Su reputación

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Al pasar por las puertas del gran edificio, podía jurar que quería vomitar de nervios. Los zapatos eran cómodos, pero sólo por ese instante quería aventarlos para después salir corriendo del lugar y desaparecer complemente

-Hola, vengo...

-Claro -La chica sonrió amablemente antes de que pudiese seguir con mi discurso, el cual había practicado toda la mañana con Gerardo -Este debe estar a la vista

Me había entregado un gafete que me puse de inmediato siguiendo las instrucciones de la chica que le había llamado a un hombre de traje para que me ayudara a llegar a mi destino

-Así que es usted... ¿pasante? -Él hombre apretó el botón del elevador y me miró

-La verdad no sé -Sonreí nerviosa

-Todo saldrá bien. Sólo debes de memorizar lo que debes hacer

-¿Por qué?

-El señor Adams es un poco paranoico y quiere las cosas bien hechas. Y creo que vas a trabajar con él

-Bueno, no me han explicado muy bien. No contesté mis llamadas y sólo respondí un correo. Después me dijeron que viniera hoy

Las puertas se abrieron para ver cubículos y gente sirviéndose café, escribiendo en sus computadoras o platicando

-Debe de ser alguien muy especial para que le estuviesen llamando con insistencia

-Bueno, gracias...

-Todos me dicen Peter

-¿Y no es así como se llama? -Lo miré

-Bueno sí, pero todos saben que no me gusta mucho mi nombre -Rió un poco y caminó

-Yo podría llamarlo como usted guste

-Peter

Ambos sonreímos y seguí el pasó del que ahora era Peter

-Espero nos estemos viendo seguido, señorita -El hombre sonrió y me dejó en una sala de espera -Hola Natalie, ¿algún pendiente?

Natalie era quien estaba ahí. Tenía un escritorio de cristal y una computadora bastante linda, sobre todo por las decoraciones que le había puesto al reverso. Ella era una chica de piel blanca y cabello en un tono chocolate. Se veía que era alta, pero no podía juzgar demasiado pues estaba sentada

-Sólo que lleves su ropa a la lavandería -Hablaba bajo y al final negó -Nada por ahora, pero creo que tiene una comida, así que debes estar al pendiente de tu teléfono

-Nos vemos en un rato

Peter se fue y saludaba a todos para después apretar el botón del elevador

-Ha llegado la chica, Adams -Natalie hablaba por un teléfono para después asentir -Pasa

-Gracias

-Tú sólo acepta las condiciones y todo irá bien -Dijo mientras volvía a colocar el teléfono en su lugar

Al pasar a la oficina, me encontré con un señor de un cabello oscuro, sin nada de barba y parecía estar preocupado por la apariencia. Usaba anteojos y golpeaba su pluma contra su escritorio

-Adelante, toma asiento -Señaló los asientos al frente y después estiró su mano para que la tomara -Es un gusto tenerte aquí

-Para mi es un... honor -Trataba de sonar lo más amable posible, como Gerardo me había sugerido, pero era difícil serlo cuando estaba incómoda y sin saber por qué rayos estaba ahí

Secreto: El lado oscuro del amor (Liam Payne)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora