Malec One Shots.

Noche de lluvia.

La lluvia caía fuertemente en la ciudad de Nueva York.

Las luces del apartamento de Magnus eran tenues, dejando nada más lo suficiente para poder observar en su interior. Los dedos del brujo paseaban entre las hebras de cabello color negro de su amado.

Alec estaba dormido con la cabeza sobre su regazo. La mirada gatuna de Magnus lo observaba con adoración en ella, aún seguía sin poder creer que luego de casi un siglo había abierto su corazón, a un shadowhunter.

-Deja de mirarme así -escuchó el suave murmuró del chico de cabello negro-

Magnus sonrió.

-¿Porqué? Sólo me gusta admirar la belleza que el Ángel Raziel te obsequio -rió bajo-

Alec sonrió mientras se acomodaba para ver el rostro de Magnus. Y como era de esperarse el brujo observó como su comentario lo había sonrojado.

-Ni siquiera se que contestar a eso -murmuró-

-No hace falta que digas nada -Magnus lo miró- Me encanta eso, a tu silencio me refiero, me parece tierno

Alec cerró los ojos cuando los dedos de Magnus volvieron a tocar su cabello.

-¿Qué hora es? -preguntó luego de unos minutos-

-No lo sé, pero ya es muy tarde, ¿Porqué?

-Olvidé que debía verme con  Jace en el instituto, estará furioso

-Dile que estabas conmigo -le dijo-

-Creo que eso le molestará más -sonrió Alec- Hace unos días atrás me reclamó porque se siente reemplazado, dice que tú le has quitado el puesto

Magnus sonrió orgulloso.

-¿Así? -dijo el brujo- ¿Y tú que piensas?

-Pienso que nadie ha reemplazado a nadie, pero tú te has vuelto más importante en mi día a día, y antes no te conocía así que mi atención recaía en Jace, además Jace es muy drámatico

Magnus sintió su corazón encogerse al mirar a los ojos azules de Alec, los cuales demostraban sinceridad y amor.

-Tú también te has vuelto muy importante en mi día a día Alexander.

Alec se incorporó en el sofá, acercándose a Magnus posando una mano en su mejilla acariciandola lentamente. El chico se inclinó para besar los labios de su novio.

Magnus le correspondió de inmediato, no podía negarse aunque lo intentara, y no quería.

Los labios de ambos se movian lentamente en una magica tortura, Magnus colocó ambas manos en el cuello del shadowhunter atrayendolo más a él.

Magnus había amado a muchas personas, había estado enamorado de hombre y mujeres. Pero con Alec era diferente, él era diferente.

-¿Enserio tienes que irte? -susurró Magnus en sus labios-

Alec sonrió  levemente y suspiró.

-No, creo que Jace puede esperar un día más, ¿Pero que harías para que me quedará?

-Nunca debiste decir eso Alexander...

Magnus tomó a Alec del cuello de la camisa acercándolo a él y lo beso. Impulsando su cuerpo sobre el del cazador de sombras, ambos rieron cuando la cabeza de Alec se golpeó en el antebrazo del sofá.

-Creo que deberíamos continuar en la habitación

-Eso estaría bien -concordó Alec-

Ambos chicos comenzaron a caminar entre besos y risas hasta la habitación que compartían en el apartamento.