Canción: Unforgettable - French Montana.
Narra Nicolás:
Despertaba nuevamente de otra pesadilla en la cual mi padre volvía a aparecer amenazándome de muerte esta vez por mi situación sexual, mierda, quizá habría sido más hombre si nunca nos hubiera dejado a mi y a mi madre cuando era pequeño. Estaba sudando, el temor cada vez crecía un poco más dentro de mi, eso era horroroso, no sentía un miedo tan grande desde que el brabucón del salón me amenazo en la básica hasta que los chiquillos me supieron defender. Digamos que nunca fui de esas personas que discutían o hacían lo imposible por seguir sus ideales; muchas veces los demás tenían que moverse por mi.
Volví a acostarme reposando mi cabeza en aquella almohada la cual tanto amaba mientras abrazaba otra para sentirme protegido. Cerré mis ojos destapándome un poco de las sabanas que me cubrían dejando mi cuerpo desnudo solo con el boxer libre.
Me acomodé de costado, quería buscar paz, conciliar el sueño sin tener que pasar a llevar las heridas o las quemaduras en la piel que había provocado ese cinturón a manos de mi propio padre. Mierda. Hice una mueca, una herida del costado se me pasó a llevar al tal punto de causar ardor en todo mi ser.
Noté en cuanto había entrado a mi sueño, sonreí al ver que estaba en la escuela donde cursamos la básica, en la sala del sexto A donde a nadie le importaba de donde venías, tu apellido, tu color o tu preferencia sexual. Estábamos jugando a las escondidas con los cabros, bueno, todos menos el Bestia que estaba con los de segundo medio hablando de como hacer pitos sin que los papelillos se le fueran a la cresta.
Estaba escondido detrás de la puerta del cuarto B, mi corazón latía demasiado rápido de todo lo que había corrido mientras el Edgar estaba contando. El Jaime estaba escondido detrás de uno de los basureros que estaba frente a mi, el Naiko estaba detrás de la cortina de la sala de nosotros, y el Ale estaba 'escondido' en el casino cuando todos sabíamos que iba a pedirle comida a las tías de la Juna.
Sentía como los cabros más chicos corrían, y mi corazón estaba colgando de un hilo, no quería que me encontraran primero otra vez. Siempre me pasaba.
El Jaime me hacía señas de que ahí venía el Edgar a lo que me apegué más a la puerta, pero ahí fue cuando uno de los de cuarto abrió la puerta de la sala muy fuerte, y para detenerla tuve que poner el pie, pero la puerta se fue de nuevo hacía a dentro a lo que quedé a plena vista y el Edgar se me quedó mirando riendo, a lo que salió corriendo a decir que me había encontrado a lo que yo lo perseguí viendo como el Jaime se cagaba de la risa y en nuestra sala había una cortina que se reía.
- ¡1, 2,3 por el Nico! -gritó el Edgar tocando el muro mientras que yo me tropezaba con el suelo cayendo frente a él.
- Mierda, soy un aweonao en este juego culiao.. -miré a otro lado a lo que el Edgar se me acercó riéndose pero dándome su mano para poder ayudarme a ponerme de pie mientras que el Basurero Humano y la Cortina del Octavo A se corrían a librar.
- Tranquilo, no eres malo, solo te falta aprender a esconderte -rió levántandome y plantando un beso en mi frente con sus labios cálidos cuando aún a esa edad no éramos nada.
Sentí como mis mejillas se tornaban de color rosa por la calidez que sentía en estas, era una sensación increíble, nueva, extraña para mi.
De la nada todo se fue a negro, y un color celestino cubrió el paisaje, y ahí estaban los recuerdos míos. Apareció una imagen frente a mi donde aparecía el Edgar, de pequeño, de cabro chico, de adolescente y como estaba ahora, y ese Edgar me estaba tomando entre sus brazos, volviéndome a besar como la primera vez que lo hizo.
Ahí fue cuando desperté.
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HOLA WAPAS, PERDONENME A MI Y A MI INACTIVIDAD, PERO AHORA CAÍ EN EL VICIO DE LO QUE ES EL LOL Y ME SIENTO ASQUEROSAMENTE RATA.
I'M SORRY <3 SADSAHDISDU <3
Eso, las amo, intentaré actualizar más rápido uvu
