Todos estamos pendiente de lo que sucede desde este lado de la pantalla mientras vemos cómo mi papá frota suavemente un trapo húmedo sobre el rostro de mi madre, quien en un minuto fue capaz de recuperar la consciencia. Mantiene los ojos cerrados e intenta recuperar el ritmo normal de respiración, supongo que esta es la respuesta a mi pregunta sobre la reacción que tendrían. Mi papá la ayuda en silencio y esa carencia de palabras que hay entre ambos es la máxima expectativa que yo tenía al respecto.
—Mamá. —Susurro como si estuviéramos en la misma habitación y yo le hablase al oído. Ella abre los ojos y no duda en mirarme. Mi papá observa cómo actúa ella y también decime ver hacia la pantalla.— Papá.
Quizá si fuera más inteligente, se me ocurrirían palabras mejores al verlos, pero la emoción me consume por completo. Las lágrimas continúan cayendo por mi rostro, aún si hacer barullo alguno.
—¿Cómo estás? —Pregunta Irasema tomándome por sorpresa y rompiendo el silencio.
—A salvo, creo. —Pienso que he roto un poco su corazón al no decir "bien",pero ¿por qué le mentiría? Que esté viva es la mejor opción, sin importar mucho mi malestar emocional.— ¿Cómo están ustedes?
—Felices y ansiosos, ¿quieres que te vayamos a buscar? Salimos ahora, ¿dónde estás? ¿Dónde has estado? —Dice nerviosa mi mamá, deteniéndose a respirar otra vez. Se levanta de la silla, pero pierde el equilibrio.
—Siempre he estado a una hora de casa... —Intento cambiar el tono de mi voz, pero la pena y el dolor permanecen ahí como asuntos pendientes y difíciles de resolver. Los miro fijamente mientras seco mis mejillas con las yemas de los dedos.— No se preocupen si alguna vez vinieron para aquí y nunca me vieron, jamás me dejaron salir de dónde me mantuvieron encerrada.
—¿Dónde estuviste todos estos años? —Irasema es capaz de controlar sus emociones y es la única de ellos tres que no se traba al hablar.
—En un tipo de colegio, parecía más un manicomio, donde... Donde... —Quieroseguir, pero no puedo. Tengo miedo de asustarlos y que corten la comunicación,que no me necesiten de vuelta en casa, que no quieran más.— Donde me obligarona hacer cosas horribles, la primera fue terminar con mi dieta vegetariana.
Me miran horrorizados, sus rostros se vuelven pálidos tras mi confesión. Ellos desde el principio supieron acerca de mi respeto por la vida y acá estoy, como si fuera un carnívoro más. Quisieron convertirme en algo que no soy, me obligaron a saborear la sangre humana por sobretodo. Aunque después de tanto tiempo, me forzaron a vivir experiencias tan horrendas y oscuras, que sólo lograron hacerme inquebrantable.
—Papá, no pude hacer lo que me pediste. —Digo con un nudo en la garganta y pretendiendo mirarlo a los ojos.— Siempre me acordé que me habías dicho que observase el cielo y siguiera las estrellas rojas cuando estuviera perdida, pero no pude hacerlo, no conseguí seguirlas.
—Agnes, —Estima a pronunciar antes de empezar a llorar.— jamás las pudiste seguir porque nunca estuviste perdida. —Hace una pausa y agrega:— No te perdiste, te secuestraron. —El silencio inunda ambas habitaciones y sólo un pensamiento viene a mi cabeza: ¿sería erróneo decir que el dolor tiene una mejor capacidad de control que el amor?
Observo el rostro preocupado de Nicolás, de alguna manera sus ojos me dan un mensaje que no tardo en captar. No sé si es lo que él está pensando, pero aun así me llena de terror. Trago saliva y exhalo aire para liberarme de los nervios que vienen con lo que diré.
—Necesitan protección. —Aguardo en silencio esperando a que digan algo al respecto.— Y la tendrán, hoy pudimos conseguirla por suerte.
