Jade recogió el coche de alquiler en el aeropuerto y fue hasta la habitación del hotel que compartiría con Amelia y su madre. Era sólo las cuatro y media y Norma no llegaría hasta las ocho. Le había dicho que tomaría un taxi hasta el aeropuerto, para que no tuviera que ir a buscarla si la niña ya estaba dormida.
El hotel le resultaba claustrofóbico así que decidió ir hasta la casa e intentar tomar una decisión entre alquilar o vender.
Pensó que podría pedir una pizza cuando Amelia tuviera hambre y volver más tarde al hotel para encontrarse con su madre.
Llegó a la calle donde había vivido durante la mayor parte de su matrimonio y durante cuatro años después de enviudar. La casa parecía oscura en medio de la atmósfera invernal y dentro hacía frío. Sus amigos, Leigh y Jordan, habían dejado la casa en muy buen estado antes de dejarla el fin de semana anterior, pero el termostato estaba demasiado bajo.
Jade encendió las luces y subió la calefacción. Sus amigos tenían dos niños pero no había muestras de sus destrozos por ningún lado, habían hecho un buen trabajo limpiando todo.
Entró en todas las habitaciones despacio. Amelia corría por toda la casa.
"¿Te acuerdas de esta casa, cariño? Seguro que sí. No hace tanto tiempo que la dejamos, ¿verdad?"
Pero la niña era demasiado pequeña como para sentir nostalgia.
Y ella tampoco se sentía así. Pensaba que la casa la iba a impresionar más, que le iba a ser duro dejarla. Pero todas sus preocupaciones las protagonizaba Perrie. No podía creerse que ella fuera a sabotear la relación entre las niñas si su matrimonio no sobrevivía. No era ese tipo de mujer, del tipo que había sido Lauren.
Eso era lo único que la tranquilizaba y confiaba en que fuera verdad. Estaba convencida de que Perrie nunca usaría a las gemelas como arma arrojadiza entre ellas dos. Nunca les haría daño. Perrie no renunciaría a Amelia, de la forma en que su padre había renunciado a ella misma. Ésa había sido una de las razones por las que se había enamorado de Perrie. Ella nunca jugaba con los sentimientos. Era recta y ecuánime. Sabía lo que significaba querer a un hijo y no era una cobarde.
"Voy a vender la casa "dijo en voz alta, quizá a Amelia o a ella misma.
Sonaba bien, no le dolió decirlo. Era un paso adelante.
Bajó al sótano con Amelia. Allí había un fuerte y un tobogán de plástico que había dejado para que jugaran los hijos de sus amigos. Con ellos habían jugado las niñas el día que se conocieron, hacía ya cuatro meses.
Semanas después, los metió dentro para dejarlos allí durante los meses de invierno. No los había enviado a Ohio porque entonces no sabía si podría tenerlos en el piso o la casa que tenía previsto alquilar. Ahora sabía que estarían perfectos en el jardín de Perrie. Se quedó un buen rato mirando el fuerte mientras Amelia se asomaba por las ventanas y bajaba por el tobogán. Después tomó una pegatina azul, su código de color para las cosas que quería mandar a Ohio, y la pegó encima de la estructura.
Un pequeño acto que casi le dio vértigo por lo que significaba. Por su determinación y porque tenía fe en que su matrimonio no iba a terminar. Pero si ocurría, ella iba a seguir en Ohio de todas formas, tan cerca como pudiera de Alexa. Se pasó la siguiente hora poniendo pegatinas azules a casi todo lo que aún quedaba. El resto era para vender o regalar.
Jade y su hija comieron pizza frente a los dibujos animados de la tele. Poco después, sobre las siete, vieron las luces de un coche aparcando frente a la casa. Pensó que serían sus amigos, que querían asegurarse de que estaba satisfecha con cómo habían dejado la casa.
Pero no eran ellos. Era Perrie con Alexa en brazos.
A Jade se le cortó la respiración y Amelia dio brinquitos emocionada.
"Mamá, es mami y Melia" gritó Alexa desde los brazos de su madre, moviéndose con fuerza para que la bajara.
"Mami, es mamá y Lesa" gritó igualmente Amelia jalando la falda de Jade para que la pusiera a su altura.
Ambas madres se miraron sorprendidas, no podían creer que las gemelas se hubieran necesitado tanto en tan poco tiempo y que las llamaran Mamá y Mami a ambas. Jade casi gritaba de la emoción y Perrie no salía de su trance. Eran una familia, tenían que serlo.
***19 votos y actualizo. :D
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Our twins || Jerrie ✔️
FanfictionSólo unos días antes, Jade Thirlwall no había oído jamás el nombre de Perrie Edwards, pero si lo que decía era cierto, su vida cuidadosamente organizada estaba a punto de dar un giro radical. Con sólo ver a la pequeña de pelo sedoso que Perrie tenía...