Pánico

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"¿Cómo te encuentras? "le preguntó Perrie en voz baja.

Leigh, la amiga de Jade, se había ofrecido a cuidar de las dos niñas mientras la operaban. Había desaparecido durante un rato con la enfermera y Perrie tuvo que esperar media hora. Tenía los nervios de punta. Después otra persona la llamó para que pasara y estuviera con su esposa hasta que la llevará al quirófano.

"Me está entrando sueño. Me gusta. Así ya no estoy nerviosa. La doctora Crichton se ha pasado por aquí para saludarme. Y también el anestesista. Los dos me han hecho preguntas. Las mismas."Jade rió con nerviosismo.

"Quieren asegurarse de que no hay nada importante que se te hubiera olvidado comentarles." trató de tranquilizarla Perrie.

"Ya, supongo que es eso."

Jade tenía puesto el suero y descansaba sobre una camilla, enfundada en un camisón azul del hospital. Una sábana cubría casi todo su cuerpo. Sacó una mano y Perrie la tomó entre las suyas. La dobló, jugó con sus dedos, la desdobló. Parecía más nerviosa que ella misma.

Estuvieron calladas durante unos minutos. La espera era lo peor en los hospitales. Se oía al personal yendo de un lado a otro, el sonido metálico de instrumentos, las voces de la gente.

Jade y Perrie esperaban dentro de un pequeño cubículo cerrado con cortinas.

"¿Puedo hablar?" pidió Jade.

"Sólo si quieres." Perrie acarició su mejilla sonriendo.

"Sí que quiero. Anoche estuve pensando. No podía dormir. Me alegro que estés aquí, Perrie." tomó la mano que acariciaba su mejilla y la besó.

"Yo también. Y me alegro de que te alegres "dijo esta vez besando ella la mano de Jade, contenta de que hablaran.

Aunque era estúpido pensarlo, Perrie sabía que necesitaban mucho más que eso. Necesitaban comunicarse y confiar en la otra.

"Y también me alegro de que mi madre no esté aquí "dijo Jade cerrando los ojos un momento. Perrie creyó que se había dormido. "Sí "continuó ella haciendo exaltar a Perrie. "Me alegro. La quiero y espero que quiera a Amelia y también a Alexa por supuesto. Por eso quería que viniese. Tiene que pasar tiempo con ellas, le cuesta adaptarse a las nuevas situaciones." La voz de Jade comenzaba a sonar rara, medio adormilada, lenta y borrosa. Mejor que horas antes, cuando condujeron desde el hotel. Estaba nerviosa.

Perrie le había preguntado de qué tenía miedo y Jade le respondió que de lo peor. Ella sentía el mismo pánico.

"Después de que mi padre se fuera..."

"Te escucho, Jeed" dijo dándose cuenta de que era la primera vez que hablaba de él.

"Mi madre actuó durante meses, incluso años, como si se tratara de algo temporal. Cuando le preguntaba si podría visitarlo o si él nos iría a ver ella sólo decía que sería mejor esperar un poco más. Si mi tío nos invitaba a un viaje ella decía que no, que prefería quedarse en casa y esperar. Siempre esperando. Y no me di cuenta hasta mucho después, ya de adulta, que estaba esperando, sin tomar ninguna decisión hasta que mi padre volviera a casa."

"¿Crees que lo hacía por protegerte?"

"Eso pensaba ella. Pero se protegía ella misma. Poco a poco comenzó a darse cuenta de que no dependía de nadie, que estaba sola. Fue muy duro para ella."

"Y para ti." afirmó Perrie. Jade asintió.

"Aún no sé por qué él reaccionó como lo hizo "dijo con un hilo de voz". Nunca lo sabré." Jade suspiró con pesadez.

"¿Qué hizo, baba? "preguntó Perrie dejando escapar, de forma natural e inadvertida, una palabra cariñosa.

Perrie estaba confundida, no sabía de quién hablaba. ¿Quién era él? Pensaba que hablaba de la reacción de su madre, no de su padre.

"Le entregué mi corazón y él lo tiró a la basura. ¡Dios mío! ¡Sólo tenía doce años! Lo tenía todo pensado. Recuerdo estar tumbada en la cama, pensando en ello y teniendo unas ideas geniales. Al menos, yo pensé que eran geniales. Apenas podía esperar hasta la mañana siguiente. Un paseo a caballo y Disneyworld." Soltó un taco que dejó a Perrie helada, nunca la había oído decir algo así. Nunca. "Era algo tan inocente "siguió ella con resentimiento y amargura. "¿Por qué se asustó tanto? Un paseo a caballo y Disneyworld. Se lo dije y nunca más volví a verlo."

"Jade, cariño... "comenzó ella.

Se abrió la cortina del cubículo.

"¿Todo listo? "preguntó la enfermera acompañada de un celador. "Nos vamos de paseo al quirófano."

Jade había cerrado de nuevo los ojos. Su cara estaba pálida e inerte, sin nada de maquillaje. Su pelo se escondía bajo un gorro esterilizado. Parecía que tenía quince años.

"Vale "dijo intentando sonreír. "Llévenme." Jade apretó una última vez la mano de Perrie.

"Señora Edwards, usted espere en la salita o en la cafetería si tiene hambre."

"¿Cuándo podré verla?"

"No hasta que la subamos a su habitación. Está en la quinta planta. Al menos un par de horas."

"Iré a ver a mis hijas y vuelvo. ¿Podrán venir ellas?" Jade sonrió al escucharla pero no abrió los ojos.

"No hasta las horas de visita. De tres a cuatro de la tarde para niños y personas no relacionadas directamente con el paciente. Ella estará aún bastante dormida."

"Mmm... "asintió Jade.

Perrie quería darle un beso pero el celador había empezado ya a mover la camilla y Jade parecía estar dormida. Se quedó mirándola, muy consciente de lo que estaba viviendo y de mínimos detalles que recordaría después con exactitud. Una de las ruedas de la camilla chirriaba. El celador tenía las rodillas muy gordas. La enfermera parecía distraída buscando al siguiente paciente que tenía que atender. El tiempo se movía perezosamente, a cámara lenta, mientras observaba cómo la camilla de Jade iba desapareciendo contra un horizonte muy lejano.

"¿Sabe cómo volver a la sala de espera? "le preguntó la enfermera.

"Sí, por esta puerta, ¿verdad?"

"Eso es "le dijo sonriendo antes de pararse para mirarla de nuevo y añadir": Todo va a salir bien, señora Edwards.

"Sí, eso es lo que ella me dice siempre "contestó con la voz rota.

***22 votos y actualizo. :)

Our twins  || Jerrie  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora