cap. 9

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--Louis... Louis despierta..... !Profesor¡
Un Louis somnoliento y aturdido se remobia en la una superficie blanda, con olor a manzanilla y canela, incorprandose lentamente recordo lo que ocurrio horas antes lo que ocasiono que terminara levantandose de golpe.
--Harry... ¿qué hora es? --Pregunto deseperado casi gritando; buscando su ropa en el suelo en el lio de ropas que era el suelo alrededor de la cama del risado.
--las nueve y media-- respondio este bostezando aun desnudo sin signos de querer vestirse.
--maldicion la niñera me va a matar.- colocandose la camisa busco su celular esta en el suelo con veinte llamadas perdidas de la niñera.
--realmente su estupido celular me desperto, no dejaba de sonar.
--es Paty la niñera de Kat, debí llegar a casa a eso de las 5:00pm- dijo Louis intentando cerrar los botones de su camisa, Harry lucia bastante satisfecho y somnoliento
- que irresponsable es profesor - dijo el menor en un tono de burla.
--Harry eso.. yo.. debo irme ¿hablamos otro día te parece?.
--Entiendo Louis, ahora ve con tu niñera llegaras a eso de las once.-- Dijo Harry quien se volvía a recostar en la cama cubriéndose con las sabanas que tendrían el olor de Louis por esa noche. Louis se acerco a la altura de su rostro y beso sus labios.
-- Realmente la pase muy bien, me alegra que te encuentres bien, yo.. yo me preocupe mucho- confeso angustiado. - descansa
-- Igual la pase increíble profesor, casi puedo jurar que mañana no podre caminar bien -- su sonrisa burlona y satisfecha reflejaban un Harry maravillado. --usted si coje rico profesor.. - finalizo cubriéndose con las sabanas en su totalidad. Louis salio corriendo importándole muy poco lo que pensaran los sirvientes de Harry, de él, por ahora no podría arrepentirse no pensaba en eso; tenia grabado esas suplicas en la voz ronca de Harry, esos sonidos de piel con piel, el impacto de sus caderas con el trasero del menor, lo apretado que estaba alededor de su polla y el grito que dio el menor al llegar a lo profundo en su interior debastandolo con la mirada sin descanso sin misericordia, enfocado en el placer.

El quinto pecado.

Al llegar a casa Paty no estaba furiosa sino mas bien preocupada, la pobre señora temia por su bienestar, Louis como el mejor mentiroso que era le invento que tuvo un incidente con uno de sus alumnos que debia atender (cosa que no era del todo mentira), dijo que no respondio a sus llamadas debido a que dejo olvidado el telefono en la oficina.
La pequeña Kat ya dormía, al otro día como es costumbre la abuela Alyssa la pasaría a recoger para tener un fin de semana de paseo. Louis tenia muchos exámenes que corregir por lo que este sábado se quedaría en casa.

-Buenas noches Paty descanse- despidió a la niñera, cerrando la puerta y recargándose en esta, al cerrar los ojos lo primero que vio es aquel ángel del infierno postrado desnudo en cuatro pidiendo más sus labios rojos hinchados por los feroces y mordidas que él le rebaba.

-Basta Louis, es tu alumno.-se reprendiendo entrando a la habitación de la pequeña para darle un beso de buenas noches, despidiendo por unas horas, para así disculparse por no llegar a tiempo y acostarla él mismo. Se sentía pésimo como padre en estos instantes, no había disculpa para su alma el no atender a su pequeña por estar revolcándose con  su mejor y mas querido alumno. se baño no queriendo sacar el olor de Harry de su piel, aun sabiendo que eran producto del mas cruel pecado que ha cometido en todo su vida; eufórico se sentía de saber que al fin tuvo a ese querubín del infierno entre sus brazos que él poseyó e hiso gritar a Harry de placer con ese pensamiento se durmió abrazando la almohada que imagino seria el menor.

A la mañana siguiente le preparo a Kat unos waffles para  el desayuno acompañado con un vaso de leche, la abuela de la pequeña llego a eso de las once de la mañana, Louis extrañaba a su hija en ocasiones deseaba pasar los fines de semana con ella y llevarla al parque; pero también comprendía a Alysse y su soledad, su sufrimiento. Mas que nada el cargo de conciencia que tenia con respecto a la muerte de Hanna era la razón por la cual le entrega a su pequeña a su abuela materna todos los fines de semana desde hace tres años únicamente exceptuando los cumpleaños propios y los de Jay su madre.

Vestido con un jogging gris, una camisa sin mangas negra y sus lentes de descanso; leia cada uno de los exámenes de sus diferentes clases, aquel examen al que Harry no había presentado  y por el cual estaba reprobado. Entre examen tras examen se perdió en la maravillosa vista que era Harry desnudo recostado en sabanas de seda debajo de él mirándolo profundamente con su boca roja por los besos y mordidas, el sudor en la base de su cabello alrededor de la frente y sus muy variados cardenales en sus clavículas causadas por su boca; el jadeo constante que salia por esa hermosa boca rojo cereza y los hoyuelos marcados cuando sonreía con cada penetración.

Con el paso del tiempo Louis comprendió que dentro de ese sin fin de flores él era el único girasol; aquella fiel flor al sol, esa que debía su vida al astro rey; para Louis el sol era Harry al que seguía con la mirada, con anhelo con pasión, con lujuria, con esperanza, con algo mas.... el cual al final del día se ocultaba entre las nubes de sus pensamientos y demonios, aquel maravilloso astro huía de él sin piedad dejando un vacío en el girasol, dejando pétalos marchitos. A duras penas comprendió que el sol no podría ser únicamente suyo y eso lo destrozaba; con miedo y rencor; ambos sentimientos fuertes arraigados en su interior lo hicieron comprender; que el sol brillaba para todos, para Louis brillaba en su propia oscuridad dentro de las cuatro paredes que conformaban su oficina incendiando cada sentido muerto durante el crepúsculo, ese era su amanecer para el girasol para Louis mirar a Harry ahí regocijándose de placer ocasionado por el, llevados por la danza de la pasión donde ambos bailaban gustosos. Ahora el girasol de pétalos marchitos admiraba de lejos a su gobernante, cruel.
Louis había tomado una decisión a la cual tenia que apegarse y es que  por Harry rompió sus propias normas quebranto leyes mortales y divinas y ahora por su propia mano expiaba cada una de ellas; de la manera mas cruel mientras lo asechaba a lo lejos tomado de la mano de David quien iba muy sonriente a pesar de saber que su astro iluminaba a todos.

Sin otro destino que contemplarlo con anhelo sin tocarlo los astros viven muy arriba en el cielo azul ahí donde ninguna escalera por grande que sea puede llegar y es que sin darse cuenta Harry se había convertido en la razón de su existir. Harry le provocaba sentimientos que jamas hubiera imaginado sentir mucho menos por alguien como aquel chico fácil aquel adolescente que iba de cama en cama, aquel envidiado del infierno para hacer de su vida terrenal un suplicio lleno de sexo duro y orgasmos infinitos; sin embargo, cada que el menor se había posado en su cama sonriendo mostrando sus hoyuelos infinitos con esa mirada inocente pero a la vez lujuriosa y provocadora como todo experto en las artes de la seducción; se olvidaba de su alrededor, olvidaba su paternidad y en esas horas todo su cuerpo gritaba Harry Harry invocando los placeres en la profundidad mas gloriosa, olvidando al mundo porque ahí enlazados solo existían ellos dos con sus sonidos y surruros; con sus roces y deslices; con sus fluidos y sudor; llevados por el pecado sin tiempo y espacio como en el mas allá.

Garçon FacileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora