Bajé las escaleras en absoluto silencio, aun cuando era de madrugada no conocía a sus vecinos y algo me decía que debía comenzar a desconfiar incluso de mi sombra. Afortunadamente no me topé con nadie hasta llegar abajo y el conserje estaba durmiendo cuando pasé junto a su estación de servicio. Abrí la puerta y me abotoné el abrigo hasta el cuello, hacía un frío de los mil demonios.
Una vez me encontré a un par de calles del departamento, con el sol comenzando a alzarse lentamente por entre los edificios me pregunté a mi mismo qué mierda tenía que hacer ahora.
Tenía miedo. Estaba jodidamente aterrado por saber la verdad.
Era mi deber con mi hija y para conmigo mismo averiguarla y eso, probablemente consistía en desenmascarar a Frank.
Eso claro si hubiese alguna máscara que quitar y mi yo interior rogaba porque eso no fuese así. Pedía porque esa identificación falsa tuviera otra explicación y me gritaba que me devolviera sobre mis pasos para regresar a la cama. Junto a Frank.
Entonces luego de dar un par de pasos y mirar varias veces por sobre el hombro me encontré en una encrucijada. Sí ansiaba conocer la verdad, pero tampoco quería perder a Frank. Era como si mi subconsciente estuviese tratando de escoger entre mi hija y Frank.
Y aunque a simple vista parecía una decisión fácil de tomar, en realidad no lo era tanto. Ocho meses sin mi hija habían dejado un vacío en mi pecho que sólo Frank había logrado llenar. Incluso sin una relación amorosa entre nosotros, había algo más, realmente había algo que llamaba e incitaba a probar más y más.
Pero no podía ceder. Por mi hija, por mi familia. No podía escoger a Frank.
Aunque mi corazón se quebrara ante cada paso que daba.
Finalmente me detuve frente a una cabina de teléfono en la acera. Alan me había dicho que no usara mi celular para hablar con él porque era posible que estuviese intervenido. Así que ese sería un medio seguro. Luego de marcar el número y dejar un montón de monedas junto a mi brazo para ir metiendo cuando fuese necesario, su voz pastosa se escuchó al otro lado de la línea.
— ¿Quién demonios?
— Alan soy yo, Gerard —dije algo ansioso, mirando de cuando en cuando por sobre mi hombro. El sol ya aclaraba la mayor parte del cielo.
— ¿Sabes qué hora es?
— Cerca de las 5 de la mañana. Pero no pude llamarte antes. Ahora tengo la identificación y realmente necesito tu ayuda —le informé, tratando de disminuir la velocidad a mis palabras, pero de alguna manera el nerviosismo influía en mi contra.
— Te escucho —replicó él, noté el entusiasmo en su voz y eso me motivó más.
— Tengo una sospecha. Es Frank. Digo, no sé si es algo de mi mente o realmente está actuando sospechosamente, pero me gustaría que lo investigaras. Además cuando busqué su identificación encontré otra más, el mismo registro, la misma foto pero diferente número y apellido —le dije buscándolas en mi bolsillo.
— Esto es más fácil, dame ahora los datos y llama a las 10 am. Te tendré todo para entonces —contestó y luego se alejó del teléfono para buscar algo en dónde anotar.
— Okay, la primera es: Frank Anthony Thomas…
— ¿Estás bromeando? —dijo divertido, pero se interrumpió de inmediato y algo avergonzado agregó— Lo siento, es que son muchos nombres. Continúa, yo anoto.
— Thomas Iero. El apellido de su madre es Priccolo. El código del reverso es 4GG68853F. ¿Lo tienes? —él respondió afirmativamente y continué— El otro es Frank Thomas Johnson y el código es 9TP2357K.
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paramnesia ・ frerard
Fanfic¿Qué hacer con una hija desaparecida y una esposa que niega la existencia de la misma? ¿Qué hacer con los recuerdos y la impotencia al no tener noticias de ella? Gerard Way decidió encargarse de la situación él mismo y un policía recién egre...