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Durante los cinco días que hubo hasta el día de la boda, Louis siguió esperando la llamada de Harry pero esta nunca lo llamó, así que furioso volvió a deshacer sus maletas pues finalmente había entendido que no iría a su casa.

Decepcionado había comprobado que el empresario no había dejado dicho a nadie, que debían llevarlo a su hogar, ni tampoco había dejado una copia de las llaves para él y estaba dudando si finalmente habría boda.

Louis había sentido algo extraño en su interior y según fueron pasando los días, su bonito despacho, su flamante puesto, su desorbitado sueldo y su precioso coche, ya no lo llenaron, el ojiazul tenía un gran vacío.

Era como si al haber conseguido todo eso que ansiaba, ya no tuviese una meta, no era lo mismo... él ya no era el mismo y contra todo pronóstico, siguió sintiéndose incompleto, pobre e infeliz.

El sábado por la mañana Harry regresó pero no se fue a su casa, ni se fue a su empresa, éste fue al lugar donde estaba su vida, su todo, el empresario puso rumbo a la casa de Louis.

Éste todavía dormía cuando escuchó el timbre de su puerta, entonces se levantó y aún medio adormilado fue a ver de quien se trataba, se puso de puntillas para ver por la mirilla pero no vio a nadie.

El ojiazul ya regresaba a la cama de nuevo cuando el timbre volvió a sonar, entonces bufó molesto pero caminó hacia la puerta, entonces la abrió y ahí estaba.

-¡Harry!...¿Harry?.

-Hola Louis-dijo este con su voz profunda

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-Hola Louis-dijo este con su voz profunda.

El ojiazul intentó parecer fuerte y no flaquear haciéndose el duro pero por dentro era como pura mantequilla pues ver al ojiverde de nuevo en su puerta, después de no saber nada de él en cinco días lo estremeció y de repente sintió calor en todo su cuerpo.

-¿A qué vi-viniste?-preguntó dándole la espalda y sentándose en el sofá.

El empresario entró y cerró la puerta.

-Vengo por ti.

-Ah...o sea que vienes por mí...¿puedo saber para qué?.

Harry rió pues Louis ni siquiera se había dado cuenta de que estaba intentando ser indiferente y sólo estaba cubierto con un fino boxer, lo cual al ojiverde le encanto y no dejaba de mirarlo fijamente relamiéndose pues sólo pensaba en lo que ese pequeño trozo de tela ocultaba a la vista.

-Encima de que desapareces te ríes. Vaya... eres toda una caja de sorpresas, Styles—Habló molesto.

-La verdad es que sonrió porque me encantan las vistas pero si no quieres que celebremos la noche de bodas, antes de la ceremonia, mi querido Louis deberías cubrirte -dijo Harry volviendo a reírse.

El ojiazul se miró y abrió los ojos con cara de susto pues estaba desnudo y ni se había percatado, se puso rojo como un tomate y acto seguido corrió como un cohete hacia su dormitorio para ponerse algo de ropa encima.

Al poco tiempo regresó de nuevo haciéndose el duro.

-¿Qué quieres, entonces?- dijo dirigiéndose a la cocina para servir un par de cafés.

-¿Ya no te acuerdas?, hoy nos casamos-dijo Harry siguiendolo.

-Si, ya te escuché pero durante cinco días no he sabido nada de ti. Podías haberme hablado o al menos despedirte cuando te fuiste, no sé, escribir unas líneas en un papel- Louis estaba muy molesto.

Harry rió.

-Me encanta que me regañes, Lou...eres como una esposa celosa, ¿Me has extrañado?.

Louis lo fulminó con la mirada.

-¿El frío de Londres te dejó tonto o qué te pasa?, ¡Ni sueñes que te extrañe!, ¡es solo que podrías haber avisado!—le gritó— ¡no es correcto desaparecer sin decir nada!.

-Lo siento pero tenía que pensar bien las cosas.

-¿Acaso ya no quieres que nos casemos?-preguntó Louis rápidamente.

-Si...si que quiero y también tengo la esperanza de que llegues a quererme.

Louis bajo la mirada.

-No lo esperes, Harry. Yo no creo en el amor, eso es una ilusión para tontos.  El matrimonio solo te ata a otra persona y solo te hace sufrir...yo lo viví con mis padres-dijo Louis entristecido.

-¿Por eso solo te aferras al dinero?, ¿no esperas amar ni ser amado?—le preguntó el ojiverde cogiendo uno de los cafés que había hecho Louis y sentándose en la mesa.

-Me gusta, lo admito... y puedo parecer un interesado, lo sé pero no es un delito querer progresar y vivir bien.

-No, no lo es pero hay otras cosas más importantes, Louis y si tú me dejas te las enseñaré-dijo Harry levantándose y cogiéndole de la mano para que él se levantase también.

Estaban frente a frente mirándose fijamente, esa proximidad los abrumaba y sin más Harry acarició la mejilla de Louis suavemente lo que hizo que éste cerrase los ojos por inercia, luego acercó lentamente su cara a la del ojiazul y lo besó despacio y sin prisa.

Al ayudante se le escapo un gemido involuntario ante las sensaciones que ese beso le daba, entonces el empresario sonrió triunfante  y lo intensificó, atrapandolo por la cintura y atrayendolo mucho más hacia su cuerpo.

Se besaron intensamente durante unos minutos, hasta que el aire les faltó, entonces Harry siguió besando y lamiendo el cuello de su futuro esposo mientras este respiraba agitadamente intentando volver a la realidad.

-¡Para!...¡para¡...¡no!,¡no quiero!, ¡suéltame!-gritó de repente.

-¿Que ocurre, Louis?-preguntó Harry nuevamente confuso.

-No me a-acostaré co-contigo antes de ca-casarnos -dijo separándose y recuperando el aliento.

Harry entonces se puso serio.

-Está bien... si quieres hacerlo fríamente así será... como tú quieras, Louis,...te espero entonces en el juzgado número tres, a las cinco y trae un testigo... no tardes-dijo este bastante molesto antes de salir rápidamente por la puerta del piso y dejándole completamente solo.

 no tardes-dijo este bastante molesto antes de salir rápidamente por la puerta del piso y dejándole completamente solo

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50. El nuevo secretario- Segunda parte-Larry Stylinson💘(terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora