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      ✿Jinho suspiraba al mínimo roce de los labios del príncipe sobre su cuello. Las manos de Hongseok recorrían la frágil y menuda figura del omega, haciendo que su cuerpo se estremeciese.
   A pesar de lo baja que estaba la temperatura, en la burbuja de amantes que ambos compartían, solo había una extravagante calidez y una fuerte atracción entre los dos. Poco a poco sus cuerpos fueron quedando desnudos, sin ningún impedimento como la ropa entre sus pieles.

   Los besos eran duraderos, sintiendo a la perfección la calidez que el otro transmitía. Las manos de Jinho sujetaban cariñosamente las mejillas de Hongseok, quien pasaba las yemas de sus dedos sobre los muslos del menor.
   Los dedos descendieron hasta llegar a la entrada de Jinho, introduciendo uno de ellos con lentitud. Entretenía al omega besándolo sin cesar, para evitar que el dolor lo golpeara demasiado.

   —¿Estáis bien? —preguntó dulcemente Hongseok, mientras sus narices se rozaban ligeramente.

   —Sí, siga, no pasa nada... —respondió Jinho en un suspiro.

   Jinho mantenía sus párpados cerrados, simultáneamente sus labios se fruncían y trataba de retener sus gemidos. Sus manos se agarraron a las sábanas cuando un segundo dígito se encontraba en su interior, y arqueó su espalda al sentir un tercero.
   No le dolía absolutamente nada, lo único que buscaba era poder sentir la fricción de una manera más fuerte.

   Aún así, disfrutaba extremadamente de los besos que Hongseok dejaba sobre sus labios, mejillas y cuello. También le encantaba saber que Hongseok tenía mucho cuidado con él, como si fuera una reliquia.
Le hacía sentirse como algo más que un omega.

   —Ho-Hongseok —susurró con dificultad.

   —¿Qué ocurre? —preguntó de la misma manera, rozando sus labios con los contrarios.

   —Puede se-seguir, ya no me duele...

   —¿Seguro?

   Jinho asintió con lentitud y posteriormente curvó sus labios en una pequeña sonrisa.
   Hongseok, sonriendo igualmente, sacó sus dedos con delicadeza, tratando de no hacerle demasiado daño al omega. Una vez hecho, se posicionó entre sus piernas y apoyó —sin dejar su peso— su cabeza sobre la de Jinho.

   Era un momento que probablemente ambos querían recordar. Los dos se sentían extraños, había una atracción que les quitaba la cordura, y solamente les hacía pensar en ellos mismos. Solos.

   —Hongseok, por favor —suplicó Jinho removiéndose bajo el cuerpo del príncipe.

   El mayor fue más que cuidadoso cuando empezó a enterrarse en el cuerpo ajeno. Jinho soltó un suspiro que fue como música para los oídos de Hongseok, mientras que no este escondía su rostro en el cuello del omega.
Aspiraba su olor, era tan dulzón y agradable que le era imposible separarse de la nívea piel de Jinho. Solo lo atraía más, le hacía perderse en él.

Poco a poco Hongseok empezó con suaves movimientos, apenas deslizándose en el interior de Jinho. Las manos de este se aferraron a la espalda ajena, tratando de descargar de alguna manera todo lo que estaba sintiendo.
Las embestidas pronto se hicieron más seguidas y veloces, sin llegar a ser bruscas ni rudas.

Cada vez que sus ojos se conectaban, brillaban con intensidad, de igual manera que sus labios encajaban a la perfección y sus almas se complementaban.

🐺Pet me🐺 🌜JinHongseok🌛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora