10 ❝ a g u s t d ❞

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Hoseok estaba impactado, eso no se lo esperaba.

Su cabeza aún daba vueltas lo que vio. No podía ser su mejor amigo, sino alguien más.

No se podía engañar a sí mismo, era más que evidente que Yoongi se había teñido su cabello de un rubio platino dejando atrás su natural pelo negro.

"Agust D", vaya nombre más extravagante, pero iba con él. Aún recordaba que cuando eran pequeños lo llamaban "suga", a él "hobi" y a Namjoon "Rap Monster" porque estaba obsesionado con el rap —cosa que hoy en día seguía siendo un rapero underground— pero jamás pensó que su amigo de la infancia se convertiría algún día en un Idol.

—Hoseok... ¿Estás bien? —Preguntó Pooja al ver que miraba a un punto fijo y no reaccionaba.

Este volviendo a la realidad, dejando sus pensamientos atrás, asintió sonriente.

Estaban cenando comida india, un biryani de pollo, algo que jamás probó pero que le estaba encantado.

Cocinaba bien, era amable, hermosa... era perfecta.

Cuando terminó, Hoseok se fue a lavar los platos. No sabía exactamente qué hacer, tenía tanto tiempo sin ver a Yoongi, de paso preguntaría por Namjoon también.

—Pooja, saldré un rato para encontrarme con un viejo amigo —la vio tragar duro— en un rato vuelvo.

Salió por la puerta sin mirar atrás.

Ella estaba preocupada, porque desde que había salido del hospital psiquiátrico no había estado fuera de casa sin la supervisión de ella —que sólo fue una vez para tomar un poco el aire— y lo de encontrarse un viejo amigo tampoco le agradaba.

Cualquier cosa que lo hiciera recordar al trauma era malo y en ello contaba cualquier cosa que tuviera que ver con su antigua vida, incluido sus amigos.

De mientras Hoseok estaba de camino al concierto.

La adrenalina le corría por las venas, la emoción, la euforia.

Aquello no era nada comparado a cuando actuaban en algún espectáculo, la magnitud de aquello era increíble.

Al conseguir los billetes y zafarse de los guardias para entrar en los camerinos sin que nadie se diera cuenta.

Algunas veces Hope podía ser muy escurridizo.

Pero lo de escandaloso nunca se le iba, había llamado la atención de una maquilladora al gritar cuando éste la sorprendió.

Hoseok siempre había sido así de escandaloso.

De los camerinos salió un chico de pelo rubio teñido con una cara de pocos amigos mirando el jaleo que había fuera.

Pero abrió bien sus achinados ojos al verlo ahí en el suelo como si hubiera visto a un fantasma.

—¿Hoseok? —Preguntó acercándose a pasos vagos.

Él saltó literalmente encima a abrazarlo hasta caer los dos.

Las lágrimas de Hope empezaron a salir de sus ojos y su sonrisa no se borraba de su rostro. Se alegraba de volver a encontrar a su mejor amigo después de mucho tiempo.

Yoongi tampoco se quedó atrás, su cara que antes era de confusión ahora tenía una expresión de felicidad.

Los guardias iban a sacar a Hoseok a patadas, pero Yoongi les hizo una señal de negación y abrazó al castaño que estaba encima suyo.

—¡Te extrañé hyung!

⚫⚫⚫

Agust D, o mejor dicho Yoongi, acabó de dar su concierto.

Era el último de su tour por América. Había acordado con su manager y agencia tener un descanso de un mes en aquella ciudad.

Qué pequeño es el mundo.

Hoseok se llevó una grata sorpresa al escuchar aquello.

Estaban en la habitación del hotel en que se alojaba. Hobi mira a Yoongi que contemplaba el paisaje desde el balcón mientras que él estaba tumbado en su cama.

—Me debes explicaciones.

—Las explicaciones me las debes tú —alentó el rubio haciendo una mueca— aunque me lo contó todo Namjoon.

De repente el rostro de Yoongi mostraba un semblante serio y nostálgico. Decía un "lo siento" con la mirada.

Él podía ser muy frío pero Hoseok sabía que tenía un gran corazón y podía ser tierno aveces.

—Oye y qué tal está ese pervertido, hace tiempo que no sé nada de él.

Angustia era lo que Yoongi en ese momento, también impotencia.

El menor no entendió el porqué de aquélla reacción.

—Namjoon ha desaparecido.

Eso fue muy directo, así era él.

Hoseok entró en pánico, la paranoia que tenía momentos atrás en el hospital volvió.

Temía por lo que le pasó a él ahora le pasaría a su mejor amigo.

—¡¿Y su familia está bien?! —Gritó alterado.

El mayor asintió y se tranquilizó un poco aún asimilando.

—Están a salvo en Ilsan, pero Namjoon un día desapareció sin dejar rastro —cada palabra la decía con dolor en ella— llevamos dos semanas buscándolo.

Dos semanas en dios sabe donde, aquello fue la gota que colmó el vaso para Hoseok.

pastillas »j-hopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora