En la caja, habían 3 cosas relevantes, dibujos de frascos de medicina, dibujos de una capsula del tamaño de un refigerador, dibujos de un libro, del libro de registro. Habían más dibujos y nombres. Olga, Helen, Adams... y otros nombres que desconocía, entre ellos uno que nunca olvidaré, Oscar, el nombre del pequeño que había muerto de manera tan particular... Sebastián escribió un número al lado de su nombre, 906, (#906_Oscar).
Dos días después de la muerte del pequeño, el orfanato siguiendo las costumbres católicas, procedió a realizar el entierro, asistí. Fue triste, allí habíamos pocos, quienes cabaron la tumba, Olga, el sacerdote, Carlos que sólo miraba a lo lejos y yo.
— Hoy vemos partir un ángel de vuelta a donde pertenece, donde ya no será huérfano, donde estará con nuestros padrés, el gran Dios de la humanidad y su fiel discípula María — escuchaba al sacerdote decir mientras iban bajando el pequeño ataúd.
Luego de que el sepulcro finalizó, me quedé allí, ese cementerio pertenecía al orfanato hacía ya muchos años y hasta donde yo sabía estaba repleto de monjitas, pero allí estaba él, con ellas, con los demás. Paseé entre las lápidas, muchas de ellas no tenían apellidos y supe que se trataba de huérfanos.
La lápida de Sebastián era linda, era lo más lindo que podía ver en aquella situación, me dolía el alma y no pude evitar llorar, me acerqué a la lápida y dejé que mis manos apretaran la tierra removida.
Sebastián 1940-1952 (#907)
Paz a su alma.
Fue justo por esa inscripción que caí en cuenta, era extraño, bastante extraño y entonces recordé lo que había escrito Sebastián al lado del nombre Oscar #906, era bastante peculiar que ambos números estuvieran ordenados de menor a mayor y justo en el orden en que habían fallecido ambos niños.
Me puse de pie y me apresuré, recorrí todo el campo santo, estuve leyendo las lápidas, ninguna otra tenía alguna númeración a parte de su fecha de nacimiento y partida, todas excepto dos.
El corazón me dejó de latir y jamás he vuelto a sentir el frío que sentí aquella vez.
Oscar 1940-1952 (#906)
Paz a sus restos.
No lo había imaginado, era cierto, sus muertes figuraban en un listado, sólo que no sabía cuál era, ni el porqué.
Me dirigí a la salida, encendí el auto y conducí a toda prisa por los dos kilometros de carretera que separaban el cementerio del orfanato.
— Orga — Exclamé entrando de golpe en la oficina de la misma.
— ¿Necesita usted algo sr. Jones?
— Sí, respuestas.
—¿Sabe que necesita una orden judicial para interrogarme, cierto?
— Lo sé —dije entumecido— . Pero sólo quería hacerle unas 2 preguntas.
—¿Cuáles son?
—Pues fijese señora Olga, hoy cuando se fueron, yo me quedé en el cementerio, la lápida de Sebastián tenía algo extraño, una númeración, #907, ¿sabe qué quiere decir ese número?—Realmente no lo sé, no me fijo en esas cosas Jones, a de haber sido un código de la fábrica o quizás se hayan equivocado.
— Es curioso Orga... luego de haber estado llorando como marica en el cementerio, comencé a pasearme por él, mirando las lápidas, una de ellas, era la de Oscar, sé que lo recuerdas Orga, era uno de los tuyos, y su lápida también tenía algo peculiar, un númerador, el n° 906; me pareció curioso que ambos números estuvieran justo en el orden de sus muertes, 906 y 907. ¿No es curioso Orga?—Creo que sí, ya recuerdo que significan.
—¿Ah, si?
—El doctor Adams me dijo que es un recor para un senso que están realizando en el area de medicina de las naciones únidas, allí aparecen inscritas las víctimas de las enfermedades cardíacas.
—Es extraño. Primero me dice que no sabe nada y luego como por arte de magia sabe de que hablo.
—¿Se le ofrece alguna cosa más Jones?
—No realmente.
—Entonces le agradecería que se retire.
—Tenga buen día señora Orga.
—Usted igual Jones.

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Experimento 908
Misterio / Suspenso¿Salvar a unos o matar a otros? Esta es la question en Experimento #908. Todos los derechos del autor reservados. No al plagio.