Me sorprende el efecto que mi llanto parece provocar en el hombre que tengo parado frente a mí. Como si fuera que algo se ha roto en él, comienza a hablarme, a mostrar interés en lo que me pasa. Ya no parece ser el mismo que era hace solo unos minutos, su expresión se ha vuelto un poco más cálida, y el miedo que sentí al principio está desapareciendo.
De todas formas, su perfecta figura de torso marcado y piernas largas, sigue siendo muy intimidante, teniéndolo plantado tan cerca mio. Las palabras salen suavemente de su boca acompañada de carnosos labios rosados, mientras me observa con una mirada que transmite seguridad y comprensión. Una incipiente barba de pocos días adorna su perfecto rostro haciéndolo ver aún más varonil.
Y como si fuera la frutilla del postre, huele increíblemente bien.
— Hayden — repito para no olvidarlo jamás.
Suspira
— Yo... no debería estar diciéndote esto pero, mierda, no lo sé — se revuelve el pelo, nervioso, y da un par de pasos. Yo sigo clavada en el mismo lugar, mirándolo atentamente — hay algo en ti que... hace que... — no completa la frase.
Hayden luce frustrado, mientras da círculos por la estrecha y vacía cuadra en la que estamos parados. Pareciera como que quiere decir algo pero no puede, porque abre la boca, y finalmente vuelve a cerrarla si sacar nada.
— Por favor, dime lo que sepas. Es muy importante para mí encontrarla — mido cuidadosamente cada palabra que digo, no quiero echar a perder todo lo que he logrado hasta ahora. Tal vez él tenga pistas, o haya visto algo que pueda ser de gran utilidad en la búsqueda de Ellie.
Quiero decirle que no diré nada de lo que él me cuente, y que nadie se enterará que hemos tenido esta conversación, si eso es lo que quiere. Pero no me da tiempo.
— No tienes de qué preocuparte, ¿si? — suelta de repente.
Abro mis ojos, no puedo creer lo que me está diciendo. Realmente no entiendo nada.
— ¿Qué? ¿Cómo lo sabes? — paso mi mano por mi frente, que me duele mucho — Enserio, ¿Cómo puedes saberlo?
Cada una de mis preguntas parecen incomodarlo más y más, como si estuviésemos entrando a temas que él no quiere, o no puede, tocar.
Demás está decir que no voy a permitírselo.
Vuelve a suspirar y se queda quieto.
Agradezco eso, ya me estaba mareando con tanto movimiento de aquí para allá. Sé que está nervioso, se nota demasiado.
— Ella está bien — sus ojos están fijos en los míos.
Siento que las piernas me tiemblan, no sé cómo es que sigo de pie. ¿Él la tiene? Oh, no. No es posible. No me creo estar hablando con el hombre que tiene secuestrada a mi amiga, no señor. El llanto vuelve a amenazar con volver a enrojecer mi rostro. Un escalofrío corre por mi espalda, y vuelvo a caer en el profundo miedo, sabiendo que estoy hablando con un secuestrador.
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Detrás de Ti ©
Teen FictionCuando creí que aquel extraño chico (pero que esta muy bueno) era solo un idiota sin cerebro, me demostró que no tenía ni idea de a qué estaba enfrentándome. Nunca te dejes engañar por las apariencias, las miradas más inocentes esconden las persona...