Canción: Talking to myself - Linkin Park.
Narra Nicolás:
Digamos que mi padre nunca fue una pieza fundamental en mi vida. Abandonó nuestro hogar cuando tenía solo 7 años, de ahí nunca más volvió a dar la cara, y lo último que había escuchado de él era que había conseguido una nueva mujer más joven que él con la cual se casó y formó una familia. Mi madre sufrió muchos años a causa de ello, yo solo tenía que apoyarla o verla sufrir en silencio en cada hora del día hasta que mi madre se volvió a enamorar de un hombre bueno, correcto, el cual tomó la labor de padre que siempre estuvo vacía en mi infancia.
¿Por qué les hablo de esto? Quizá fue una base importante de que tuviera un lado distinto a lo que podrían tener otros hombres. Quizá por ese asunto también me volví lo que soy hoy, no me avergüenzo de nada, pero solo digo que .. ¿cómo hubieran sido las cosas si mi padre nunca se hubiera alejado de nosotros? Al fin y al cabo habrían ido las cosas de mal en peor. Era un viejo sucio, alcohólico, mal tratador y asqueroso por lo que recuerdo que le hacía a mi madre.
- Nico, ¡ya po presta atención hombre! -me gritaba mi madre desde el otro lado de la cocina junto con el Jaime ya que estábamos preparando la pequeña fiesta entre nosotros tres y mi padrastro, Felipe.
- Perdóneme señora -reí llevando hacía ellos las bolsas con el picadillo; papas fritas, doritos, cheetos, chips pop, tritón; éramos pocos pero éramos bastante hambrientos todos para estos casos.
- Mi amor anda a poner la mesa rápido, va a llegar tu papá a las 8 y son 10 para las 8 -mencionó mi rojo mientras empezaba a preparar los completos que habíamos acordado hacer en vez de pizza, o como yo le decía, piksa.
Escuchamos que un auto afuera se detuvo apagando el motor junto con el cerrar de la puerta de este mismo a lo que apagando las luces y escondiéndonos el Jaime y yo tras un sofá mi madre fue a abrirle la puerta como si nada.
- ¡Feli...! ¿Antonio? -susurró mi madre y al oír que mencionó ese nombre la piel se me puso de gallina y el Jaime se me quedó mirando quizá recordando que así era como se llamaba mi padre biológico. Me levanté saliendo de mi escondite y ahí estaba él.
- Hijo.. -sonrió al verme casi empujando a un lado a mi madre- Hijo mío.. -se me acercó y me abrazó, a lo que mi madre estaba sorprendida, y nerviosa de que Felipe lo viera aquí después de tantos años de ausencia- Tengo tantas cosas que hablar contigo pequeño.. -sonrió mientras que el Jaime se levantaba colocándose al lado de mi madre.- ¿Puedo hablar con mi hijo unos minutos?
Nadie dijo nada, solo asentí. ¿Qué mierda quería conversar este hombre conmigo? ¿Por qué justo hoy? Ya había notado que había mirado con odio al Jaime desde el momento en que se levantó y se colocó junto a mamá. Este hombre no me daba una buena sensación, en si estaba con olor a alcohol en sus ropas y un poco desaseado. Subimos a mi cuarto para oír que era lo que quería hablar.
- Hijo, hijo querido.. estás tan grande que ni yo me lo imagino .. -susurró caminando a abrazarme a lo que di un paso hacia atrás.
- ¿Ahora soy tu hijo querido? ¿Después de que me dejaste abandonado 10 años? -mi rostro no tenía ninguna expresión definida, solo sentía un poco de rencor por el hombre que estaba frente a mi.
- Hijo, eran tiempos difíciles los que estaba pasando junto a tu madre. Además parece que esta bien ¿no? Tuvo otro hijo al parecer y consiguió una pareja nueva, que zorra. -cuando dijo eso me acerqué a él apretando mis puños sin querer perder la poca paciencia que tenía.
- Si, mi madre tiene una pareja nueva, y la hace bastante feliz, no como tu lo hacías. Y ese muchacho de abajo no es su hijo, es MI novio. -mencioné a lo que se me quedó mirando de cerca.
- Así que eres un marica ahora ¿eh? Tu madre te enseño como si hubieras sido una niña, un marica en vez de un hombre como quería que fueras. -me tomó de la polera intentando intimidarme.
- Prefiero ser un marica a ser un maldito conchetumadre como tú, weón. -lo único que sentí fue como un golpe me llegaba en el rostro, sentía un fuerte dolor en la mandíbula soltando un murmullo de dolor mientras empezaba a golpearme una y otra vez mientras empezaba a gemir de dolor.
- No permitiré tener un hijo marica como tú, jamás. -Y sacándose el cinturón de los pantalones vi como lo envolvió y alzando mi polera empezó a darme correazos en la espalda. Gritaba pidiendo auxilio ya que cada golpe iba con más fuerza que antes mientras que los recuerdos volvían a mi cabeza, cuando de pequeño me golpeaba cuando jugaba con las niñas o así.
- ¡Antonio, déjalo! -gritó mi madre junto con Felipe para quitarmelo de encima mientras que Jaime entraba para ver que podía hacer- Mi pequeño.. -susurró mi madre llorando poniéndose a mi costado mientras que sentía como Jaime llamaba a la policía y Felipe retenía al sujeto que se hacía llamar mi padre- Amor.. estarás bien.. lo juro..
Las lágrimas no dejaban de caer de mis mejillas y mi piel no me dejaba de arder y el dolor se hacía más y más fuerte en mi.
¿Por qué todo se colocó negro?
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Actualización al fin ;_; perdonenme, las amo en serio :c <3 Pero estas semanas he estado complicada con los tiempos y asi unu