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      ✿El día había llegado. Los monarcas ya se encontraban en lo más alto de las gradas, observando a sus progenitores luchar. Sin embargo, había una pareja de reyes más; los padres de la bella princesa que sería el trofeo de la justa. Ella era hermosa, con cabellos largos y ondulados, cayendo como una cascada de chocolate con leche. Su piel era nívea, blanquecina y sus ojos eran grandes, oscuros y brillantes como dos canicas. Sin duda, una verdadera alfa.

   Cerca de todos ellos se encontraban los sirvientes y los mayordomos de la nobleza; entre los cuales se infiltró Jinho. Estaba temblando, desde que descubrió que pronto su cuerpo sufriría cambios un miedo crecía en él.
   A su lado izquierdo estaba Hyunggu, y en la parte derecha estaban Hwitaek y Hyojong. Este último trató de alejarse lo máximo posible de la futura reina para lo ser visto por ella.

   Jinho obervava la arena atentamente, expectante para notar el momento en el cual salían los príncipes a pelear. Cuando su vista se desvío hacia los espectadores en un momento de distracción, su rostro palideció. Entremezclado, estaba aquel lobo gris, aquel sigma. Su físico era como el de cualquier otro campesino, pero sus ojos no podían pasar desapercibidos.

   Quitó la mirada enseguida, lo último que quería en aquellos momentos era intimidación. Sentía continuas náuseas, mas no podía perderse la justa o los nervios acabarían con él. Pronto las gradas empezaron a gritar, todes les campesines emocionades porque la justa diera comienzo.
   Los dos herederos salieron a la luz, ambos con espadas —sin filo— y con una ligera armadura —más estética que útil en batalla—. Al principio, estaban separados por bastantes metros, mas se fueron acercando lentamente.

   Una vez estuvieron uno frente al otro, esperaron a que el rey visitante —el padre de la princesa— diera la señal para que comenzaran a luchar.
   Cuando la trompena sonó, el primer movimiento que se observó fue la espada de Wooseok. Hongseok logró esquivar aquel ataque con facilidad.

   Así pues, mientras los súbditos gritaban ansiosos por ver el resultado, Jinho los miraba desde lejos con cierta agonía. El dolor no disminuía. Por momentos su vista comenzó a nublarse, como si cataratas se hubieran presentado frente a sus retinas, pero no quería marcharse de allí.

   Por un efímero instante, Hongseok y el omega cruzaron miradas, recibiendo el príncipe una sonrisa como respuesta.

   El tiempo transcurría con lentitud, a un ritmo increíblemente desespetante. Hongseok decidió que ya tuvo suficiente de aquella justa. Con un veloz ataque dejó a su contrincante en el suelo, a la vez que sorprendido. Su rostro denotaba confusión, y no era de extrañar, se suponía que él ganaría.
   El mismo rey que dio comienzo empezó la cuenta atrás.

   —¿Qué estáis haciendo? —cuestionó molesto Wooseok, tratando de quitarse de encima a Hongseok.

   —¿De veras pensabais que os iba a permitir ganar a base de engaños y trampas? Sé la verdadera razón por la cual queríais ganar, y por supuesto que no os voy a dejar saliros con la vuestra, Jung.

   —Veremos quién de los dos gana finalmente, Hongseok —pronunció soberbio.

   La cuenta atrás finalizó, dejando como ganador al príncipe Yang. Había sido sencillo, pensó que quizás Wooseok le daría más juego.
   Ambos herederos subieron hasta llegar al lugar donde se encontraban sus padres. Allí, la princesa se levantó y sonrió con ternura hacia Hongseok.

🐺Pet me🐺 🌜JinHongseok🌛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora