¿QUÉ?
¿Qué mierda?
Frunzo el ceño, completamente confundida. ¿Qué diablos? ¿Acaso ella no...?
— Lo siento, ¿qué has dicho? — necesito volver a oírlo para que mi cerebro pueda funcionar. Hayden sonríe un poco.
— Lo que has oído, no la hemos secuestrado. Está con nosotros por propia voluntad.
No soy capaz de cerrar mi mandíbula. ¿Me está tomando el pelo? Todo me da vueltas, no me creo lo que estoy oyendo. Es Elizabeth de quien estamos hablando, vamos, no es posible. Claro que no lo es, no... me niego a caer, no le creeré..... no me enredará, no...
Mierda, Ellie.
Mierda, mierda, mierda.
Te mataré, lo juro.
Según este apuesto chico, Elizabeth Arielle Williams, mi mejor amiga de toda la vida, con quien comparto absolutamente todo desde que tengo uso de razón, quien ha sido mi confidente en cada ocasión, por más mínima que sea, la persona a la que más me parezco y con quien he contado siempre desde que tengo memoria, se está haciendo la secuestrada mientras ingenia vaya a saber qué maldito plan con sus supuestos secuestradores de mierda, mientras yo estoy aquí parada como una idiota que no duerme desde en que se enteró de su maldita falsa desaparición, persiguiendo extraños en la calle, por más buenos que estén, llorando en cada rincón y comiendo sólo lo necesario como para juntar un poco de fuerzas y poder así seguir buscándola.
¿Como podría estar haciéndome esto? No me lo creo.
Estoy apoyada contra la pared, con la cabeza hacia atrás y los ojos bien abiertos, escuchando la profunda voz de Hayden, intentando asumir todo lo que está diciéndome. Siento como la ira fluye por mis venas, me siento más estúpida que nunca. Armo mentalmente un rompecabezas, para lograr entender qué diablos está sucediendo. Hayden habla cuidadosamente, evaluando mi reacción ante cada puñal que me lanza.
No tengo palabras.
Esto es grave, muy grave.
Y yo que pensaba que se había acostado con Marc. Ja.
— Becca... ¿me estás oyendo? — pregunta lentamente, mirándome como si tuviese tres ojos.
— Si... continúa — respondo vagamente, con la vista perdida en el cielo. Ya es casi de noche, tengo que volver a casa, pero no me importa. No he pasado toda la maldita tarde aquí para largarme justo en este momento, donde toda la mierda por fin sale a la luz.
— ¿Quieres que caminemos? — noto que tiene miedo de que me muera aquí mismo, seguro debido a mi expresión congelada y mi mirada perdida.
Asiento con la cabeza y comenzamos a andar. La verdad es que yo tampoco sé cómo reaccionará mi cuerpo ante tanto estrés junto.
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Detrás de Ti ©
Fiksi RemajaCuando creí que aquel extraño chico (pero que esta muy bueno) era solo un idiota sin cerebro, me demostró que no tenía ni idea de a qué estaba enfrentándome. Nunca te dejes engañar por las apariencias, las miradas más inocentes esconden las persona...