Había pasado dos semanas desde que estaba ingresado en ese hospital psiquiátrico.
Tenía ganas de salir, ya no aguantaba más estar atrapado entre esas blancas paredes del manicomio.
Cada vez, tenía la sensación de que se estaba volviendo más demente en vez de curar.
Aun tenía el mismo tratamiento, las pastillas calmantes.
Pooja lo visitaba todos los días para darle su medicamento, algunas veces sólo se escapaba de su jornada para hacerle una que otra visita.
Amaba estar con ella. Era simpática, con una personalidad muy similar a la suya. La alegría que esta poseía le recordaba a él antes del accidente.
—Estoy aburrido... No hay nada interesante que hacer.
Ella lo miró y dejo la bandeja en la mesa.
—Me gustaría sacarte a pasear de vez en cuando —Hoseok la volteó a ver— pero aún no tengo las órdenes del doctor Kim para hacerlo.
Él la miró entristecido, se abrazó a sí mismo mirando a la nada.
—¿No puedes hacer algo para que me saquen de aquí, o por lo menos darme algo para entretenerme? —Murmuró jugando con un mechón de su cabello.
En esa dos semanas su amistad se había forjado. La confianza había aumentado, además se habían cogido confianza el uno a otro.
Ella se pensó un rato.
Ella estaba segura que Hoseok había mejorado en su estado mental, que estaba superando su trauma.—Si sigues mis instrucciones y las del doctor saldrás rápido —añadió suspirando— además, si quieres te puedo traer algunos libros...
Hoseok sonrió, él amaba la lectura. Pero había un problema, apenas podía hablar el idioma medio decente, le costaría bastante leer y comprender un libro de inglés.
—Consigue uno en coreano por favor, si a penas puedo hablar —sentenció haciendo énfasis en "hablar"— menos leer.
Ella asintió comprendiendo. Se acordó a cuando ella estaba en Delhi y recién estaba aprendiendo el idioma en la escuela.
Miró la hora en su reloj la hora y salió corriendo con una cara de horror en su rostro. Se despidió y no volvió por el resto del día. Tenía más pacientes que atender y además se estaba retrasando.
Como era ya costumbre, tomó una pastilla y se fue a dormir.
El efecto no se demoraba mucho en hacer efecto, la agradable sensación lo inundaba haciendo casi inundarlo en placer.
Sabía que se estaba volviendo adicto a ellas pero le restó importancia. Además era su obligación tomarlas.
Había una luz en el fondo de su habitación, con curiosidad se encaminó hacia ella.
De repente se volvió oscuridad.Estaba cayendo en un agujero negro, en el vacío.
Allí se encontraba la maldad, el pecado.
Cuando creyó haber caído el fondo, se despertó en su cama, pero no la del hospital, sinó la de su casa.
Con confusión salió de ahí aturdido, pero no tardó en darse cuenta que estaba desnudo.
Caminó hacia la puerta sintiéndose atraído por esta, como una polilla hacia la luz.
En la madera estaba rayada por algo escrito en inglés. Algo nuevo, ya que jamás había nada ahí.
"verse"
¿Verso? No entendió nada.
Abrió la puerta con un muy mal presentimiento, todo esto le estaba alterando.Todo aquello le estaba dando malas vibras.
Dió un grito de horror al ver lo que había al otro lado.
Se encontraba la cabeza de su madre degollada en el suelo con los ojos mirándolo fijamente.
—¡Verse!
De repente todo se volvió negro.
Se despertó alarmado y llorando.
Agitado, miró con atención a su alrededor. Suspiró aliviado al ver que se encontraba en la habitación de aquel manicomio al que tanto había agarrado odio.
Sólo había tenido una pesadilla.
Parecía como si le estuvieran haciendo señales a través de sueños.
Descartó esa alocada idea y supuso que los efectos de las pastillas lo estaban empezando a hacer alucinar.
⚫⚫⚫
Pooja se encontraba en su cama escribiendo algo en su portátil.
Una de sus pasiones era escribir, se dedicaba a escribir novelas cuando estaba inspirada. Pero por estar siempre ocupada por su trabajo apenas podía sentarse a escribir capítulos.Bebiendo una taza de té y antes de dormir se vió una película de bollywood. Ella era bastante aficionada al cine de su patria.
Cuando fue al baño recibió un mensaje en su celular de su hermana.
Cuando terminó de orinar se dispuso a contestar. De paso se fue hasta su navegador y buscó en Google "Jung Hoseok".
Dudaba que saldría alguna información de él, aquel misterioso chico le llamaba demasiado la curiosidad."Jung Hoseok desaparecido después del genocidio de su familia"
"La estrella principal de la famosa discoteca 'Claries' sufre terrible desgracia"
"J-hope (Jung Hoseok) el mejor bailarín de Seúl abandona el país tras la muerte de su familia"
¿J-hope? ¿Bailarín? Este chico era una caja de sorpresas.
El día siguiente le preguntaría por su vida anterior en Corea del Sur. Conocerlo mejor, hasta sus secretos más oscuros.
ESTÁS LEYENDO
pastillas »j-hope
Acción❝ eres más adictiva que mis pastillas, querida ❞ • heterosexual. • no se admiten copias ni adaptaciones. • lenguaje y escenas explícitas, con contenido sexual y violento tanto verbal como físico. • acción, mafia, angst, suspense, thriller psicológic...