Nunca me había pasado algo semejante. Ambos teníamos que quedarnos al menos dos horas y ensayar la rutina juntos, pero con él aquí, yo no hacía más que dar algunos pasos torpes hasta, incluso, caerme.
Desisto al tratar de levantarme y me quedo observándolo un largo rato. Él no se siente nervioso ¿Por qué lo haría? Sus movimientos son ágiles y con fuerza. Cada paso es manipulado con gran precisión. Su cuerpo está en armonía y sincronía de la melodía, al igual que su expresión. Cada que se mueve, tararea parte de la canción y frunce el rostro, o abre la boca aún más, en la estrofa en el que es protagonista. Es pequeño pero sus saltos y volteretas son impresionantes. Sin duda, su interpretación es demasiado buena.
Carraspeo un poco. Él sigue concentrado en su baile y yo tengo tiempo para admirarlo un poco más. Sus cabellos se mueven al compás de los sonidos que salen del parlante. De aquí y allá, no dejan de moverse. Bajo la mirada y veo que su rostro está un poco sudoroso. Aquello no le quita un gramo de lo que realmente es, alguien con una belleza espectacular.
- ¿No vas a ensayar?
- No me siento bien -respondo inmediatamente. Realmente siempre me toma desprevenida.
- Deberías -tose un poco más y continúa bailando.
Solo volteo y le doy la espalda. Sobre mi respuesta, hay una pizca de verdad en ella. La noche anterior había sido pesada. Mis padres llegaron de uno de sus tantos viajes solo para discutir apenas llegaron a casa. No entre ellos, sino conmigo. Para evitar eso me mudé, pero ellos venían como si nada una y otra vez. Ni George sabía qué días estaban o no, siquiera para avisarme con anticipación y prepárame para el sermón de siempre.
"Tienes que encontrar a Winwin y avisarnos".
Con esa actitud, lo único que lograban hacer es que desconfiara más de ellos. Si algún día veía a mi hermano, trataría a toda costa de evitar decirles.
A través del espejo veo a Taeyong caminar hacia mí. Nuestras miradas se enfrentan mediante una pieza metálica, juzgándose por su reflejo. Se sienta a mi derecho y nos quedamos quietos durante unos largos segundos. Ahí, solo observándonos.
- Lo siento.
- ¿Por qué te disculpas?
- No debí forzarte.
- En ningún momento lo hiciste -esta vez giro el rostro hacia él y lo miro directamente a sus pupilas.
- Lo siento, de verdad.
No lo soporto y me echo a llorar. Por miedo y vergüenza me encojo y rodeo mis brazos alrededor de mis rodillas, escondiendo mi rostro entre ellas. Mis sollozos son cortos pero notorios. Sé que me está escuchando.
- No me forzaste, en serio -digo entrecortadamente.
No escucho palabra alguna y tampoco la espero. Sé que debe de estar abrumado por la situación en la que se encuentra y que yo debería dejar de comportarme como una niña. Aun así no puedo evitar llorar con más fuerza.
Siento un peso sobre mis hombros y levanto la cabeza desconcertada. Él está apoyando su cabeza en mi hombro derecho y tiene los ojos cerrados. Impactada dejo de llorar y solo suelto algún que otro sonido de mis fosas.
- ¿Qué haces?
- Te acompaño.
Con cuidado froto mis manos sobre mi rostro y limpio los restos de lágrimas que están sobre mis mejillas. Solo fueron unos minutos de llanto y mis ojos a están demasiado rojos. No solo ellos, sino mi cara también, y algo hinchada.
- ¿Quieres que te acompañe?
Estoy a punto de responder que no es necesario pero mi estado de ánimo actual es más fuerte. En estos momentos, necesito a alguien.
- Vamos.
ESTÁS LEYENDO
dark eyes ➳ l.t
FanficKira llega buscando a alguien, o con la excusa de hacerlo. Entonces conocerá a alguien que la ayudará a enfrentar su pasado.