Capítulo 5

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Logan

Abro los ojos con una sonrisa. A decir verdad, este tipo de sueños no me molestan. Al contrario, me hacen sentir vivo aunque al mismo tiempo me hacen ver lo que he perdido por ser un miedoso. ¿Cómo puedo escribir una novela sobre sentimientos y romanticismo cuando no supe reconocer los míos? Es prácticamente imposible para mí hacer algo así. ¿Qué debería hacer? Piensa rápido Logan, porque Claire no lo dejará pasar fácilmente. Es la primera vez que me amenaza con romper el contrato conmigo. Fue la primera en apoyarme y darme trabajo en la editorial y ahora... quiere deshacerse de mí.

Tomo aire y me siento delante del ordenador. Debo intentar escribir algo, una simple sinopsis aunque sea. Así podría ganar algo de tiempo y convencer a Claire con otra buena novela sobre asesinatos y psicópatas. Abro una hoja de Word en blanco, empiezo a teclear y borro. Hago lo mismo un par de veces y suspiro irritado. Esto no va a funcionar.

-Vamos a que nos dé el aire -me digo a mí mismo. A veces hablar con uno mismo nos hace sentir menos solos. ¿Debería leer algo de romance pasteloso? Tal vez me sirva para inspirarme o al menos, coger alguna idea.

Me visto para salir a la calle y me dirijo a la biblioteca. Hace años que no vengo y creo que el sueño que he tenido me ha impulsado a volver aquí. ¿Todavía estará la misma mujer? Me encojo de hombros y entro. Es silencioso como siempre, intento contener los recuerdos en mi mente. Voy hacia la sección de novela romántica. Hace unos años no la habría encontrado ni por asomo. Pero él me enseñó a buscar los libros en una biblioteca, también debo agradecerle por eso. Debería agradecerle por tantas cosas en esta vida... pienso con cierta amargura. Nunca fui capaz de encontrarle después de que se fue. ¿Qué será de él? Decidí hacerme escritor con la esperanza de encontrarle en la universidad, estudiando literatura. Pero no fue así y nunca más supe de él.

Decido centrarme en lo que he venido a hacer. Ahora es momento de trabajar o mi gran amiga me matará sin piedad. Repaso una y otra vez todos los nombres de novelas, sus portadas y leo sus sinopsis. No hay ninguna que llame mi atención.

-¿Necesitas ayuda? -La voz suave de la mujer me sorprende. La miro y me doy cuenta que es la misma aunque con algunas arrugas más-. Casi no te reconozco.

-Sí, ha pasado un tiempo. Estaría muy agradecido si me ayuda. Necesito leer algo romántico, pero no sé qué escoger. -Asiente y empieza a seleccionar algunos. ¿Trabajará él en alguna biblioteca? Con lo que le gustaban los libros, no lo descarto. Creo que me equivoqué y su sueño nunca fue ser escritor. Nunca he sido bueno adivinando lo que Aiden quiere, le gusta o ama... esta última palabra, viene a mí con amargura.

-Aquí tienes, estos son algunos de los que más han gustado. Espero que te sirvan.

-Gracias -digo verdaderamente agradecido. Por su ayuda y porque haya interrumpido mis pensamientos. Me siento y empiezo a ojear uno de ellos. Escucho como la gente viene y va, los estudiantes entran y salen. No me termino de concentrar. Al final, decido llevármelos y mirarlos en casa.

-¿Te los llevas todos?

-Sí, los devolveré pronto. -Ella asiente y empieza a anotar los libros, sigue haciéndolo a mano. No le gustan los ordenadores por lo visto.

-Aquí tienes. Tu amigo vino a preguntar por sus libros....

-¿Mi amigo? -pregunto sorprendido. ¿De qué está hablando?

-Disculpa, tengo que atender a esa mujer. -Se levanta y se va, dejándome intrigado con sus palabras. Decido no pensarlo demasiado, puede haberse confundido con otra persona. Es imposible que sea él.

Cojo los libros y regreso a casa. Espero que ahora pueda concentrarme, sacar alguna idea y conseguir que Claire me deje en paz. Eso sería tener demasiada suerte, pero todo podría suceder. A lo largo de los años, he aprendido que hasta lo imposible se puede cumplir. Y hasta alguien como yo, pudo una vez enamorarse. Fue la única persona en mi vida que me hizo sentir querido, valorado y que le dio sentido a todo mi mundo. En verdad, él se convirtió en mi mundo sin darse cuenta y yo quedé atrapado por él desde la primera sonrisa que me dedicó. La pena, solo me di cuenta de mis verdaderos sentimientos cuando ya estaba lejos de mí. Le hice daño sin querer, pero no merezco su perdón. ¿Sería posible una segunda oportunidad? No lo creo.

Bajo del ascensor y veo algunas cajas en la casa de al lado de la mía. Parece que Claire tenía razón y alguien se está mudando. Espero que no sean ruidosos o me cabrearé bastante. Necesito silencio para concentrarme en esta mierda de proyecto.

Empiezo a buscar las llaves de casa en el bolsillo de mis pantalones, pero no las encuentro. Cuando por fin las he alcanzado, éstas caen al suelo. Me agacho a por ellas pensando que hoy no es mi día y sin querer veo una especie de cuaderno en el suelo. Antes no me había percatado, pero debe de habérsele caído a mi vecino o vecina. Por alguna extraña razón, me resulta extremadamente familiar. Lo cojo y sé que debería devolverlo, pero decido llevarlo conmigo.

Entro en mi apartamento y me siento de nuevo en el escritorio. La pantalla del ordenador sigue encendida y la hoja en blanco parece burlarse de mí. Pudiendo escribir sobre un asesino en serie, tengo que pensar en rosa, flores y bombones... que desperdicio. Miro de reojo el cuaderno que acabo de recoger, deberías haberlo devuelto, me recrimino a mí mismo. Aun así, al final la curiosidad me vence.

Hola, ¿qué tal estáis? Como no he subido mucho últimamente, voy a subir unos capítulos seguidos. Gracias a los que le estáis dando una oportunidad a esta historia.

Muchos besos.

Me gustas túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora