Capitulo 38.

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Me quedé callada ante la pregunta que Steve había dicho, él tan sólo asintió mientras juntaba sus manos para luego ponerse de pie. Cerré mis ojos tratando que las lágrimas no salieran de mis ojos, Steve tan solo estiró su mano hacia la pared para recargarse mientras veía por la ventana. Nunca pensé que me encontraría en una situación así con Steve, pensé que nunca tendríamos este tipo de problemas. Me puse de pie y recargue mi espalda en la pared que había a un lado de él, Steve ni siquiera volteaba a verme, ni siquiera me veía de reojo. Puse una mano en su brazo y él tan sólo la miro para luego volver a ver la ventana.

Sarah.- tengo una explicación para no haberte dicho nada de lo que sucedió en Asgard.- me senté en el suelo.- Lamento haberte angustiado todo este tiempo, no era mi intención que te preocuparas por mi cambio de actitud...tan sólo no sabía cómo decírtelo.

Steve.- ¿decirme que?.- parecía más calmado.- Ponte de pie, no debes de estar en el suelo.- me extendió su mano para ayudarme.- Sabes que a mi nunca me a gustado verte sentada en el suelo, más ahora.- me senté en el borde de la cama.- Debemos de hablar...dime todo.

Sarah.- a la siguiente noche de cuando llegue a Asgard, el padre de Thor me dijo quién era mi padre.- junte mis manos.- Descubrí que el verdadero nombre de mi padre no es John...su verdadero nombre es Flin.- apreté mis labios.- Era como la mano derecha del padre de Thor, mi padre era un excelente soldado...vino aquí porque se enamoro de mi madre y porque yo había nacido...como soy la única hija de Flin, herede su traje que usaba en las guerras...no te lo dije porque no sabía cómo ibas a reaccionar al saber que soy mitad asgardiana.- suspire.- Luego con los problemas que hubo con los tratados y con lo de Madison...ya no sabía que hacer.

ya no sabía que hacer

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Steve.- a mi no me importa de dónde vengas, no importa si eres mitad asgardiana...tú eres mi esposa y lo único que me importa es tu bienestar.- se colocó al frente mío.- Sabes que puedes decirme lo que sea, incluso lo que te inquieta puedes decírmelo a mí...soy tu esposo y la única persona que queda que realmente te conoce desde niños...no estás sola, me tienes s mi y a los chicos.

Sarah.- lo sé.- traté de sonreír.- Tan solo...tenía que pensar en eso.- me encogí de hombros.- ¿Que haremos ahora? ¿Esperaremos a que algo malo suceda para poder salir de aquí?.- reí levemente.

Steve.- Stark sabe que si llega a necesitar nuestra ayuda, nos puede llamar.- asentí levemente.- Pero de ahí en fuera, ayudaremos en lo que sea a T'Challa.
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Habían pasado algunos cuantos meses desde que le dije a Steve lo de Asgard. Sorprendentemente nuestra relación ya no estaba tan mal como antes lo estaba, incluso los chicos se enteraron lo que sucedía entre nosotros dos. Todos estábamos bien, pero era obvio que Clint y Scott extrañaban a sus familias. T'Challa aún no me decía nada sobre la "misión" en la que me necesitaba. No me importaba si me quería en la misión o no, estaba descansando por primera vez desde descongelada. Clint y yo en estos momentos entrenábamos en el gimnasio que había, Barton me enseñaba a utilizar el arco y las flechas con la misma agilidad que él lo hacia, realmente quería aprender a utilizar eso.

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