Conducía el coche con una rapidez peligrosa. Al ver tal escena en su casa lo había dejado traumado.
Las imágenes aún permanecían vivas en su memoria. La paranoia lo consumía, temía a que el asesino fuera a por él.
Sin dudarlo un segundo más, llamó a Namjoon con las lágrimas brotando por sus ojos.
—¿Qué pasa, Hoseok?
Su respiración entrecortada, los jadeos y los leves sollozos, eso alarmó al moreno.
—Nos vemos en el "Omelas" —Sentenció antes de colgar y dejar a su amigo muerto de preocupación.
Omelas era una gasolinera situada a las afueras de la ciudad, un punto de encuentro frecuentado muy a menudo por Hoseok y sus amigos.
Con el corazón latiendo a mil por hora, después de un rato llegó. No se sorprendió al ver su amigo ahí sentado en el suelo esperándolo.
Corrió hacia él sin dudarlo, ahogándolo con un fuerte abrazo.
Hoseok estaba roto por dentro, el rayo de luz que había en él se estaba pudriendo.
Le contó a Namjoon todo, hasta el más mínimo detalle sobre lo ocurrido. Lo que más le dolió fue al revelar el estado de su fallecida hermana, sobretodo al describir los hechos de una manera tan gráfica.
Nam estaba impactado, sus lágrimas empezaron a brotar. Se sentía mal por su amigo, tan mal como si eso le hubiese pasado a su propia familia.
Los dos entraron en el coche y comieron los bocadillos que habían comprado en la tienda de la gasolinera.
—Ahora vienen a por mí... Lo sé
—¿Qué? —El rubio estaba confundido.
—Ellos vendrán a por mí —poco a poco el pánico se apoderaba de él— no sé quienes son, porqué lo hicieron o lo que ocurrió exactamente, pero mi corazón me dice que ellos me quieren muerto.
Namjoon tenía la mirada fija en su amigo, sus ojos profundos lo calmaban de cierta manera.
—No seas paranoico —el castaño bufó rodando los ojos— mira, te daré dinero, irás lejos de aquí y harás tu vida de nuevo, pero algo más que nada no vuelvas aquí ¿De acuerdo?
Este lo consideró. Diablos, era una fantástica idea. Aunque le extrañó el hecho de "no vuelvas por aquí".
Lo habían hablado un rato más hasta decidirse.
Cada minuto que pasaba su cabeza le daba más vueltas mareandose hasta el punto que sintió que le iba a explotar. Estaba bastante traumado, no podía ver nunca jamás sangre en su vida. Además de que se estaba deprimiendo. La vida sin sus padres y su amada hermana era como el infierno, se sentía solo. Si no fuera por Namjoon, hubiese optado por el suicidio.
En la casa de su amigo, se quedó Hoseok a pasar la noche. El rubio le dio diez mil dólares, lo recomendó irse a América.
—¿Y yo cómo carajos te devolveré esto?
—Encontrarás trabajo y cuando vaya a visitarte me lo devolverás, no te olvides que son mis ahorros de toda mi vida —rió y le dedicó una sonrisa burlona.
Hoseok no sonreía, algo que jamás pasó con él.
Un rostro demasiado serio, que si alguien lo vería diría que no sería él.—Ire a tu casa a por tu pasaporte y documentación, seguramente la policía aún no habrá encontrado los cadáveres.
El castaño no pisaría esa casa nunca más en su vida, quería olvidar de todo el sufrimiento que estaba pasando esa noche.
No tuvo tiempo de llamar a la policía, simplemente al ver todo el espectáculo, escapó sin mirar atrás.
Le entregó las llaves a Namjoon y le indicó dónde tenía escondido su documentación, dándole la llave y despidiéndose.
Se metió en la cama y intentó cerrar los ojos y dormir. Aunque le haya costado demasiado, consiguió conciliar el sueño.
⚫⚫⚫
Se despertó alterado, había tenido una pesadilla. Hasta logró despertar a su amigo que estaba a su lado recostado.
La sangre, la cabeza de su madre cortada, la intimidad de su hermana mutilada... Su propio cadáver junto al de su familia.
—Tranquilo, aún son las cuatro de la mañana, no has dormido casi nada.
—Quiero irme ya, tomaré el primer avión. —Argumentó saliendo de la cama y vistiéndose.
En una pequeña mochila, metió la poca ropa que consiguió Namjoon de su casa, su documentación, un collar de oro que poseía su hermana, su celular y cargador, el dinero y algunas pertenencias personales.
Condujeron hasta llegar al aeropuerto de Incheón. Cuando el primer vuelo a Estados Unidos iba despegar, se abrazaron llorando despidiéndose.
Antes de partir hacia el avión, Hoseok lanzó las llaves de su coche a Namjoon guiñando un ojo, este se quedó sorprendió pero después sonrió agradecido.
Y se adentró hacia su futuro, su nueva vida.
ESTÁS LEYENDO
pastillas »j-hope
Acción❝ eres más adictiva que mis pastillas, querida ❞ • heterosexual. • no se admiten copias ni adaptaciones. • lenguaje y escenas explícitas, con contenido sexual y violento tanto verbal como físico. • acción, mafia, angst, suspense, thriller psicológic...