Cuando creí que aquel extraño chico (pero que esta muy bueno) era solo un idiota sin cerebro, me demostró que no tenía ni idea de a qué estaba enfrentándome.
Nunca te dejes engañar por las apariencias, las miradas más inocentes esconden las persona...
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Luego de hablar con Marc, no hubo más remedio que avisar a los padres de Elizabeth. El alto y morocho chico alega que no ha salido del bar con ella, y que no la ha visto en ningún momento, luego de su largo encuentro, y parecía bastante seguro de sus palabras.
Sin embargo, hay algo en mi interior que no termina de cuadrar. Será porque no quiero aceptar esta realidad de las cosas, o porque simplemente me cuesta creerle, pero sospecho que tal vez Marc podría haber sido más específico de lo que ha sido.
Como era de esperarse, los padres de Ellie se sienten fatal y ya todo el vecindario está al tanto de la situación. La policía fue alertada hace unos momentos, pero igual no harán nada hasta que se cumplan veinticuatro horas desde la desaparición.
Me siento mal, estoy desganada y llorando constantemente. Desde mi ventana puedo ver a la madre de Ellie en su habitación, mirando sus cosas y lamentándose junto a su esposo. Varias personas están en el jardín de los Williams, mostrando su apoyo a la familia.
- Becca, sal de la ventana, ven - Emma habla desde mi cama. Todos están aquí, en mi casa. De alguna manera, si estamos juntos, aunque nadie hable, es más fácil pasar el dolor. Sólo con saber que contamos con la compañía de los otros, logramos estar más calmados. Camino hacia ellos y me siento en el piso, con la espalda apoyada en la pared.
Pasan largos minutos en los que lo único que se escucha son nuestras respiraciones, mezcladas con sollozos que se pierden en suspiros.
Ellie, ¿Dónde estás?
Lo único que espero es que estés bien.
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Le he dicho a Tom que tenía mis dudas respecto a Marc, pero él insiste en que el morocho me ha dicho la verdad. Estamos en su habitación, ya no hay nadie en la casa. Hemos avisado a mis padres lo que ocurrió con Elizabeth, y dijeron que volverán enseguida de donde sea que estén.
— Bec, es en serio. Si él dice que no la ha visto, lo siento, pero le creo — Me habla serio, pero con calidez y paciencia.
— ¿Pero cómo estás tan seguro? — tengo muchas ganas de llorar, y se nota en mi voz —Es que, eso significaría que... ella está... — el gran nudo en mi garganta no me deja continuar.
— Lo sé, lo sé —Tom se acerca y me rodea con un brazo — pero créeme, Marc no sería capaz de hacer algo así. Lo siento mucho, en verdad. Pero así son las cosas.
Esto significa que ella está realmente perdida, y eso agrava la maldita situación. No entiendo por qué mi hermano está tan decidido en apoyar a su amigo, pero no me queda otra que respetarlo. Sé que si tuviese la menor duda me lo diría, así que debo confiar en él. Sería mucho más fácil poder culpar a Marc, pero no creo que sea posible.
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El enorme sol en el cielo le da la bienvenida al lunes. Me siento como un trapo y de seguro me veo como uno. No como, no sonrío, no hablo. En definitiva, no tengo ganas de nada.
