viii. ramen

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Hoy es uno de esos días en los que al clima le apetece sorprenderte. Hace apenas unas horas, el sol estaba en su máximo esplendor cuando, de un momento a otro, las primeras gotas de una torrencial lluvia empiezan a caer. Casi puedo sentir que se me hiela la piel con solo mirarlas chocar contra el suelo.

- ¡Ah! ¡El plan se arruinó!

Mark empieza a caminar de un lado a otro mascullando palabras y moviendo los dedos frenéticamente. Yuta se acerca y lo toma por los hombros calmándolo por un instante.

- ¡Nada está perdido mi pequeño amigo!

Me alejo de la ventana donde estaba apoyada minutos antes para unirme a su extraña conversación.

- ¿Qué pasó?

- La lluvia arruinó nuestra visita hacia la gloria -Mark ahora se encuentra con la frente sobre la ventana. Me recuerda a la típica escena de un drama.

- Ya te dije que no -Yuta empieza a explicarme-. Sucede que íbamos a ir a Ryoko's a comer ramen pero con esta lluvia creo que es un poco difícil. Bueno ¡difícil pero no imposible!

- ¿Y cómo planeas que lleguemos a la tienda sin mojarnos y enfermarnos? -Mark lo mira curioso

- Chicos... -empiezo a hablar pero Mark sigue empeñado en su pregunta

- ¿Tienes algún paraguas?

- No, pero podemos correr muy rápido. Aunque...- Yuta voltea a ver a Taeyong. Este se encuentra sentado en una esquina de la sala con unos audífonos sin la más mínima idea de lo que está pasando- creo que sé quién tiene uno ¡Eh, Taeyong!

- Chicos... -continuo hablando pero la situación parece dejarme de lado

- ¿Qué pasa? -Taeyong se une y se restriega el rostro con ambas manos. Luce un poco cansado.

- ¿Tienes paraguas o algo con qué cubrirnos? -Yuta forma una especie de sombrero con sus manos en el aire

- Creo que no. Pero ¿para qué?

- Para ir a comer. No importa, igual podemos correr pero no creo que sea apropiado que Nadia se moje. Puede enfermarse.

- Chicos...

- No te preocupes, nos tienes a nosotros para cubrirte -Yuta coge a Taeyong y Mark con ambos brazos y los une a él, mientras me muestra una de sus encantadoras sonrisas.

- ¿Eh? ¿Yo también voy? -pregunto ante el repentino ofrecimiento

- Pues claro ¿qué esperabas? ¡Vienes con nosotros a comer! -Yuta se calla de repente y me pregunta en voz un poco más baja- ¿O acaso estás a dieta?

- No, pero...

­- ¡Entonces vamos!

Yuta se aleja y corre a ponerse una sudadera, al igual que Mark. Taeyong se queda quieto con una expresión confusa en el rostro, me ve y encoje los hombros.

- ¿Son impacientes no?

- Sí, pero...

Ya no me escucha. Se ha vuelto a colocar los auriculares y va hacia la salida. Pocas veces en la vida me había quedado con las palabras en la boca. Me desesperan, pero no puedo enojarme con ellos. No me queda más remedio que usar la tecnología para resolver este dichoso problema que llevo hace más de media hora solucionar.

­- ¡Wooooo!

Los chicos están arremolinados frente a la entrada principal. Me causa gracia la expresión de sorpresa en sus rostros. Tres pares de ojos brillan por cuenta propia.

- Señorita, su vehículo está listo -George abre la puerta

Ahora los tres voltean a verme. Incluso verifican si hay alguien detrás de mí.

- Increíble -murmuran al unísono

- Así no nos mojaremos -me ha entrado hambre y empiezo a apurarlos-. Vengan, entremos ya.

