21 ❝ d e s e n l a c e ❞

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Estaba teniendo un muy mal presentimiento, una horrible corazonada como la que tuvo el día que todo empezó, el del genocidio de su familia. Sabía que ese día sería su fin, que se reencontraría con ellos.

Con un malestar tremendo en su cuerpo se levantó de la cama y se fue hacia la sala de estar en donde yacían muertos su antes mejor amigo y camello.

Namjoon tenía múltiples apuñaladas en el torso mientras que Chanyeol se había desnucado al resbalar por el suelo recién fregado, vaya muerte más patética la suya.

Hoseok colapsó por tanta información y sentimientos, el suelo de la cocina estaba recién fregado y el pobre Chanyeol tenía sed así que avanzó a paso rápido por un vaso de agua pero acabó resbalando y su cabeza dio con la encimera matándose.

Con la sorpresa del moreno y la apatía de Hoseok se dio paso a la próxima desgracia, antes de que Namjoon quisiese escapar al entrar en pánico al ver a su acompañante muerto, éste lo agarró del cuello y lo apuñaló por la espalda. Al voltear vio los ojos sin brillo de su casi hermano, como Jung parecía poseído y con una tétrica sonrisa dibujada en su rostro.
Lo apuñaló numerosas veces en el pecho sin pudor alguno, Hoseok se sentía satisfecho y completo, como si se hubiera quitado una carga de encima.
Arrastró a los dos cadáveres hacia el sofá y los dejó ahí tirados.

Él estaba harto de todo, le daba igual todo, nada valía la pena.

Sonrío al recordar aquella escena del crimen en la que había sido testigo. La cómica muerte de Chanyeol y matar a sangre fría el rostro desfigurado de lo que alguna vez Namjoon.

Se agachó de cuclillas y agarró al desnucado del orejón por la mandíbula observando los cadavéricos cuerpos, puso una mueca de asco cuando el olor a putrefacción inundó sus fosas nasales.
Fue mala idea dejar los cadáveres ahí pudriéndose e ir a dormir.

Después volteó su rostro hacia Namjoon, le escupió la cara.

—La traición hermano... —susurró antes de levantarse y seguir con lo que estaba haciendo.

Les rebuscó la ropa para sacar algo de dinero y también la pistola que Chanyeol tenía escondida y se apresuró a abandonar la casa.

Caminó sin rumbo por toda la ciudad, en ese momento justo se dio cuenta de que realmente nunca se empeñó en salir de casa ya que no conocía ni su vecindario a pesar de llevar varios meses viviendo allí.

Sabía que su fin estaba cerca, tenía un sentimiento inexplicable quemándolo por dentro, veía las personas pasando por su lado sonrientes, se sentía como la mierda ¿por qué no podía ser feliz? ¿qué hizo para merecerse todo ese sufrimiento?

Apenas se dio cuenta acabó en un suburbio ya que la cosa se puso turbia, edificios en estados lamentables, suciedad por doquier, grafitis decorando las paredes, gente vendiendo drogas haciéndolo recordar a su juventud cuando se paseaba con los barrios chungos de Seúl y se drogaba junto a su viejo amigo Taehyung.

Ay Taehyung, al fin y al cabo los dos tendrianán el mismo trágico final.

Se sentó en un banco y sacó unas pipas que se compró en el quiosco de la esquina y se las comía tranquilamente esperando su final, su instinto nunca fallaba. También sacó una pastilla de su bolsillo, ésta no era de los antidepresivos que siempre tomaba, era una pastilla de éxtasis. De hacía mucho tiempo que no consumía una, la encontró en el bolsillo trasero del pantalón vaquero de Chanyeol.

Tiró el paquete de pipas al suelo y cerró los ojos sintiendo como la pastilla se deshacía en su boca, sintió como volvió a la vida de nuevo.

De repente sintió una pistola en su nuca, se puso rígido y activó sus alarmas. Pero de inmediato relajó sus músculos y sonrío, al fin su esperado final llegó.

—¡Mátame, me harías un gran favor! —Exclamó Hoseok para seguir deshaciendo la pastilla con su lengua.

El águila se encontraba detrás suyo con una rabia que quería reventarle los sesos de un balazo ya pero no quería que esa escoria muriera tan fácilmente.
Pero no tenía tiempo para tonterías y por mucho que quisiera torturarlo de la forma más cruel posible no podía perder más tiempo.

Justo cuando iba apretar el gatillo, había otra pistola apretando su espalda baja.

—Ni se te ocurra hacerlo, hermano —Una voz femenina muy familiar retumbó los oídos de Hoseok dándole escalofríos.

Él realmente no sabía muy bien si la amaba o la odiaba, el justo en ese momento el único sentimiento que tenía hacia ella era el de decepción. No debió relacionarse con Pooja desde un principio, pero ya no valía la pena lamentarse, ya es tarde.

—Fuiste tan estúpida como para seguirme hasta aquí después de tener un aborto.

Hoseok ya cabreado al ver el águila distraído con Pooja se deslizó hábilmente quedando en frente de los dos hermanos y apuntándolo con su arma.

Éste se dio cuenta y cuando se apresuró a dispararlo para acabar con todo la chica se puso en medio y ella recibió el tiro en la frente, cayendo su cuerpo inerte en los pies del coreano. Los dos estaban en shook, Pooja había muerto y era culpa de los dos.

Ravi se agachó y abrazó a su hermana mientras un mar de lágrimas bajaba por su rostro. La razón por la que vivía se había ido, todo se fue a la mierda.

Hoseok sin pensarlo dos veces le pegó un tiro en la nuca al águila, así acabando con todo.

Se sentó en el suelo junto a ellos, escuchando el grito de una señora que pasaba por ahí, se colocó la pistola bajo su mandíbula y apretó al gatillo.

Cuando finalmente la pastilla se deshizo por completo en su boca, una sensación de euforia lo inundó junto con su último respiro, todo había llegado a su fin.

...
ayyy al fin acabé con este bendito fic, después de más de un año de haberla publicado aquí os vengo con su trágico final como era de esperarse.
gracias por haber leído y espero que os haya gustado uwu

nos vemos en el epílogo cuando me digne a subirlo

pastillas »j-hopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora