Capítulo 16.

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El despertador sonó a las 8:15 al día siguiente y tuve unas ganas inhumanas de estrangular a Luke.

-Le voy a matar.-Dije para mi mientras sacaba la ropa que me iba a poner. Saqué unas mayas negras, una camiseta blanca que dejaba mi ombligo al aire con una camisa vaquera que me quedaba más larga que la camiseta, por la cadera más o menos.

Me vestí y después me puse mis vans blancas; metí en una mochila un bañador de rayas azules marino y blanca de palabra de honor. Metí una toalla y una camiseta blanca de tirantes básica por si la necesitaba.

Bajé al salón y escuché a mi madre llamarme desde la cocina.

-Te he preparado el desayuno.-Dijo sonriéndome.

-Genial.-Dije irónicamente sentándome en la banqueta y arremangándome para coger una cuchara y empezar a darle vueltas a la leche que había en un tazón.

-Échate cereales.-Dijo mi madre poniéndome la caja enfrente mío.

-¿Es neceserio?-Pregunté.

-Sí. Además, vas a hacer deporte, asique come.-Dijo seria dejándome delante un trozo de pan con dos lonchas de jamón de york.

-Mamá...

-Ana, ya sabes que con los cereales tienes que comer esto, lo siento.-Dijo.-Y date prisa que va a llegar Luke, y de aquí no sales sin acabártelo todo.

Me aferré a la idea de que nadaría y así empecé a comerme todo aquello. Para ser sincera, estaba asustada de que Luke me viera en bañador. Era una gilipollez, si, pero desde hace casi un año nadie (aparte de mi madre y mi hermano) me veía en bañador.

Cuando me metía el último trozo de jamón de York en la boca, Luke llamó al timbre. Cogí la mochila del suelo y salí de casa pegando un portazo.

-Buenos días.-Dijo sonriéndome.

-Te voy a matar.-Dije cogiéndole del cuello. Sabía que apenas podría ejercer algo de fuerza en él para hacerle daño, pero tampoco pretendía hacérselo.

-Bueno, lo podré soportar.-Dijo encogiéndose de hombros para después cogerme como si fuera un saco y cargarme en su hombro.

-¡Luke!¡Bajame, que acabo de desayunar!¡Por favor!-Dije riendo. Me dejó cuidadosamente en el suelo enfrente del coche.

-Ha sido un placer llevarla a hombros, señorita Beccet.

-Oh, cállate.-Dije dándole en su hombro y abriendo la puerta del coche para meterme dentro y sentarme.

-Que sepas que no me has dado un beso.-Dijo apoyándose en la ventanilla, que acababa de bajar.

-Y tu me has despertado a las 8:15.-Dije mirando al frente. Él se rió y dió la vuelta al coche para llegar a la puerta del conductor. La abrió y se sentó dentro, mirándome divertido.

-Pero me quieres. Y mi sorpresa te va a encantar.

-No, no te quiero.-Dije intentando mantenerme seria. Luke se acercó a mi, echó el asiento lo más hacia atrás que pudo y prácticamente se sentó encima mía.-¿Qué haces?

-Esto.-Dijo haciéndome cosquillas. Yo me retorcía debajo suya pero me era prácticamente imposible y sólo conseguía que él tuviera más acceso para hacerme cosquillas. Al moverme, las mayas se bajaron un poco, y la camiseta no era lo suficientemente larga para tapar las marcas que tenía en la cadera derecha. Él siguió haciéndome cosquillas hasta que las notó y levantó su mirada, aflojando su agarre.

La risa se me acabó y le miré a los ojos para después confirmar, aterrada, que había visto lo que tenía.

-Ana..

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