El precio de la venganza [EN CORRECCIÓN] [Homoerótico/Gay/Yaoi]

Capítulo 26: "Tu culpa"

El precio de la venganza

Capítulo 26: "Tu culpa".

Johann se despidió con la mano alzada de sus amigos mientras se introducía en el interior de su coche. Unos de los profesores, el de Derecho mercantil II, había dado el aviso algo tardío de que no impartiría su clase durante el resto de la semana por problemas personales y les habían dejado las últimas dos horas libres.

Deambulando por el campus es mañana, no solo se había percatado de la falta de Marcus, sino también de la Joel. Y eso le ponía de los nervios, el pensar que ambos podían estar juntos.

Se dirigió rumbo hacia la casa que Marcus compartía con Joel, dispuesto a comprobar el estado del moreno y de paso para ponerle al día de lo que se había perdido. Pero cuando llegó y se disponía a tocar el timbre, la puerta se abrió dejando ver a Marcus, que esbozó una mueca de confusión antes de saludarle con un asentimiento y un hola bastante pobre a su parecer. Tras Marcus se hallaba Joel, y aunque sonreía como siempre, tras esa sonrisa se notaba que no estaba para nada contento de verle en la puerta de su casa.

Marcus fue el primero en romper el silencio creado por el duelo de miradas entre los dos chicos.

- Johann, gracias por recogerme los apuntes, pero estábamos a punto de salir –se disculpó Marcus. Johann dejó de mirar intensamente a Joel para mirarlo a él de una forma mucho más amable.

- Oh, no pasa nada. Debería de haber avisado antes de venir. ¿Y a dónde vais? Si has estado enfermo deberías de descansar –aconsejó con auténtica preocupación.

- Íbamos precisamente al médico –se apresuró a contestar Joel, con un tono un tanto extraño- así que puedes irte, Marcus está bien conmigo.

- Joel... -avisó Marcus, frunciendo el ceño hacia ambos chicos. Y sin esperar a ninguno, dio una vez más las gracias a Johann y se encaminó hacia las escaleras. Joel se apresuró a seguirle y Johann prefirió esperar unos minutos más para hacerlo. Tenía la sensación de que Joel no dejaría pasar la oportunidad de ponerle la zancadilla para hacerle caer o algo peor.

Joel y Marcus habían intentado en la medida de lo posible no seguir discutiendo. Habían llegado a un trato y debían respetarlo. Para Marcus, a pesar de haber tenido que aceptar las malditas condiciones de Joel, era más fácil. Estaba ganando tiempo y lo sabía, aunque desconocía que haría al terminar el próximo fin de semana. Conocía bien la paciencia de Joel, pero también sabía que ésta había llegado por fin a su límite.

Para Joel era una victoria a medias. Porque aunque había logrado, por fin, que Marcus aceptase someterse a una revisión, no confiaba del todo en que fuese cien por cien sincero con él cuando llegase el lunes. Tan solo podía confiar en que esta vez se acabarían los secretos, y la verdad saldría a la luz. Era curioso, porque tras tanto tiempo deseando conocer los secretos de Marc, ahora sentía cierto miedo de saberlos. Pero no se lo diría a Marcus, no le daría una razón para romper su parte del trato.

Al entrar por las puertas automáticas del hospital, algunos de los enfermeros y médicos saludaron a Joel y otros le regañaron por no acudir más seguido. Joel saludó a todos con una muy amplia sonrisa mientras dirigía a Marcus por los pasillos.

Marcus no necesitaba ser guiado por nadie, pero comprendió que la mano de Joel en su cintura era más por la necesidad del otro de mantenerle cerca que por él, así que lo dejó estar. El olor a desinfectante le mareaba, y cuando llegaron a la sala de espera, se dejó caer sobre el primer asiento libre que sus ojos encontraron. Joel hizo lo propio a su lado.