Cáncer

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Jade llamó a la guardería "La Ludoteca Infantil" el lunes por la mañana para decirles que aceptaba el empleo.

Aún no se lo había dicho a Perrie y se acordó de que ella pensaba que el silencio era una forma de mentir. Para Jade, sin embargo, el silencio era protección. Sólo intentaba no tener que depender de nadie y que fuera ella la que tomará las decisiones sobre su vida.

Empezaba a entender lo arraigado que tenía Perrie el sentido de lo que era bueno y lo que era malo. Pero ella era distinta y necesitaba de ese silencio. Así que no le comentó que ya había decidido aceptar el trabajo y llamó en cuanto Perrie salió de la casa.

"¿Cuándo podría empezar? "le preguntó Tulisa Contostavlos.

"Bueno, no sé. Cuando me necesite. Como ya le he dicho, acabo de mudarme desde South Shields y no tengo ningún compromiso que anular. Estoy disponible."

Lo único que tenía pendiente era la cita con el médico esa tarde y encontrar un sitio donde vivir. Desde lo que había pasado el viernes, sentía más urgencia por mudarse y tenía remordimientos por haber pasado el fin de semana disfrutando de la compañía de Perrie en vez de buscar pisos.

Tal y como le había comentado Perrie, el acostarse juntas hacía que sus emociones se enturbiaran en vez de clarificar las cosas. O, usando otra metáfora, le dijo que la aguja de la brújula que siempre le marcaba el norte no era ya firme, cuando antes sí lo era.

Si el nuevo nivel de intimidad al que habían llegado acababa por ser un error tendrían que ser lo suficientemente maduras como para arreglar las cosas y mantener siempre el bienestar de sus hijas en mente. Y si la pasión que las consumía entonces se extinguía deprisa era mejor que las dos estuvieran viviendo bajo distintos techos.

"La verdad es que nos encantaría que se incorporase ya mismo" le dijo la directora. "Una de las monitoras está enferma y no tenemos a nadie en el puesto que usted va a ocupar. Me imagino que es pedir demasiado pero..."

"¿Quiere que empiece hoy? Bueno, si pudiera darme una hora para prepararme." Jade miró instintivamente el reloj en la pared.

"Claro, por supuesto. Me hace un favor tremendo. Tengo una empleada a tiempo parcial que tiene que irse a las doce."

"El único problema es que tengo que ir al médico a las tres y media.

"Puede salir de aquí a las tres" le prometió la señora Contostavlos. "He mirado el horario y el suyo sería de seis a tres."

"Sí, ya habíamos hablado de ello, ¿verdad?

"Así es." Jade no estaba segura. Recordaba que habían hablado de dos posibilidades, un horario de seis a tres y otro de nueve a seis. Los dos tenían sus ventajas e inconvenientes.

"Y puedes dejar a Amelia aquí mientras vas al médico. Y por supuesto sin cargo alguno, ya que será una estudiante más." Estaba claro que Tulisa Contostavlos estaba deseando que empezara ese mismo día. Aunque ella no estaba preparada aún.

Jade y su hija estaban a punto de salir cuando sonó el teléfono, era un cliente de Perrie.

"Siento molestar en casa, señora Efron, intentaré localizarla en su móvil "dijo el hombre. No se molestó en explicarle que no era su mujer y, en cuanto colgó el teléfono éste sonó de nuevo. Pensó que sería Perrie, jugando al ratón y al gato con el cliente, pero era el agente inmobiliario que le enseñó un piso que le había agradado bastante al otro lado del río.

"Me dijo que le avisara surgía la posibilidad de uno con dos dormitorios."

"Sí, así es."

"Tenemos uno que quedará disponible a partir del uno de diciembre, ¿le interesa?"

Our twins  || Jerrie  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora