Canción: Always - Bon Jovi
Narra Nicolás:
Había llegado al fin el día más esperado o el más odiado por distintas personas, el primer día de clases y el último que pasaría yo con mis amigos, o más bien el Jaime nada más, ya no sabía quien era mi amigo y quien no lo era, era algo complejo de saber. Mi rojo me había dicho que me pasaría a buscar a la casa para poder llegar juntos a buena hora ya que solo siempre llegaba tarde o no iba por la flojera que me consumía. Ahí estaba yo, sentado frente al platillo de cereal paseando la cuchara de un extremo a otro del recipiente, hasta que el sonido del timbre me sacó de mis pensamientos.
- Hijo, debe ser Jaime que vino a por ti. -asentí, dejando la mayoría del cereal en el plato, casi no comí nada por los nervios y la angustia de tener que soportar el que dirán de los demás. Tomé mi mochila, y salí rápido de la casa para abrazar al rojo que me esperaba fuera de esta.
- Extrañaba verte con uniforme. -susurró plantando un beso en mi mejilla correspondiendo el abrazo- Mi pequeño.. -con sus manos levantó mi rostro hacia a él plantando un suave y cálido beso de esos que tanto aprendí a amar cada vez más.
- ¿Qué pasó mi rojo? -susurré en sus labios de forma enamorada, tomando sus manos, juntándolas con las mías, a la vez entrelazándolas.
- Nada corazón.. -susurró separándose del beso- Vamos, digamos que si no nos apuramos vamos a llegar tarde -sonrió.
- ¿Qué tiene que lleguemos unos minutos o horas tarde? -susurré con un toque de malicia en mis palabras mientras reía de a poco a lo que el me tomó de la cadera levantándome un poco del suelo.
- ¿Qué quieres hacer travieso? -rió plantando un beso en mi cuello a lo que sentí que todo mi cuerpo se estremeció, pero esa sensación eléctrica que me recorrió fue la más increíble que podía haber pasado por mi ser.
- Solo hagamos el tiempo nuestro -caminamos perdiéndonos entre una que otra cuadra caminando, viendo cosas que nos gustaban, como si no tuviéramos nada que hacer, como si nadie nos esperara.. como si el mundo no existiese. Su reloj sonó marcando las 9am.
- Vamos al liceo pequeño -rió tomándome de la mano nuevamente y ambos corriendo nos dirigimos al liceo, íbamos más que tarde, quizá nos habíamos perdido incluso el acto de bienvenida que de por si era aburrido y abrumador, pero.. ¿eso que importaba?
La inspectora de la entrada nos detuvo, nos llamó la atención del por que habíamos llegado tarde y que nos arregláramos las ropas que traíamos desordenadas por venir corriendo. No nos anotaron ni nada, el primer día todos perdonan, todos salvan.
Nos tomamos de la mano caminando por los pasillos donde reinaba el silencio ya que todos estaban en el salón, pero a nosotros no nos importaba eso, íbamos con una sonrisa en el rostro, riéndonos de la vida, de nosotros, de lo que se nos pasase por la cabeza.
- Tarde como siempre Gaule, pero.. ¿usted Navarro? -mencionó la profesora jefa que era una vieja aguafiestas desde el umbral de la puerta dejándonos recién entrar, nosotros entramos tomados de la mano a lo que algunos se nos quedaron mirando raro o extrañados- Tomen asiento en los lugares que quedan allá atrás. -quedaban dos puestos y era delante del Edgar y el Naiko, el cual el segundo tenía su cabeza apoyada en el pecho del primero.
La gente se nos quedaba mirando con extrañeza, quizá era el cambio de pareja lo que los sorprendía tanto, quién sabía, tampoco quería saber, yo estaba feliz y relajado, pero por una razón pequeña me dolió ver como el Edgar acariciaba la cabeza del Naiko, desordenando sus cabellos como solía hacerlo conmigo... Mierda Nicolás, ya hablaste esto contigo mismo, debes superarlo, él ya dejo en claro quién es el preferido entre tú y Naiko.