Capítulo 2

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Aiden

El grito de alegría de Claire cuando subo al coche, casi me deja sordo. Me abraza sin darme tiempo ni a mirarla.

-Te he echado mucho de menos, por supuesto, no he sido la única... pero estás increíblemente guapo. Seguro que los amores te van a llover muy pronto. -No me ha pasado por alto su comentario. Pero prefiero ignorarlo. No quiero estropear la noche que nos espera.

-Yo también a ti. ¿Has hecho un pacto con el diablo? Sigues igual que como te dejé -digo divertido y sincero mientras ella rueda los ojos.

-Tú tampoco pareces haber cambiado mucho. Sobre todo tú forma de ser. ¡Sigues siendo un sol! -Tan dramática como siempre.

-¿Dónde vamos? -pregunto curioso. Ella solamente arranca el coche y nos dirige a algún lugar sin decir nada más.

Terminamos en una azotea. No sé qué hacemos aquí, pero tratándose de Claire, todo puede pasar. Al final, no puedo contener mi curiosidad.

-¿Dónde estamos?

-En mi casa. Sí, vivo en una azotea. -La miro extrañado, pero me lo creo. Ella señala detrás de mí y veo una pequeña casa. Parece acogedora, pero lo que más me gusta es la terraza que ella se ha montado. Si no supiera que es una azotea, pensaría que es un adosado con jardín.

-Muy original -digo admirado. Me hace un gesto para que me siente y así lo hago. La temperatura en el exterior es agradable y desde aquí se ven muchas estrellas. Observo como ella entra en su pequeña casa y sale al rato con vasos y diferentes botellas-. ¿Y esto?-pregunto sin entender muy bien lo que pretende hacer.

-Nos hemos reunido después de cuatro años. Tenemos que emborracharnos para ponernos al día. El Aiden borracho es el más sincero de todos. -Niego con la cabeza aunque sé que tiene razón. Tampoco tolero demasiado bien el alcohol y lo sabe.

Empezamos a hablar de todo un poco. Le pregunto por el trabajo que ella me ha ofrecido. Resulta que mi amiga es socia de una de las editoriales más famosas del país. Necesitaba ilustradores para hacer portadas y demás, pensó en mí de inmediato. Y yo, aunque he estudiado fotografía y bellas artes, siempre he amado la literatura. Lo que me ganó fue que me dio permiso para leer todas las novelas, antes de hacer cualquier portada. Es algo en lo que nunca pensé que podría trabajar, pero mi amiga siempre hace lo imposible realidad.

-Pensé que estudiarías literatura y serías escritor o editor. Me sorprendió que te decantaras por otra cosa.

-Ya no soy un ratón de biblioteca -digo intentando evitar la pregunta. Lo cierto es que hace tiempo no entro a una. Me trae viejos recuerdos de momentos que he querido borrar. En mi interior, sé que esa es una de las razones por las que no estudié literatura, que era mi gran pasión.

-De acuerdo. Fingiré que no quiero saber más sobre el tema. ¿Vas a querer vivir por tu cuenta? -Ahora la conversación ha cambiado de rumbo. Algo más liviano y que puedo manejar.

-Sí. Quiero mi privacidad aunque todavía no he visto ningún lugar para quedarme. ¿Puedo quedarme contigo? -digo bromeando. En verdad, quiero vivir solo, experimentar lo que se siente teniendo tu propio lugar. Ser un adulto completo.

-Ni de coña. Pero yo te encontraré un apartamento genial. No es muy grande, pero tiene todo lo necesario. Además, son pisos nuevos y te encantarán las vistas. Está cerca de la editorial y mañana mismo tendrás las llaves. -La miro sorprendido. Hace apenas unas horas he tomado la decisión de vivir solo, mañana hasta tendré las llaves de mi propio lugar. No necesitaré deshacer la maleta. Aunque conociendo a Claire, algo huele raro aquí.

Seguimos charlando de todo. Algunos buenos recuerdos de cuando nos conocimos y nuestra adolescencia, vienen a nuestras mentes. Ninguno de los dos menciona a la persona que nos presentó y me alegro de ello. Cada vez que su nombre pasa por mi mente, mi corazón se encoge y al mismo tiempo salta de alegría.

Después de unas copas de más, me siento envalentonado. Empiezo a tener una nube sobre mi cabeza y me dejo llevar.

-¿Sabes algo de él? -pregunto directamente. Claire casi se atraganta, es algo que no esperaba escuchar de mi boca, y yo tampoco.

-¿De verdad quieres saber? -Me encojo de hombros como restándole importancia. Una parte de mí, la más masoquista, se muere de ganas por saber todos los detalles. La parte más racional me da golpes internos por haber hecho esa pregunta estúpida. Ahora ya está, no puedo hacer nada. Cuando ella empieza a hablar, nada la detiene-. Hablamos todas las semanas, algunas más y otras menos. Nos mantenemos en contacto. Le va bastante bien aunque no te creerás a qué se dedica... -La interrumpo antes de que siga.

-En verdad, no me interesa -miento. Miento como un bellaco, porque la curiosidad podría matarme ahora mismo-. Si es feliz, con eso basta. Solo quería saber si estaba vivo.

Claire rueda sus ojos de nuevo. Es un gesto que siempre ha hecho delante de mí. -Por supuesto que está vivo, ¿pensabas que habría muerto de amor? -Eso ha sido un golpe bajo. Y ella lo sabe, lo ha dicho con la intención de que doliera. Está tanteando el terreno para conocer mis sentimientos.

-No lo esperaba. Recuerdo mis últimas palabras y también las suyas, «no me toques y aléjate de mí». Sí, esas fueron las suyas -digo restándole importancia. El nudo en mi corazón me indica que después de cuatro años, sigo dolido y lo peor, no le he olvidado ni superado.

-¿Cuáles fueron las tuyas? Has despertado mi curiosidad -dice como si nada.

Sonrío sarcásticamente. -Me gustas tú.

Niega con la cabeza y veo que saca un sobre blanco del bolsillo de su pantalón. Me lo tiende y yo lo cojo sin entender nada.

-No iba a dártelo. Sus órdenes cuando escribió esta carta para ti fueron muy claras. Estoy cavando mi propia tumba al darte esto. -La miro sin entender lo que dice-. Dijo que te la diese si le ocurría algo o cuando fuese viejo y se muriese. No sé lo que hay escrito ahí dentro, el contenido de la carta es totalmente un misterio hasta para mí que la tengo desde hace años. Ahora es tu decisión leerla o no. -Bebe de su copa y yo miro el sobre.

-Es mejor dejar el pasado atrás, a veces duele.


¿Qué os está pareciendo? He decidido no poner imágenes de los protagonistas para que cada lector/a los pueda imaginar como quiera.

Muchos besos.

Me gustas túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora