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      ✿El cualificado doctor Koh tenía entre sus brazos el pequeño cuerpo inconsciente de Jinho. Después de que se desplomara en mitad del suelo, Hongseok no dudó en despertar a Hyunggu y suplicarle que avisara al médico real.
   El sirviente, preocupado y casi en un ataque de pánico, había corrido sin cesar hacia la caseta apartada donde el curandero habitaba solitario y enloquecido.

   Mas en aquellos momentos, mientras el doctor revisaba al omega, Hyunggu y Hongseok estaban expectantes. El beta conocía las posibles causas de su desmayo, pero no podía decirle la verdad al alfa sin antes haber consultado a Jinho. Sería traicionarlo.

   —Enhorabuena —sonrió el señor Koh—, este chico de aquí está...

   —¡Está bien! ¡Muchas gracias, doctor!

   —Cállese, Kang —Hyunggu se estremeció al escuchar la voz del alfa tratándolo por su apellido—. ¿Qué le ocurre?

   —Este omega está concebiendo un bebé.

   Un silencio sepulcral inundó la sala. Hyunggu agachó la cabeza consternado y el heredero se aproximó cauteloso al cuerpo de su amante.

   —¿Desde hace cuánto?

   —No lo sé, su majestad. Quizás semanas, no parece haber estado en este estado un periodo largo —el médico sonrió.

   —Confío en vuestra discreción, Shinwon.

   —Por supuesto, señor, nadie lo sabrá.

   Se encontraban a hurtadillas en el dormitorio del príncipe. Si sus padres se enteraban de que tenía a un omega embarazado, habría dos cabezas rodando por el suelo.
   Miró con ojos brillantes a su omega, prestando atención entonces a sus rasgos cansados. Ojeras, palidez, labios resecos y liláceos. Cómo no podría haber sospechado que Jinho le estaba ocultando una noticia de tal importancia. Jamás se lo habría imaginado, pero aunque en cualquier otro escenario habría sido una bendición, en estos momentos resultaba ser una tremenda carga.

   Su progenitor seguía con vida y todavía no había apartado a los padres de la princesa del mapa. Era imposible presentar a un hijo bastardo. Sería el fin de su gobierno y quedaría desterrado, a la par que Jinho y su hijo terminarían sin vida.

   Los minutos pasaban lentamente, Hyunggu rezaba internamente para que Jinho despertara pronto y el doctor observaba inexpresivo la escena.
   Hongseok mandó a que se retirasen a sus súbditos mientras él se quedaba junto al omega en su habitación. Cuando la soledad solo los envolvía a ellos, Hongseok empezó a replantearse muchas cosas. Estaba molesto con Jinho porque este no le había sido totalmente sincero, mas era comprensible. No era un buen momento. Además todavía quedaba una fase lunar que debían completar como lobos y la fecha jamás había sido exacta. Podría incluso perder a su hije por eso.

   Por el momento debía esperar a que se hiciera un nuevo día. Dejaría a Jinho descansado en su respectiva habitación y él dormiría, o al menos, lo intentaría. Mañana tendría todo el tiempo del mundo para hablar con su omega. Necesitaba todos los detalles de su estado; si se había sentido muy mal, desde cuándo. Había tantas incógnitas. 

🌘🌘🌘

      El sol ya aparecía altivo y deslumbrante por lo alto del cielo. Jinho había pasado una noche terrible, y para colmo no recordaba ni por qué se había desmayado. A su costado no había nadie, y su primera reacción fue impulsarse con fiereza fuera de la cama en busca del príncipe.
   No era capaz de detectar su olor, por lo que trató de tranquilizarse antes de entrar en pánico.

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⏰ Última actualización: Oct 30, 2018 ⏰

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