20 ❝ p é r d i d a ❞

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Dolor de cabeza, jaqueca, pero aún más lo que le aturdía era ese dolor punzante que sentía en su abdomen.

Abrió primero un ojo, y después el otro, pero una luz cegante lo la dejaba ver con claridad.

No recordaba nada del día anterior, sólo una abrupta discusión, gritos y un mal estar en su cuerpo. Al percatarse de dónde se encontraba, se alarmó bastante.

¿Qué coño hacía ella en un hospital?

Miró para su costado encontrándose a su hermano durmiendo a un lado de la camilla con una cara de estrés.

El dolor punzante de su estómago volvía una y otra vez, sentía una horrible sensación de vacío dentro suya. Estaba bastante asustanda. Sentía como si le faltara algo, una parte de ella.

De repente un doctora entró por la puerta, una señora de mediana edad y sonrisa amable.
Con el ruido de la puerta abrirse hizo que Ravi se despertara.

—Lo siento mucho señorita Sharma, usted ha sufrido un aborto.

La expresión en el rostro que tenían los dos hermanos era de total estupefacción e incredulidad. Se miraron entre sí por unos instantes y regresaron a la atención hacia la mujer.

—¡¿Aborto?! —exclamaron los dos.

Eso nadie se lo esperaba, pero la cuestión era ¿quién fue el padre?

La chica estaba deseando que no descubriera que Hoseok tenía que ver y que Ravi lo descuartizase al saber que era él.

Todo ocurrió porque esa noche no usaron protección, se maldijo a sí misma por la estupidez que cometió. Pero todo ocurrió tan rápido, fue una cosa imprevista, simplemente ellos dos se dejaron llevar por sus impulsos.

—Debido al estrés que has sufrido el feto no aguantó y perdiste el bebé —aclaró la doctora.

Los dos hermanos estaban más que aturdidos, sobretodo Shivani. Había tenido un bebé, un hijo con Hoseok. Se sentía fatal, había perdido su bebé.

La idea de que estuvo embarazada la consternó, pero la que tuvo un aborto realmente la mató. Estaba teniendo un ataque de ansiedad.

Ravi por su parte estaba petrificado, como si su alma se la llevase el diablo.

—¡Mataré al desgracidado que te preñó! —exclamó abrazando a su hermano mientras lloraba— ¿es él, verdad? La flor de mi hermana... ¡Maldito bastardo!
Ella sólo asintió callada.

La habitación se inundó en un silencio, eran demasiados sentimientos encontrados para los dos, tantos para Shivani como para Ravi.

—Lo mataré yo mismo. —Sentenció Ravi con bastante impotencia en su voz.

Sin decir nada más abandonó la habitación. Shivani conocía a su hermano a la perfección y sabía muy bien de lo que podía llegar a ser capaz, se temía lo peor.

...

Hoseok estaba muerto del pánico, sabía que esta vez iban a por el, su fin había llegado.
No hacía más que cagarla y la situación iba de mal en peor. Se vio a él mismo en una tumba, estaba acabado.

Eran demasiados sucesos a la vez; la cercanía con Pooja, la traición de ésta, la aparición de Chanyeol, pero la gota que colmó el vaso fue Namjoon —o ahora Daeil— no se lo esperaba para nada y lo sintió como alta traición.
Estaba enfadado, consternado, impactado, decepcionado, confuso, estaba sufriendo un ataque de pánico en medio del salón. Fue hacia su cama e intentó dormir un poco para relajarse y así pensar con más claridad, no podía arriesgarme a cometer más errores, necesitaba salir de esta porque apreciaba al menos un poco su misérable vida.

No tardó en conciliar sueño, lo que él no sabía era que el águila estaba más cerca de lo que él creía.

pastillas »j-hopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora