• CAPITULO 8: Quédate •

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Después de una ronda de tiernos besos. Louis y Harry decidieron ver una película, les costó demasiado trabajo elegir cuál ver, pero finalmente optaron por "El diario de una pasión". Aunque después Harry se arrepintió porque si hubieran visto una película de terror, podrían tener un poco más cerca a Louis y así le robaría muchos besos más.

Y es que la película había robado toda la atención de su bebé, Louis estaba demasiado entretenido viéndola, sin darse cuenta que Harry no estaba prestando atención a ella, y desde que había iniciado no le había quitado la mirada de encima.

Pero no podía culparlo, se sentía tan afortunado de tener un novio tan perfecto y hermoso como él, y bueno eso simplemente hacía imposible que lo pudiera dejar de ver. Aparte que las reacciones que tenía al ver la película por primera vez eran las más tiernas del mundo.

Pero afortunadamente la suerte estaba de su lado, pues se aproximaba una fuerte tormenta. Comenzó a relampaguear tan fuerte que provocó que se fuera la luz.

Louis asustado se acercó hasta Harry abrazandolo fuertemente, desde pequeño le tenía demasiado miedo a la oscuridad y a los relámpagos.

Harry sonrió dulcemente, tomándolo por la cintura para hacerlo sentir más seguro y con la luz de su celular, caminaron hasta la cocina para buscar algunas velas.

Luego de abrir tres cajones y no encontrar nada, en el último que abrió Louis, encontraron dos velas y un encendedor.

Caminaron de regresó a la sala, cuidando de no tropezar con nada, todo estaba muy oscuro, la luz del celular no era suficiente para que ellos pudieran ver bien.

Colocaron las velas en la mesa y las prendieron, aunque no iluminaban mucho, era suficiente para que pudieran ver sus rostros.

Ambos se acercaron un poco más para poder estar juntos, Harry no pudo resistirlo más y tomó a Louis por las mejillas dándole un beso en la frente, luego en la punta de su nariz y finalmente en sus labios.

Louis sonrió sonrojado, y es que lo trataba tan cuidadosamente, que lo hacía sentir que era un muñeco de porcelana, al cuál no quería romper por nada en el mundo.

Harry palmeó sus piernas para que se sentará en su regazo y Louis sin pensarlo dos veces hizo lo que le pidió.

Harry recargo su frente en la de el, cerraron sus ojos, no dijeron nada y disfrutaron de estar así por un momento, escuchando el sonido de la lluvia pegando contra la ventana y el fuerte latido de sus corazones.

Sus bocas quedaban muy cerca, con facilidad podían sentir la respiración del otro. Harry terminó con esa corta distancia que los separaba para poder besarse, rozando sus labios cuidadosamente con los de Louis, lo tomó por la cintura para acercarlo un poco más a él para profundizar su beso.

Louis colocó sus brazos alrededor del cuello de Harry, acariciando con sus manos su cabello.

Sus labios se sentían tan suaves y calientes, sus lenguas empezaron a tocarse haciendo más profundo el beso. El simple hecho de que estuviera lloviendo y que sólo los iluminarán un par de velas hacían de aquel momento algo mágico.

No querían detenerse por nada en el mundo, por un momento se olvidaron de todo, hasta que Louis recordó que no estaba en su casa y que ya era demasiado tarde. Estaba seguro de que Jay estaría muy preocupada por el, al igual que Liam.

Con un movimiento rápido se apartó de Harry.

- ¿Está todo bien? -dice Harry desconcertado.

- Si Hazz, es sólo que ya es tarde, tengo que irme.

- Quedate conmigo, por favor -dice Harry tomándolo por la mano.

Obsesión || L.s || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora