🐺Pet me🐺 🌜JinHongseok🌛

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(」ﾟﾛﾟ)｣Antes de nada, comunicar que esta historia no habría sido escrita si no fuera por DeafMelody; aka "un retrasado enfermo de cojones que me ha dado un par de ideas", ya que él fue quien me ayudó en su desarrollo.

Gracias💕💕💕(づ￣ ³￣)づ.

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      ✿La gente caminaba ajena a lo que ocurría en las sucias calles del reino, ignorando a cualquiera que no tuviera nada que ver con ellos. Simplemente pateaban asqueados los cuerpos de las personas que no podían permitirse un hogar, y aquello no iba a ser diferente con Jo Jinho, aquel omega sin un lugar donde caerse muerto.

   Por suerte, aquella semana no hubo mucha gente paseando, puesto que se celebraba un espectáculo que provocaba un gran revuelo y la gente quería prepararse. Había oído que se trataba de una justa; donde dos hombres de clases altas luchaban para saber quién era el mejor.
   A ojos de Jinho era absurdo, pero él no era nadie para opniar.

   Sabía además que sus majestades -el rey, la reina y el príncipe- estarían allí y que vendrían los monarcas y el descendiente de un reino cercano. También que participarían los dos herederos "amistosamente".

   No tenía ni idea de cuándo sería aquella celebración, sin embargo, algunos rumores hablaban de que el príncipe paseaba mientras que su padre realizaba una visita al reino vecino.

   Jinho nunca había tenido la oportunidad de ver al príncipe en persona. Tan solo lo había divisado en caricaturas.

   Y pensó que solo lo podría ver de esa manera, lo pensó al menos hasta que un día cualquiera presintió un extraño aroma a su alrededor. Su cuerpo se tensó de pronto, erizando su piel y haciendo que se encogiera inevitablemente. Estaba temblando y no estaba seguro de la razón, solo se le pasaba una cosa por la cabeza pero era casi imposible.

   No podía ser el olor de un alfa, simplemente había una escasa probabilidad.

   Cada vez lo sentía más cerca, hasta el punto en el que podía confirmar que era un licántropo. Pensando que se había vuelto loco, decidió aproximarse al olor para asegurarse de que no era así.
   Por cada paso que avanzaba aparecían tres personas nuevas mínimo, advirtiéndole de que el olor provenía de "algo" bastante importante. Quizás demasiado.

   Esquivando a las personas y metiéndose entre toda la multitud, Jinho consiguió saber la procedencia de aquel aroma.

   Una carroza.

   Aquel transporte decorado con adornos de alto coste y pintado en un dorado brillante. Pero no fue todo eso lo que captó su atención, sino la persona que se encontraba en su interior; el príncipe.
   ¿Por qué transmitía ese aroma un humano? Jinho estaba confundido.

   Se alejó de la multitud intentando razonar y pensar más tranquilamente acerca de la situación. Al final consiguió estar en un callejón donde no había ni una sola persona.
Estaba encharcado y había alguna que otra rata, pero no le importaba en esos momentos. Tenía mejores cosas sobre las que preocuparse.

   Lo peor de todo era que el olor no desaparecía.

   Era poco probable que lo hubiera confundido con otro olor, era demasiado diferente a todos los demás. Incluso podía sentir el estrés que rodeaba a esa persona y lo seria que estaba en aquellos momentos.
   Se encogió en una esquina del callejón, no importándole en lo más mínimo si ensuciaba su "vestimenta", pues eran unos harapos desgastados que encontró por la calle.