Ya adentro se forma un caos. Yuta y Taeyong se asombran por la cantidad de botones que hay en la limusina y empiezan a presionarlos todos. Gritan cuando un televisor pequeño surge por encima de sus cabezas y chillan al ver la mini-máquina de helados al lado. Los invito a servirse uno y se comen tres conos cada uno. Mark me pregunta si las lunas están tintados y luego de asentirle, comienza a hacer muecas extrañas por cada ventana. Yuta lo sigue y ambos paran cuando les digo que la ventana de la parte trasera es la única que puede verse porque está en arreglos. Se lanzan algunos golpes de juego y por casualidad, uno de los codos de Mark se topa con el cuarto cono de helado que Taeyong empezaba a comerse tranquilamente. El helado chorrea por la sudadera gris de Lee y éste entreabre la boca por la sorpresa. Por un corto momento, todos nos quedamos quietos. Oigo la cansina respiración de George que está sentado a mi lado y no pronuncia palabra alguna desde hace un buen rato. Lo siguiente que hace Taeyong es servirse otro cono y lanzárselo al bonito rostro de Yuta, pero éste es más rápido y jala a Mark del cuello, quien ahora tiene crema de chocolate por todo el rostro.

- Ejem... -George empieza a toser y los tres se dan cuenta que hay más personas en el mismo compartimento. Nos miran a ambos asustados e intentan limpiar el desastre ocasionado.

- Déjenlo. Ya llegamos -suspiro y me tapo la boca con la mano para evitar reírme en sus caras. No creo que sea lo adecuado en estos momentos.

- ¿Estás molesta? -los tres bajan a trompicones y me hacen la misma pregunta a la vez

- Hum -cruzo los brazos-, no.

- Sí lo estás -Yuta ladea el rostro y me sonríe- ¡No te molestes! ¡Solo es crema de helado en los asientos!

- Crema de helado... -George refunfuña por lo bajo.

- No estoy molesta -ahora la que está confundida soy yo.

- Dice que no lo está -Mark golpea el hombro de Yuta.

- Cuando una chica dice que no está molesta es porque lo está ¿Qué te están enseñando en la escuela Mark? -Yuta lo recrimina.

- Si es así entonces pagaremos cualquier ramen que elijas -Taeyong empieza a contar las monedas de su billetera- Eh sí, cualquiera... -no parece seguro y susurra algo de préstamos a Mark. Ambos asienten mientras me miran de reojo.

- No estoy molesta, pero...

- ¿Vas a rechazar nuestra humilde oferta querida Nadia? -Yuta está a punto de quebrarse.

- Creo que no es a mí a quien deberían pedir disculpas -señalo a George- Su favorito es el picante con langostinos.

- Bueno eso es otra cosa ¡Entremos! -Yuta parece haberse recuperado y toma de las manos a George, quien lo mira algo extraño por las confianzas tomadas.

Dentro del local las cosas toman un rumbo diferente. Yuta empieza a interrogar y sonreír a la camarera que nos toma la orden y luego hace lo mismo con la que nos trae los platos. Mark se concentra solo en comer, al igual que George, quien hace caso omiso a todo y empieza tomar algunas porciones de su plato y dármelos. Sorprendentemente los chicos hacen lo mismo y no solo a mí, entre ellos comparten pequeños bocados. Todo transcurre en armonía.

Terminamos de comer y subimos a la limusina que ahora está un poco más limpia que antes.

- Solo no se sienten por ahí -George señala el lado derecho- Están secándose.

Debido a eso, nos apretujamos un poco en el lado izquierdo. Por suerte, esta vez están más tranquilos y lo únicos que ocurre es que, por casualidad, Mark pulsa uno de los botones para levantar la puerta de la escotilla del techo. En un momento, Taeyong ha quedado fascinado. Ha sacado la cabeza para gritar: ¡Soy el Rey! Luego se ha avergonzado y oculta su rostro entre en mi hombro y el asiento. El resto del trayecto lo pasa apoyado en mis hombros.

Dejamos a Mark entre la 598 de Ellin y Hyde, que es la calle donde vive. Pasa casi una hora cuando aparcamos en la academia; Taeyong y Yuta saltan de sus asientos y se despiden de nosotros agitando las manos. Ya casi llegando al departamento George suelta un innecesario comentario.

- Su rostro ha adquirido un ligero tono rosado luego de que ese jovencito se apoyara en usted, señorita Kira.

dark eyes ➳ l.tDonde viven las historias. Descúbrelo ahora