50. El nuevo secretario- Segunda parte-Larry Stylinson💘(terminada)

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5 años atrás:

...—Louis, atiende las mesas de fuera y echa a ese mendigo que está molestando a los clientes—dijo Darío, el dueño del restaurante «Fortune».

El ojiazul obedeció a su jefe, llevaba poco trabajando allí, no le gustaba pero era lo único que había encontrado para poder seguir pagándose la carrera.

Este salió a la terraza de la entrada y fue hacia el hombre en cuestión pero cuando le tuvo cerca y le vio la cara observó que tan sólo era un muchacho, el cual estaba sucio y llevaba ropa rota pero tenía una dulce mirada azul que irradiaba tristeza y dolor.

—Por favor no me eches... tengo mucha hambre. De verdad que yo no soy malo, por piedad ayúdame— le suplicó el chico.

Louis se le revolvió algo dentro al verlo, por lo que no tuvo corazón para echarlo a malas.

—Lo siento pero tienes que irte de la entrada o mi jefe llamará a la policía pero puedes ir por la parte de atrás. Intentaré pasarte algo de comida.

El rubio asintió, entonces Louis lo cogió del brazo para fingir sacarlo de la vista de su jefe.

—Llevo días sin comer y me robaron mi maleta. No tengo nada pero gracias señor... me llamo Niall Horan, ¿y usted?.

—Louis, me llamo Louis Tomlinson... anda espera aquí, yo tengo que volver al trabajo.

Niall se sentó en un bordillo mientras vio a Louis volver al restaurante y aunque su estómago ya dolía y apenas tenía fuerza, confió en las palabras del camarero ojiazul.

Louis siguió atendiendo a los clientes y cuando su jefe se fue al cabo de un rato, este fue a la cocina y cogió un plato de comida de los que la gente devolvía porque no estaba a su gusto y la cual siempre terminaba en la basura, luego cogió un botellín de agua y en complicidad con la cocinera que era una buena mujer, se lo llevó al hambriento muchacho.

Niall seguía donde Louis lo había dejado y el pobre se echó a llorar en cuando éste le entregó los alimentos

—Gra-Gracias Louis, mu- muchas gracias. Eres la única pe-persona bu-buena que me e-encuentro en esta cuidad.

—¿No eres de aquí, Niall?.

—No...yo soy de Irlanda. Llegué aquí hace un mes pero todo me salió mal y acabé así.... Yo no soy malo, soy bueno pero todos me tratan mal.

Louis estaba con el corazón en un puño pues ese chico le recordaba que podía haber sido él años atrás, luego de quedarse solo tras suicidarse su madre con pastillas y de que su padre se pegase un tiro.

Él había tenido suerte pues los vecinos lo habían ayudado mucho, dándole comida y cobijo hasta que pudo defenderse encontrando un trabajo que le permitió seguir con sus estudios.

La verdad era que si no hubiese tenido a esas buenas personas a su alrededor, él habría terminado así, vagando por las calles, hambriento y sucio.

Finalmente volvió al trabajo y dejó al chico, el cual se quedó allí comiendo sentado en aquel bordillo.

Durante el resto de la tarde, Louis no pudo sacarselo de la mente pues lo compadecía mucho y pensaba en que todo era muy injusto pues las buenas personas sufrían todo el rato y los malos disfrutan de riquezas y poder.

Por eso estudiaba empresariales y por eso quería llegar a ser un empresario importante y no tener que agachar la cabeza cuando un pez gordo lo humillara o lo mirara por encima del hombro.

Al oscurecer, cuando salió de su turno para volver a casa, sintió que lo seguían, entonces miró atrás y vio al muchacho muerto de frío.

—¿Aún no te has ido?.

—Tenía que devolverte esto y no podía irme sin dártelo. Esperé a que salieras para que no te regañase tu jefe—dijo Niall tendiéndole el recipiente y el tenedor en el que Louis le había llevado la comida.

El ojiazul mi se había acordado de eso, ¡pobre chico!—pensó pues este lo había estado esperando al frío, hasta que él había terminado su turno.

—¿Tienes dónde pasar la noche, Niall?.

El rubio agachó la cabeza.

—Suelo dormir en cualquier sintió del que no me echen.

Louis dudó pero finalmente pudo más el corazón.

—Ven...anda, pasarás la noche en mi casa. Además necesitas una ducha caliente con urgencia. Te daré algo de ropa y mañana veremos, ¿de acuerdo?.

El chico rubio levantó su cabeza y sonrió con sus ojos llorosos.

—Gracias Louis, verdaderamente eres mi ángel de la guarda.

—Jajaja, anda no digas tonterías —dijo este —vámonos ya, realmente hace mucho frío aquí fuera.

Llegaron a casa y Louis le señaló la ducha, luego le dio algo de ropa suya y se puso a preparar algo de cena.

Cuando Niall regresó parecía otra persona, sonreía ampliamente y no se diría que conociese la mendicidad para nada.

Louis había sentido una conexión especial con él y algo en su interior le había impulsado irremediable a ayudarlo.

Al día siguiente Louis le pidió a su jefe si podía contratar a Niall, alegando que era su amigo que había llegado a la ciudad y como este no lo reconoció, así lo hizo.

Louis también le ayudó a conseguir sus documentos de identidad, los cuales tenía en la cartera que le habían robado junto con sus maletas.

Día a día habían ido conociéndose más y más, de eso habían pasado ya cinco largos años, en los que los dos chicos eran más que amigos, eran hermanos y se entendían casi sin necesidad de hablarse.