Alejar todas sus pesadillas

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La noche era muy fría en Nueva York.

El invierno comenzaba a golpear fuertemente a la ciudad, y las calles comenzaban a cubrirse de escarcha gracias a la pequeña ventisca de nieve que había caído hace horas atrás.

-¿Aún no te irás a la cama? -preguntó Magnus asomando su cabeza por la puerta de la sala de estar del loft.

-Necesito terminar esto, se lo prometí a Izzy -le susurró Alec

Magnus sonrió y camino hacía dónde su amado se encontraba.

-Pero puedes dejarlo para luego -le dijo Magnus sentándose junto a él en el sofá- Y venir conmigo

Magnus se inclinó y tomando desprevenido a Alec capturó sus labios en un beso, el chico de ojos azules le colocó la mano sobre su mejilla para poder capturar el beso mejor.

Pero antes de que pudieran continuar un leve grito los alerto. 

Ambos se apartaron rápidamente y comenzaron a caminar a paso acelerado hasta las habitaciones que habían en el pasillo, abrieron la segunda puerta de la parte derecha.

Un pequeño niño de cabello castaño estaba recostado hecho una bolita sobre su cama, los leves sollozos que salían de sus temblorosos labios hizo que Alec y Magnus intercambiarán miradas antes de entrar a la habitación.

El cazador de sombras se acercó a la cama sentándose suavemente observando como su pequeño hijo Raphael tenía sus ojos cerrados pero aún así sus facciones mostraban preocupación con un leve ceño fruncido.

-¡No! -susurró Raphael en sus sueños- ¡No, no quiero ir contigo!

-Raphael -susurró Alec

Magnus se arrodilló frente a su pequeño, él llevaba unos pocos meses viviendo con ellos y ambos temían que no se hubiera acostumbrado aún a su nueva vida junto a ellos.

Y les preocupaba aún más cuando en ciertas noches él tenía pesadillas, continuas y aterradoras que aumentaban el miedo del pequeño nefilim.

-¡No! -dijo ahogando un pequeño grito cuando despertó sobresaltado.

Inmediatamente Alec lo cubrió con sus brazos haciendo que Raphael se pegará a su pecho mientras seguía sollozando.

-No te preocupes -le susurró Alec besando su cabello- Estamos aquí

Los puños del pequeño se aferraron al suéter color gris de Alec, mientras que él sentía como su corazón se estrujaba al ver a su hijo llorar. No podía tolerar que nada les hiciera daño y odiaba ver como las lágrimas brotaban de sus ojos sin poder detenerlas.

Sólo podía secarlas y prometerse a si mismo que nunca más dejaría que ellos volvieran a derramar una.

Magnus le apretó levemente su mano haciendo que volviera en sí, este le dio una sonrisa melancólica.

-¿Pesadillas de nuevo pequeño? -preguntó Magnus susurrando.

Raphael asintió.

-¿Quieres contarnos?

-Yo estaba en un lugar parecía ser una habitación del instituto -comenzó- Luego fuimos atacados por demonios y querían secuestrarme, aunque pelearon no logramos detenerlos y ellos los mataban frente a mí... Y me quedaba solo de nuevo

Magnus escondió un jadeo y lo miró preguntándose como hacer para alejar todas sus pesadillas.

-Yo tenía mucho miedo, no quería dejarlos, pero no podía hacer nada -dijo llorando más fuerte y enterrando su rostro en el cuello de Alec.

-Tranquilo -le dijo Alec tratando de calmarlo- Estamos bien, ¿lo ves?, estamos contigo y no nos iremos de tu lado 

-Tiene razón cariño -le dijo Magnus acariciándole su mejilla- Siempre te protegeremos y cuidaremos

-¿Porque no intentas dormir? Nosotros cuidaremos tu sueño

-¿Lo prometes?

-Lo juro por el ángel

Raphael sonrió y Magnus limpió el resto de las lágrimas que quedaban en sus mejillas.

El pequeño se colocó de nuevo sobre las mantas color verde de su cama y hizo un espacio sobre esta, su mirada se topo con la de Alec.

-¿Puedes quedarte un rato papá?

Alec le dedicó una mirada a Magnus quién sonrió y asintió.

-Claro -le dijo Alec.

-Mientras yo iré a ver a Max -se incorporó  Magnus.

-¿No estás molesto?

-Claro que no Alexander -le dijo Magnus- Sólo haz que duerma bien, lo merece después de todo

Alec sonrió y le dio un breve beso a su amado.
Al apartarse y dirigirse a la puerta Magnus chasqueo sus dedos haciendo que las chispas azules volarán y  llenarán la habitación de un brillo. Creando unas figuritas de estrellas, lunas y estrellas fugases.

-Para que duermas bien Raphael

Al cerrar la puerta Magnus se dio cuenta de algo, que haría cualquier cosa para ver  a sus pequeños y a Alec felices.

Y que a pesar de todo aún les quedaba mucho tiempo juntos para compartirlo.

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Hola!!!

Nuevo One Shot!!

Espero que les guste.

Voten y comenten

Recuerden que si quieren un one shot especial, dedicado o una petición. No duden en dejar su comentario aquí para que yo pueda verlo.

Pd. Amoo a los pequeños Lightwood Bane demasiado

Eso es todo por ahora

Nos leemos luego...

Felices Lecturas. Rx

Malec One Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora