🐺Pet me🐺 🌜JinHongseok🌛

❀09❀

      ✿Jinho pudo apreciar la frustración que tenía el rostro de Hongseok cuando este volvió con él. Se levantó enseguida del sofá y fue rápidamente hacia el príncipe. Ninguno de los dos decía ninguna palabra, tan solo se escuchó el suspiro de Hongseok.

   —¿Ha pasado algo? —cuestionó Jinho asustado.

   —Jinho —susurró—, mis padres quieren que me comprometa una vez haya finalizado la justa. Lo importante es que solo lo haré si la gano.

   Fue como si un balde de agua fría cayera de repente sobre Jinho. Su boca se abría y se cerraba, queriendo decir algo coherente sin realmente poder hacerlo. 
   Sus ojos comenzaron a lagrimear; si Hongseok ganaba la justa tendría que casarse, sin embargo, si perdía él tendría que irse con Wooseok.

   ¿Quién le habría mandado hacer una cosa tan absurda como aquella?

   —Supongo que tendré que concederle a Wooseok su petición y perder la justa a propósito.

   —¡No! —gritó con fuerza—. No pierda, por favor...

   —¿Qué? Pero si gano tendré que casar-

   —Si usted pierde, el trato era que me iría con el príncipe Jung —interrumpió.

   Hongseok era quien estaba sorprendido en aquellos momentos. Tomó las manos de Jinho con delicadeza, pidiendo una explicación con su mirada. El omega agachó la cabeza avergonzado, no se atrevía a decir la estupidez que cometió.

   —Hicimos una apuesta, Hongseok. Si usted ganaba, todo seguía igual y yo me quedaría aquí. Pero si usted perdía... iría con él.

   —¿Por qué demonios hicisteis eso? —preguntó molesto.

   —N-No lo sé —balbuceó al borde del llanto—, no estaba con todos mis sentidos alerta, y-yo...

   Pronto su voz comenzó a cortarse, simultáneamente por sus mejillas caían unas cuantas lágrimas. Hongseok pasó sus dígitos por la cara del omega.
   Estaba cabreado, pero por alguna razón era incapaz de echarle en cara la gilipollez que había apostado.

   Jinho estrechó entre sus brazos —escondiendo su rostro en el pecho ajeno— a Hongseok y se aferró a su cuerpo, fundidos ambos en un abrazo. El alfa acariciaba su cabeza tranquilamente, tratando de detener el llanto de su omega.

   —Está bien, Jinho. Da igual —dijo más calmado—. Ya sé qué haré para ganar, porque ganaré. Mi matrimonio no importa realmente. Quizás tengamos que ocultarnos un poco más, pero no voy a permitir que nadie os aleje de mí, ¿vale?

  Jinho movió afirmativamente su cabeza, separándose ligeramente de su cuerpo y sonriendo con debilidad.

   —Lo siento...

   —No importa, os prometo que se solucionará, dejad de preocuparos.

   —Va-Vale, pero... ¿sabe quién será su esposa?

   —Sí, lo sé —respondió con resoplido—. Bueno, técnicamente no, pero estoy seguro de que será ella; la princesa Kim, Kim Hyunah.

   El menor no tenía ni idea de quién era, él apenas conocía el reino donde había estado habitando toda su vida. Aún así, sin ni siquiera saber quién era, sabía que la iba a detestar. No era como si él pudiera decidirlo realmente, era más bien el instinto animal; era obvio que estaría celoso de ella.