14. Ser de luz

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22 de mayo,  2015.

Creí que no responderías, me hace feliz saber que me equivoqué. De hecho, visualicé tu respuesta como un barco a la deriva; navegante de un gran recorrido sin rumbo fijo.

Tengo muchas preguntas.

Cada pregunta se siente como un río: fluyen sin permiso, no se detienen, solo se llevan todo a su paso.

Estoy confundida... tal vez la palabra correcta sería perdida.

No logro conectar mis recuerdos para atribuirte un nombre o tan solo una pequeña cualidad, y la sola intención de recordarte me abruma hasta dejarme sin ideas.

De alguna forma estamos perdidos, ¿no crees?

Y respondo a tu carta con una petición que me aborda:

Si no planeas mostrarte ante mí, ¿podrías solo detenerte?

¿Para qué seguir un juego en donde ambos no obtendremos anda?

¿Para qué tratar de imaginar la calidez de tu corazón hacia mi si jamás podré mirarte frente a frente para descubrirlo?

¿No te parece absurdo?

No quiero ser el explorador sin una brújula.

Tampoco quiero ser unbarco a la deriva. 


Leyó la carta por quinta vez antes de guardarla en el sobre azul, de esa manera sabría que reconocería la carta sin ningún problema como hace unos días. Aunque en la carta anterior no encontró una respuesta a su pregunta, no planeaba darse por vencida, debía ahondar un poco más en aquella situación hasta obtener lo que deseaba.

Se saldría con la suya de alguna forma.

Analizó la situación por unos minutos, recordando de repente el encuentro con el chico en el buzón. Autumn había asegurado reconocer que tenía cabello castaño claro y si hablaban de su estatura creía que media alrededor de 1.75 o tal vez más; un chico alto con porte atlético había robado su carta y aún no podía asegurar que se trataba de él. Después de eso, no había nada otra cosa que añadir salvo su repentina aparición y rapidez al correr, considerándolo algo sin importancia.

Ingresó a casa luego de unos minutos al lado del buzón, atenta a cualquier movimiento o persona que circulara a los alrededores.

La tarde cayó de manera rápida y con ella, la compañía de su amiga.

Autumn se encontraba en casa tratando de tomar una decisión que generaba cierto nerviosismo reflejado en su caminar. No podía dejar se moverse de un lado a otro esperando una respuesta razonable para poder actuar.

—¿Crees que sea buena idea? — preguntó luego de unos minutos; mordía su pulgar, ansiosa por una respuesta — ¿Podrías dejar de sonreír de esa manera? — reprochó.

—Es gracioso, lo siento — se disculpó entre risas.

—¿Qué es gracioso?

—Verte de esta manera, creía que jamás te vería actuar así — apoyó la palma de sus manos en el colchón —, ¿por qué dudas de tu respuesta?

—Quiero verlo, lo admito, es solo que-

—¿Es solo qué...? — le animó a continuar ante su silencio.

—No lo sé, es extraño — respondió sin fundamento.

Alexia sonrió, — La verdad, Ethan me llamó para pedirme una opinión — confesó. Autumn se mostró sorprendida.

|Lo que mi alma te escribe| BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora