Experimento 908

XIV

Helen tenía ocho años cuando ocurrió el accidente, pero eso no le impidió notar que todo había cambiado en la casa de los Adams, Rafael Adams, amaba a su esposa y no supo como superar su pérdida, después de que pasó el velatorio y todo lo que conllevó, las cosas cambiaron de manera radical.

Rafael empezó a comportarse de manera extraña y ya ni siquiera prestaba atención a su hijo y mucho menos a Helen, contrató una niñera para que se ocupase de ellos y empezó a hundirse en su propio mundo, apartó un lugar del patio trasero y allí hizo una especie de veterinaria, montones de jaulas que contenían perros, gatos, gallinas, cerdos, ratas y muchos otros más, pero estos no duraban mucho tiempo con vida luego de haber llegado, Rafael era médico y su padre había sido un científico de esos a los que la historia omite del historial por tener ciertas particularidades.

Tenía una especie de Experimento, decía que era por el bien de la humanidad y que su padre también trabajó en ello toda su vida, que era su deber proseguir con las "costumbres familiares".

Helen me dijo que Sara era la conciencia física de Rafael y quien mantenía su estado psicológico en control, por eso cuando ella murió, la balanza quedó inmovil  y con un sólo peso, debido a ello Rafael decidió que lo mejor era enseñarle a su hijo lo que debía hacer, Jhons tenía doce años y su mente fue poco a poco siendo retorcida por las enseñanzas de su padre hasta lo que Helen jamás imaginó.

Un día como cualquiera Jhons fue al laboratorio con su padre y allí ocurrió la psicopatéz más grande de todas. Rafael, explicó detalladamente a Jhons como debía hacerlo, que cantidad de Xilocaína debía inducirle, cuanto tiempo tenía, lo que según el debía ocurrir e incluso le explicó que haría si todo aquello no funcionaba, ese, fue el experimento #700, pero esta vez, era un humano en lugar de un animal.

Jhons, hizo tal cual su padre le había dicho que hiciese, pero no funcionó, Rafael Adams dejó de existir pasado el tiempo de experimento, muerto por voluntad propia en manos de su pequeño hijo de en aquel entonces ya 13 años.

Cuando aquello ocurrió Helen y Adams fueron llevados a vivir a casa de un tío de Rafael, un señor mayor que 6 años después falleció por diabetes. Para ese tiempo Adams había cumplido la edad de diescinueve años y empezaba su carrera universitaria en el área de medicina al igual que Helen como aspirante a enfermera.

Adams no necesitaba ir a la universidad, sabía todo lo que un médico de reputación debía saber he incluso más, había estudiado porque necesitaba un papel que confirmara su poseción de conocimientos. Adams también siguió el ejemplo de su abuelo, de su padre... lo había estado haciendo a escondidas, pero cuando pasados seis años Emilio falleció, Adams aprovechó totalmente la oportunidad. Una vez más una casa se llenaba de jaulas y animales que iban a ser asesinados más tarde.

Adams desarrolló una gran obseceión y tomó el diario que al principio habia pertenecido a su abuelo, después a su padre y que entonces, le pertenecía a él. Allí documentaban cada Experimento que se había realizado y todos estaban ennumerados de menor a mayor.

El experimento consistía en provocar un paro cardíaco al individuo y luego utilizar diferentes métodos para llevar a cabo la reanimación de los demás organos ya que el paro cardíaco le permitía al corazón seguir latiendo y mientras que el corazón latía, aún había vida... pero no todo era medicina, había algo más, algo de magia oscura. Tras cada asesinato de un pobre animal Adams hacia algo en particular, resar... Helen dijo que nunca supo que resaba, pero que no lo hacía como lo acostumbra a hacer un católico.

No todos los Experimentos fallaron, algunos habían funcionado, Helen dijo recordar uno en partícular... Adams tomó la jeringa y colocó en ella  una gran cantidad de Xilocaína, la introdujo en el muslo izquierdo de aquella paloma blanca, la paloma no tenía alas, le habían sido cortadas para que no se escapase... El pobre animal fue muriendo lentamente hasta llegar al mismo punto que todos los demás, Adams empezó la reanimación y luego de unos minutos Helen vió algo inusual, Adams colocó una gota de aceite y oró, haciendo movimientos con los brazos al aire como si de Yoga se tratara y de pronto la paloma revivió, sus alas habían crecido, el color de sus plumas había cambiado... ya no parecía una linda paloma blanca, se había convertido en un cuervo tan negro como la oscuridad misma.

A pesar de todo, Helen y Adams se querían como verdaderos hermanos... Quizás por eso ella nunca quizo apartarse de su lado a pesar de que el se convirtió en un monstruo.