"No... No lo sé." admitió ella.
"No me lo creo. Sí que lo sabes. ¡Claro que sí!"
"Ya te he hablado de Sam. Sacaste cosas que había en mí... Me ayudaste a decir más y a ver más en Sam y en mi matrimonio de lo que nadie había logrado. Y tienes razón. Mi matrimonio fue un fracaso." confesó Jade cansada.
"Muy bien. Lo has dicho." pero Jade pareció ignorarla.
"Y acabé tan enferma de que nadie me escuchara que... ¡Que dejé de hablar! ¿Entiendes por qué me pasaría eso? Y después, empecé a entender lo que pasaba pero seguí actuando igual. No podía abrirme de nuevo y expresar lo que sentía. Intenté decírtelo. Un par de veces. Reunía el valor para decírtelo pero después algo pasaba..." Perrie la cortó de nuevo.
"De nuevo, ¡qué casualidad!"
"Sí, es verdad, así me era más cómodo. Me agarraba a esas distracciones, como cuando me besabas y... perdía todo el coraje." Jade admitió con la voz casi inaudible.
"Pero ¿por qué tenías miedo a lo que yo pudiera decir? No hay muchas opciones." Perrie trató de sonar compresiva, su voz se había suavizado.
"Bueno, podías haberme dicho que estaba exagerando con el doctor Peel y convencerme para que me operara en Columbus. O podías haber..."
"¿Y eso te habría destrozado?" ella la observó detenidamente.
"¿Lo habrías dicho?"
"No, si era importante para ti que lo hiciera la doctora Clinton." le dijo acariciando suavemente su mejilla, apenas fue un roce pero Jade se sintió en casa.
"Crichton." corrigió Jade con una risita.
"Sí, vale, como sea." Perrie también rió.
"Quizá sólo tenía miedo de que me decepcionaras. De darme cuenta de que no sabías escuchar. Sé que parece una tontería y no sé cómo explicarte por qué esto es tan difícil para mí, Perrie. Sé que no eres Sam. Y sé que yo no soy Alex."
"Sí, éste es nuestro matrimonio y lo arruinaremos a nuestra manera, ¿verdad? "dijo ella repitiendo las palabras de esa misma mañana.
"Así es. Lo que pasa es que no quiero que eso ocurra "dijo Jade mirándola y después a las niñas.
"Yo tampoco, además que tal si los hombres eran los del problema de nuestras antiguas relaciones y... sorpresa esta vez ambas somos mujeres" intentó bromear Perrie y Jade asintió con una sonrisa.
Se quedaron calladas un instante, sabiendo que en realidad no habían aclarado nada sobre su futuro.
"Bueno, ¿y la operación? ¿Cuándo es? "preguntó Perrie cambiando de tema.
"Mañana tengo un examen rutinario. Si todo está bien no puedo comer nada desde la medianoche de mañana. Tengo que estar en el hospital el viernes a las siete de la mañana. Lo más seguro es que me den el alta el sábado y vuelvo a Ohio el miércoles. Pero, bueno, eso ya lo sabías." Jade se encogió de hombros quitándole importancia.
"Sí, pero tenía una idea muy equivocada sobre lo que ibas a estar haciendo aquí. ¿No deberías esperar hasta más tarde para volar?" Perrie le tomó la mano mostrándole su preocupación por todo aquel asunto.
"Lo he preguntado y tengo el visto bueno de la doctora Crichton. Estaré bien." Perrie gruñó al oírla.
"Debería haber policía del lenguaje y que te metieran en la cárcel cada vez que usaras esa palabra."
"¿Qué palabra?"
"Bien "dijo dándole la espalda". ¿Tienes idea de cuántas veces la usas? «Todo está bien». «Me parece bien». «Estoy bien». La usas sobre todo cuando no es verdad. Ojalá descubras por qué lo haces. Muy bien, entonces te llevaré al médico mañana y estaré con las niñas mientras te hacen el chequeo." declaró Perrie quitándole importancia al asunto.
"Iba a dejar a Amelia en casa de una amiga."
"Bueno, a lo mejor puedes hacerlo luego y, con suerte, también podrá ir Alexa. Pero deja que te acompañe al médico, ¿de acuerdo? No te lo estoy exigiendo, te lo estoy pidiendo. Quiero estar allí. Y también te llevaré al hospital el viernes. Y estaré a tu lado cuando te despiertes, si me dejan. Por cierto, me voy a quedar en tu mismo hotel. En la misma planta pero en distinta habitación. Que es una metáfora bastante precisa del momento que nuestro matrimonio atraviesa. ¿No te parece?"
Jade estaba de acuerdo.
***21 votos y actualizo. C:
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Our twins || Jerrie ✔️
FanfictionSólo unos días antes, Jade Thirlwall no había oído jamás el nombre de Perrie Edwards, pero si lo que decía era cierto, su vida cuidadosamente organizada estaba a punto de dar un giro radical. Con sólo ver a la pequeña de pelo sedoso que Perrie tenía...