• CAPÍTULO 28: Cascada •

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A la mañana siguiente, Harry fue el primero en despertar. Abrió sus ojos lentamente para acostumbrarse a la luz del sol que entraba por la ventana de la habitación.

Por un momento creyó que todo lo que estaba sucediendo en ese momento era un sueño, y que todo en cualquier momento desaparecería, pero cuando escuchó la respiración de Louis y lo vio durmiendo tan plácidamente a su lado, en su rostro se formó una gran sonrisa, haciendo notar sus hoyuelos.

Se giró hacia Louis para quedar frente a él, haciendo el menor movimiento posible para evitar despertarlo. Al lograr hacerlo, se tomó varios minutos para admirarlo detalladamente y por más que buscará alguna imperfección, simplemente no la encontraba.

Con suma delicadeza, acarició con la punta de sus dedos su mejilla suavemente, acomodando detrás de su oreja un mechón de cabello que estaba sobre su frente. Arrugó su nariz, acercándola hasta la de él, para así darle un beso de esquimal.

Como pudo se levantó de la cama para sacar de su maleta, la cámara instantánea. Se veía tan hermoso, le encantaba todo de él, pero sobretodo sus largas y hermosas pestañas. Aunque las arruiguitas que se formaban a lado de sus ojos cada vez que sonreía, eran una de las tantas razones por las cuáles jamás quisiera perderlo otra vez.

Cuando tuvo la cámara en mano, se posicionó cerca de Louis para poder tomar la foto, se tomó algunos minutos para poder ver en qué ángulo quedaría perfecta y cuando lo tuvo, presionó el botón, haciendo que automáticamente saliera la foto.

Cuando tuvo la cámara en mano, se posicionó cerca de Louis para poder tomar la foto, se tomó algunos minutos para poder ver en qué ángulo quedaría perfecta y cuando lo tuvo, presionó el botón, haciendo que automáticamente saliera la foto

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Al tenerla en su mano le dió un beso, después corrió a guardar su cámara y la foto cuidadosamente en su maleta, al hacerlo se vistió y caminó hacia la cocina para preparar el desayuno.

Había pasado media hora y Harry ya tenía todo perfectamente acomodado en la charola, preparó huevos estrellados con tocino, pan tostado con mermelada y jugo de naranja.

Estaba apunto de tomar la charola, cuando en la puerta de la cocina apareció Louis tallando con una de sus manos su ojo derecho, tenía una sonrisa hermosa en su rostro y sus mejillas estaban rojizas. Llevaba únicamente puesta la sudadera que Harry había usado ayer por la noche. Le quedaba demasiado grande.

Sin perder un segundo más, Harry se acercó hasta él abrazándolo por la cintura fuertemente, dejó un beso en su frente, otro en su mejilla y finalmente en sus labios. Se acercó hasta su oído y le susurró.

— ¡Buenos días precioso!

Louis sonrió aún más, se volteó hacia Harry parándose de puntas, repitiendo la misma acción que él.
— ¡Buenos días Jirafita! —muerde suavemente el lóbulo de su oreja, y se aleja de él, para caminar hacia la cocina, donde provenía ese delicioso olor que lo había despertado, tenía demasiada hambre.

Harry soltó una risita y caminó hacia dónde estaba Louis.

— Esperó que te guste, pero sino quieres desayunar esto, sólo dímelo y te preparo lo que tú quieras.

Obsesión || L.s || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora