pastillas »j-hope

11 ❝ a n g u s t i a ❞

Aquéllo no quería salir de su cabeza, su mejor amigo, el que lo había ayudado incondicionalmente, estaba desaparecido.

Temía de que le había ocurrido algo malo y similar a su situación.

Esa duda lo estaba matando por dentro.

Dejando el tema de Namjoon de lado, estaba ahí Yoongi y su sarcasmo.

El mayor había decidido pasar su descanso junto a su amigo y de paso conocer mejor la ciudad.

Por otro lado, Pooja se estaba preocupando por Hoseok. Últimamente ya no sonreía como antes y estaba más serio de lo normal. Temía de que tuviera algo que ver con su trauma, recién lo había superado y no quería que todo ese esfuerzo fuera en vano.

Estaba recién saliendo del hospital en donde trabajaba y dirigiéndose hacia su hogar.

Pero al entrar se sorprendió al ver a su rapero favorito con Hoseok bebiendo un café tranquilamente.

—Mierda Pooja... Espero que te no te moleste al traer a Yoon...—Se vio interrumpido al escuchar el grito de ésta.

—¡Dios mío, eres Agust D! —Se acercó perpleja mirándolo de cerca— ¡Soy tu mayor fan!

Se abalanzó a abrazarlo.
El rubio sonrió, dejó su semblante serio al saber que era una fan.

—Pero... ¿Cómo? —se separó y se sentó en el sofá asimilado— no sabía que eras amigo de una celebridad.

Todo aquello pilló desprevenido a Hoseok, no se lo esperaba.

—Yo tampoco, fue ayer que lo descubrí —miró a su amigo— Yoongi es mi amigo de la infancia.

Los dos tenían una mirada nostálgica, añoraban esa dulce época.

Pero enseguida reaccionó y se golpeó la cabeza al caer en cuenta.

—Por cierto, Yoongi esta es Pooja mi amiga, enfermera y compañera de piso —el nombrado hizo una mueca indecente para molestar al menor— y Pooja, este es el idiota de Yoongi, ya lo conoces.

Ella estrechó su mano con mucho entusiasmo, aún no se creía que su ídolo estuviera en su propia casa.

Después de aquellos los dos salieron de la casa para pasear un rato por el parque y conversar un rato.

Los estaban bien tapados, con gafas de sol, tapabocas y una chaqueta con capucha. Estaban irreconocibles.
La gente que pasaba por la calle los miraron extrañados, ya que era muy raro ver a gente así de tapada por ahí.

Pero los dos en ese momento compartían un solo sentimiento, angustia.

Estaban angustiados por lo que le ocurrió a Namjoon.

Aquella noticia había los había chocado a los dos, de esa forma tan inesperada.

Se habían sentado en un banco que daba vista a un pequeño lago donde unos patos nadaban.

El ambiente era relajado, un clima agradable, ni frío ni calor. Una brisa fresca los azotaba desde el este.

El silencio de repente se volvió incómodo y Hoseok trató de romperlo.

—Todos estamos cayendo poco a poco —susurró captando toda la atención del mayor— primero Jimin y su anorexia, después Taehyung y las drogas, les seguí yo y lo mío, ahora Namjoon desaparecido...¿Quién es el siguiente?

Tristeza yacía en su rostro. Jimin murió ya hace más de dos años, era el más cercano a Yoongi. Aquellos dos eran inseparables, a pesar de la irritable personalidad del rubio, él lo soportaba como nadie. Eran como el Yin y el a Yang.

Pero Jimin siempre tenía un complejo con su peso, lo habían hecho bullying desde pequeño por ser más rellenito de los demás y tener unos cachetes agradables.

La anorexia había acabado con él, siendo así el primero de los seis en caer.

Pero todo se vio interrumpido al sonar el celular de Yoongi.

—Me tengo que ir, ya el manager me vuelve a joder.

Hoseok al verse solo, le entró el pánico y volvió al apartamento.

Se había olvidado de su medicamento y estaba corriendo para tomarlo sin importar de que era tarde.

Al ver que el bote estaba empezando a terminar frunció el ceño, tomó la pastilla y bebió el vaso de agua.

Pooja se encontraba detrás suyo observando totalmente todo lo que hacía. Cuando se trataba de salud, tenía que cuidarlo como si aún estuviera en el hospital psiquiátrico.

El al verla se le partió el alma al verla llorar, no sabía porqué.

—Pooja ¿Estás bien? —Preguntó abrazándola.

Ella correspondió, necesitaba un apoyo en esos momentos.

—Nada, yo solo recordé algo que debería de haber olvidado.

Se secó las pocas lágrimas que había logrado soltar y se dispuso a ir a dar de comer a Rex para después sacarlo a dar un paseo.

Pero de parte de Hoseok estaba intrigado, aquella chica tenía demasiados misterios, muchos secretos.

Tenía curiosidad por lo que ocultaba esa bonita sonrisa.