—Así es, —Me interrumpe Roberto.— tenemos un amigo que trabaja en la Central Policial de Cavalerie. Estuvimos hablando con él hoy a la mañana y luego de que Agnes hizo su declaración, le preguntamos sobre qué podría hacer por ustedes.
—Qué extraño que el aviso sobre su desaparición no haya sido de baja por las autoridades, ni que tampoco nos hayan avisado sobre ambas cosas. ¿Por qué necesitamos protección, Sr...? —Dice mi mamá.
—Sr. Martinez. —Responde él, acompañando con una pequeña risa.— Disculpen, ella es Malena, mi esposa, él es mi hijo Nicolás y yo soy Roberto. —Traga saliva y continúa.— El asunto es que uno de los hombres que la secuestraron es el Jefe de la policía de esta ciudad, es de renombre y según nos dijo nuestro amigo, siempre consigue tener las manos limpias y toda evidencia en su contra desaparece. Agnes no quería que corrieran riesgo alguno.
—Voy a intentar volver lo más pronto posible, el oficial Murcia me pidió que me quedara unos días para que él tuviera tiempo de bajar el anuncio de desaparición y hacer un tipo de acta, no me acuerdo bien. Pero es un tipo de papeleo que requiere de un buen tiempo para ser aprobado.
—Lo entendemos, Ness. —Responde mi mamá con una sonrisa, la cual se hace recíproca en mi rostro.— Ya nos alcanza con saber que estás viva después de atravesar tanta incertidumbre.
En sus ojos puedo percibir que esa incertidumbre lleva demasiado dolor sobre su espalda y noto como, con mi presencia, dicha sensación se disipa en el aire, como si jamás hubiera existido. Aunque, un poco y casi bien escondida, se encuentra la preocupación de que a pesar de saber que estoy viva, hay una distancia entre ellos y yo en la que puede ocurrir cualquier cosa.
Malena empieza a comentar cómo llegué a esta casa, cómo lucía y qué extraña criatura yo parecía ser. Más allá del terror que sintió en aquel momento, admite haber visto la postura de mi cuerpo como si la misma se igualara a la de una niña asustada y perdida en la noche. Ella halló mucho miedo en mí, pero también una pasión por sobrevivir. Calla antes de comentar acerca de las marcas que recorren mi cuerpo, mis padres y hermanas lucen curiosos, pero Malena no dirá una palabra más.
—¿Qué es esto? —Dice de la nada Nicolás, a punto de interrumpir a su madre.— Se está cortando la comunicación, no ocurrió durante esta media hora, ¿por qué justo ahora? —Lo que dice me alarma mucho.
—Apaga la computadora, creo que sé de quién puede tratarse. —Lo miro fijo, pero pienso que todos son capaces de entenderme. Nico aprieta varias teclas intentando configurar el aparato, pero se corta la transmisión, la pantalla cambia a negro y aparecen tres grandes estrellas rojas.— ¿Qué? Él probablemente tuvo la capacidad de vernos y escucharnos todo este tiempo.
Se oye un pitido muy fuerte y todas las estrellas titilan. De a poco comienza a aparecer el abecedario dentro de las tres figuras y las letras se mueven, empezando a formar frases. Observo cómo Malena y Roberto juntan sus manos, noto sus posturas llenas de tensión por lo que están ocurriendo.
La pantalla pasa a rojo y las estrellas quedan en negro, pero en cada una hay una frase escrita en blanco:
• Un lugar
• Un horario
• Lo que harán
Abajo de todas se encuentra una oración que dice: "Recibirán las indicaciones cada una hora a partir de la medianoche de hoy." El pitido se vuelve a emitir y la pantalla regresa a negro, dejándonos atónitos, con nuestros corazones latiendo muy fuerte y las respiraciones alteradas. Tengo miedo, especialmente por ellos.
![](https://img.wattpad.com/cover/82549270-288-k329300.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Agnes [Normales Spin-Off #1]
Mystery / ThrillerAños después de haber sido perseguida y secuestrada por Narciso Rousseau para estar encerrada en el Instituto Bourg, Agnes, una joven de 19 años idea un plan para su huida mientras el director del establecimiento pone su completa atención en uno de...