Harvy's Pov
Las puertas del edifico se cerraron con estruendo tras ser aventadas con mi furia.
— ¡Harvy, espera! —me gritó Margareth.
La reunión con el catedrático no había salido nada bien. Ella había aceptado ser mi tutora y puede que ella no lo supiera pero eso representaba un golpe bajo para mí, sino que también era un golpe bajo a mi capacidad intelectual. Ella no sabía que mi mejor amigo y el amor de mi vida se habían enamorado por medio de tutorías, o por lo menos habían desarrollado su relación por medio de ellas, porque ellos ya estaban enamorados el uno del otro desde el jardín del niños.
— ¡Harvy, no tenía otra opción! —me insitió Margareth.
Me di la vuelta aún más enojado, encontrándola a mis espaldas, con la mochila arrastrando por el suelo de cemento del piso, sus manos a los costados de su cuerpo, su cabello negro suelto y al compás del aire, libre, salvaje y hermoso.
— ¡¿Que no tenías otra opción?! ¡RECHAZAR! ¡Esa era tu otra opción! —le grite tan fuerte que estoy seguro que varios alumnos que aún estaban por ahí en los jardines o en el estacionamiento nos voltearon a ver.
— ¡Iban a quitarme mi beca!
— ¡¿Que no se supone que tu padre es millonario, dile que pague los estudios de su hija?! —estaba tan cabreado que sin darme cuenta ya había sacado la cajetilla de cigarrillos y encendido uno. Eso a ella pareció molestarle tanto que aventando su mochila al suelo, se acercó a mi con pasos pesados y marcados y arrancó de mis manos la cajetilla de cigarros y de mi boca el cigarro ya prendido.
— ¡Deja de ser adicto a esa porquería! ¡¿No sabes que en algún momento te va a matar de cáncer?! —guardo la cajetilla en su mochila, y tiró al piso el cigarro para posteriormente aplastarlo con su pie.
—Dame mi cajetilla. —dije lo suficientemente tranquilo y calmado que me sorprendí de mi mismo. Ya no gritaba ni hablaba en tono golpeado o hiriente, le pedía con mucha amabilidad mi cajetilla. Ella me miró y se acercó a mí, con aún restos del fuego en su mirada.
—Ven, vamos a un lugar más tranquilo y déjame explicarte por qué no puedo perder mi beca. —ella tomó mi mano y me llevó lejos de ahí.
***
Coffe&Soul era un café cercano al plantel universitario que Margareth resultaba frecuentar. Decidió llevarnos ahí porque, seg{un ella, era el único sitio que lograba tranquilizarla sin que hubiera necesidad de un pincel y un pedazo de papel.
Me gustaba el lugar, por afuera era una fachada simple y sin vida con un enorme letrero de luces neón, que claro, por ser las cinco de la tarde estaba apagado, un estacionamiento vacío y paredes de concreto beige sin ventanas. Pero por dentro estaba lleno de vida, mesas pequeñas de máximo tres sillas, con un espacio mínimo donde solo entraban botellas de cerveza o tasa de café. Había un escenario, o una pequeña tarima de color gris oscuro con espacio para un piano, una batería, un guitarrista y un cantante. También en una esquina estaba una barra con un cantinero anciano y botellas polvorientas y vacías de licor viejo y rancio.
Y aunque sé que lo que describo suena miserable y triste, no lo era. Tal vez era el aire lleno de tabaco, las diminutas mesas llenas de gente, la cantante con un estilo antiguo cantando jazz o el espíritu de las almas viejas que estaban ahí en un lugar que no necesitaba estar lleno de ruido y basura para llamar la atención.
Margareth y yo estábamos sentado es una mesa alta con taburetes de terciopelo que en algún momento fue negro pero ahora era gris.
— ¿Puedo tomar su órden? —consultó amablemente la camarera rubia, alta y delgada.
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Mi Chica Rompe-Corazones
JugendliteraturSEGUNDA PARTE DE MI CHICA DE INTER-CAMBIO _______ Harvy tiene el corazón roto. Maggie también. Harvy es obstinado. Maggie es terca. Él no sabe ni que hacer con un lápiz en la mano. Maggie es una artista de alma. Han pasado años desde que Harvy le...