11 - Prohibido Pasar

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Se me congela la sangre y un escalofrío recorre mi espalda

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Se me congela la sangre y un escalofrío recorre mi espalda. ¿Por miedo? Por supuesto que no. Lo que pasa es que el simple hecho de saber que tengo a este hombre detrás me pone nerviosa, tanto que no sé cómo describirlo.

¿Cómo demonios supo que estaba aquí?

Oh, claro, de seguro me ha rastreado el celular.

Maldito y sexy hacker.

Debo buscar una forma de conseguir un poco más de privacidad, no me parece justo que pueda encontrarme tan fácilmente cuando le de la gana, sin siquiera pedirme permiso.

Giro la cabeza lentamente, esperando encontrar esos ojos azules tan intensos.

— ¿De qué hablas? No te veo — hablo mientras lo busco entre la gente que baila. La luz del bar es tenue, y hay tantas personas que se me hace difícil poder distinguirlo.

— Claro que no puedes verme — dice con voz profunda — Ese es el punto.

Pongo los ojos en blanco. Oh, parece un niño. ¿Tan importante es todo esto del espionaje?

— No pongas los ojos en blanco — me sorprende con voz juguetona. Algo en mi estómago se retuerce y un ligero escalofrío recorre mi piel. Sé que en verdad me está observando, analizando cada uno de mis movimientos, atento a cada detalle de mi accionar. En este preciso momento, justo ahora, esa profundos ojos que tiene están posados sobre mí.El simple hecho de saber que me estoy reflejando en ese azul tan bonito me  pone nerviosa, pero de una manera especial. Sólo por ser consciente de ello, hay algo en mi interior que me impulsa a medir y controlar todo lo que hago. Mi corazón se acelera y no soy capaz de controlarlo mientras intento comprender cómo es posible que mi cuerpo responda de esta manera ante la mirada de una persona.

Por alguna extraña razón, yo también me siento demasiado sexy.

— Ya deja el misterio y dime qué es lo que quieres — trago duro, escondiendo cualquier rastro de emoción en mi voz.

— Bien, ¿ves esa puerta a tu izquierda? — indica. Volteo la cabeza y logro distinguir una puerta roja de metal.

— Sí — contesto.

— Ábrela, sube las escaleras, y cuando llegues a un cartel de "Prohibido Pasar"...

— Déjame adivinar —lo interrumpo — paso igual — sonrío ligeramente y pongo los ojos en blanco, completamente consciente de que me está mirando.

— Si ya sabes todo, no sé por qué seguimos hablando — su voz refleja que está sonriendo, a pesar de que no pueda verlo — Te espero arriba.

Corta la comunicación, y procuro no hacer ningún gesto absurdo que me deje en ridículo. Sé que todavía me observa, y lo que menos necesito es que me atrape sonriendo como una idiota.

— ¿Todo bien? — me pregunta Drake, cuando vuelvo a girar hacia su lado.

— Sí, era Tom. Está esperándome afuera, debo irme. Al parecer mis padres se irán de viaje y debo despedirlos — pongo cara de "quisiera quedarme pero así es la vida" y me paro. Sé que apesto mintiendo, pero lo mismo da.

Detrás de Ti © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora