia este chico. Sus hermosos ojos chocolatosos, sus labios delgados y rosados, sus mejillas regordetas, su cabello negro y sedoso...
Es el ser mas hermoso que he visto, es tan lindo. Me encanto su voz cuando me ofreció una bebida, hasta me saco platica, me aconsejo con algunos problemas... Es bellísimo... Y además ¡SU TRASERO! —

el peliplateado rodaba por todo el sillón como una colegiala enamorada, eso si, sin borrar la enorme sonrisa sincera que emanaba su rostro. El pelinegro, al notar esa felicidad, sonrió cómplice a las palabras del Ruso mayor

—me alegro mucho por ti viktor, no importa si es hombre o mujer, con tal de que siempre te tenga con esa enorme sonrisa y ese brillo en los ojos.. Todo estará bien. Debes ser feliz, y por lo que noto.. El es el indicado—

El Ruso mayor se conmovió ante tales palabras, que sus orbes zafiro se volvieron acuosos a causa de las lágrimas traicioneras que se aproximaban

El Cantinero [AU viktuuri] [M-preg] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora