MARATÓN 2/2
Jade trasladó toda su vida a Ohio un jueves a finales de octubre. Después de pasarse las últimas cinco semanas empaquetando, haciendo listas, llamando a la gente, tratando con compañías de mudanzas y con inmobiliarias. Perrie le había dicho que en septiembre que podía esperar hasta la primavera para mudarse, como si fuera una concesión que le hacía o como si le estuviera dando permiso. No se daba cuenta de que eso era decisión de Jade. Y ella lo veía de otra forma. Esperar hasta primavera suponía otros seis meses, mucho tiempo en la vida de dos bebés. Sus amigos y compañeros de trabajo se mostraron extrañados y preocupados con el repentino cambio. Sus preguntas eran estresantes y decidió que necesitaba fijar una fecha cuanto antes. Su madre se había mostrado escéptica acerca del traslado y la había desanimado. No dejaba de preguntarle por teléfono si creía de verdad que era importante darle una hermana Amelia.
"Perrie y yo creemos que sí." respondí de nueva cuenta una cansada Jade.
"Pero siempre decías que las dos iban a estar muy bien solas, que no necesitabas a nadie, que te valdrías por ti misma... Aunque yo nunca estuve de acuerdo. Y ahora cambias completamente de opinión."
El caso era que su brújula emocional señalaba en una dirección: hacia Ohio. Donde las niñas podrían ser hermanas y tendrían la oportunidad de establecer las bases para una relación que podría ser la más duradera de su vida. Así evitaba, además, tener que meter a su hija en un avión cada dos por tres. No podía saber si sería un error o un acierto pero sabía que tenía que intentarlo.
La verdad era que Perrie parecía entenderlo bien todo.
"Manda tus cosas antes y me encargaré de estar allí cuando lleguen "le dijo. "Les preparé el dormitorio para que esté listo cuando vengan. Tenemos que intentar ser prácticos. El resto puede esperar." Jade y Amelia viajaron en avión hasta Minnesota y desde ahí tardaron dos días en conducir. El jueves por la noche se alojaron en un hostal de Bloomington, en el estado de Illinois. Amelia se despertó muy pronto a la mañana siguiente y Jade le puso un conjunto de vestido de algodón y leotardos a juego en blanco y rosa. Lo había preparado especialmente para ese día. Pararon a desayunar en Champaign y Jamie durmió una siesta de tres horas en el coche. Eso le dio tiempo a Jade para adelantar bastante trayecto y llegaron a Columbus a media tarde, cuando la niña ya no aguantaba ni un minuto más metida en el coche. Jade también estaba agotada. Le dolía la cabeza y tenía agujetas en las piernas. Además, estaba nerviosa. Tenía un nudo en el estómago y sudor frío en las manos. Perrie le había indicado con claridad cómo llegar a su barrio. Parecía tranquilo y estaba lleno de árboles. Era un día nublado y hacía fresco, el típico clima otoñal. Montones de hojas en tonos anaranjados y dorados se apilaban entre los árboles ya desnudos. A pesar de todo, la temperatura era mucho más agradable que en South Shields esa misma semana.
Llegó a la calle de Perrie. Un hombre trabajaba en su jardín. Un niño pasó con su bicicleta morada sobre la acera. Buscaba el número 1654. Y allí estaba. Era una casa de piedra beige, con contraventana de color azul, un empinado tejado de pizarra y césped y árboles frente a la entrada. Se veía un jardín vallado en la parte de atrás. Aparcó a la entrada del garaje y se acercó hasta la puerta con Amelia de la mano. En cuanto llamó al timbre oyó los pasos de Perrie en el interior, que abrió la puerta al momento.
"Hola "saludó Perrie mientras sus ojos se cruzaban un segundo.
Parecía preocupada. Levantó la mano para saludarla. Jade recordó de pronto los días pasados en South Shields y aquello la desconcertó. Había olvidado la fortaleza que desprendía su presencia y cómo su propio cuerpo reaccionaba al verla. Tenía un móvil en la oreja y comenzó a hablar sin parar sobre lo que parecían temas de construcción. Hablaba de números, cantidades y códigos. Llevaba vaqueros, un jersey negro y una cazadora gris. Parecía que acababa de llegar a casa o que estaba a punto de irse. No vio a su hija por ninguna parte.
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Our twins || Jerrie ✔️
FanfictionSólo unos días antes, Jade Thirlwall no había oído jamás el nombre de Perrie Edwards, pero si lo que decía era cierto, su vida cuidadosamente organizada estaba a punto de dar un giro radical. Con sólo ver a la pequeña de pelo sedoso que Perrie tenía...