Wow, los efectos del alcohol. Yo diría que son increíbles, como un líquido tan bonito y de aspecto inofensivo puede causar tantas cosas en el comportamiento de las personas, volviéndolas completamente inútiles, y un poco idiotas.
Hace unas horas, mi querido amigo Drake fue prácticamente arrastrado fuera de este bar, ni siquiera podía mantenerse en pie por su propia cuenta.
Parecía un trapo de piso mojado.
A estas horas ya no queda casi nadie sentado en las mesas, la luz se volvió más tenue, y los pocos borrachos que aún están con ánimos se encuentran saltando en la pista de baile, como si estuviesen solos cantando en la ducha.
A pesar de que esta noche no he llegado al Estado Drake, porque yo sí poseo un poco de autocontrol aunque sea con lo que respecta a la bebida, me siento algo mareada, como si estuviera en otra galaxia, en donde todo se siente tranquilo. Me muevo demasiado lento en mi silla, más lento de lo que yo quisiera. Noto que tengo una sonrisa pegada en el rostro.
Suelto una risotada. Debo verme como una tonta.
Otra carcajada escapa de mis labios.
Oh, que bien la hemos pasado.
- Becca, es hora de irnos - Josh me saca de mis pensamientos mientras busca en su bolsillo las llaves del auto.
- De acuerdo, buscaré a Ellie - respondo. Él asiente y agarra su celular.
Me levanto de la mesa,y como puedo camino hacia la pista de baile. Diablos, todo me da vueltas.
¿Alguien quiere subirse a mi calesita?
Mis pasos son demasiado lentos, no llegaré a la pista sola, necesito un bastón humano. Miro a mi alrededor en busca de una cara conocida, y veo el pelo morado de Stella a unos metros de mí. Grito su nombre y ella se acerca de inmediato, sonriendo de oreja a oreja. Oh, ella también está borracha. Entre las dos no hacemos una.
- Ayúdame a buscar a Elizabeth, debemos irnos - le digo mientras paso mi brazo alrededor de su cuello. Ella me toma por la cintura, y luciendo como un par de inútiles, nos dirigimos al centro del salón.
Sólo unas pocas personas aún siguen moviéndose enérgicamente al ritmo de la música, ya casi no hay nadie, y no me parece ubicar a Elizabeth. Caminamos, empujando a todos los que se nos tiran encima, repasando el lugar en busca de la morocha.
- Oyyyye, esa falda te queda para morirssse - los brazos de aquel desubicado me toman, en un intento de abrazarme, pero lo esquivo y cae al suelo. Su comentario me hace mucha gracia.
Oh, te lo agradezco, no sabes lo que me costó vestirme esta noche.
Continuamos nuestro camino por las baldosas iluminadas, pero es inútil. Ellie no está por ningún lado, y las piernas ya me tiemblan del esfuerzo que estoy haciendo para caminar. Me agarro más fuerte de Stella, pero ella está en la misma situación que yo.
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Detrás de Ti ©
Novela JuvenilCuando creí que aquel extraño chico (pero que esta muy bueno) era solo un idiota sin cerebro, me demostró que no tenía ni idea de a qué estaba enfrentándome. Nunca te dejes engañar por las apariencias, las miradas más inocentes esconden las persona...