En algún punto de la noche Harry había perdido a Malfoy de vista, el rubio, como anfitrión de la velada se encontraba saludando a todos sus invitados, diciéndoles palabras de cortesía, agradeciéndoles por sus donativos a la fundación y por su presencia en la fiesta. Pero ahora había desaparecido y Harry no podía sentirse más nervioso ¿A caso Malfoy había sido capaz de escaparse de su propia fiesta para huir al Londres muggle a hacer lo que sea que estuviese haciendo a escondidas?
No, imposible, había pensado Harry, él lo hubiera sabido, hubiera sentido su esencia mágica desvanecerse del lugar, Malfoy seguía por ahí, podía sentirlo, con dificultad por la cantidad de magos y brujas que había en el salón, pero lo hacía. Draco debía estar por ahí en alguna parte, tal vez bebiendo o hablando de negocios con alguien. Pero Harry no podía simplemente quedarse quieto, así que, deshaciéndose de Astoria Greengrass quién parecía genuinamente interesada en él, comenzó a recorrer el salón. Su caminata era casual, no quería que si Malfoy andaba por ahí creyera que lo estaba buscando, aunque esa fuese la verdad.
Fue hasta la mesa de los bocadillos y fingió repasar las charolas repletas de un montón de comida carísima, se entretuvo a propósito en los canapés cuando notó que un grupo de señoras comenzaba a acercarse mientras hablaban de los chismes de alta sociedad. No había señal de Malfoy.
Bastante frustrado Harry regresó junto a Astoria quién recibió con efusividad los bocadillos que el morocho le había llevado. Potter no podía creer su mala suerte, había logrado entablar una conversación con Malfoy, bastante entretenida y civilizada debía admitir, se habían coqueteado un poco incluso (El rubio era bastante descarado, Harry sin su máscara volvía a ser un chico medianamente tímido) y de repente, Malfoy se había evaporado de la casa. No era que Harry desease ligarse al ojigris, pero debía asegurarse de mantener la atención del chico en él, convencerlo de que estaba ahí en plan amistoso, que podían llevarse bien.
Miró el enorme reloj sobre una de las paredes del salón y por primera vez se dio cuenta de lo tarde que era, la fiesta pronto terminaría y no había quedado en buenos términos con el anfitrión, al menos no lo suficiente como para poder encontrárselo posteriormente e iniciar una animada y casual platica. Iba a fallar, por segunda vez desde que se había hecho auror iba a fallar, no tan miserablemente como la primera vez que le había ocurrido, pero iba a hacerlo y eso no le agradaba para nada.
Greengrass hablaba de algo que Harry no escuchaba realmente cuando Pansy Parkinson anunció que la velada terminaría exactamente en una hora, es decir, a las tres de la mañana, la pelinegra alentaba los invitados a socializar y a bailar recordándoles que no habría una fiesta similar hasta dentro de medio año o poco más. Al contrario de lo que uno pudiese creer, esto no desanimó a los aristócratas, todo lo opuesto, los hombres y mujeres de negocios parecieron más concentrados en cerrar tratos, lo más jóvenes no perdieron el tiempo y encontraron pareja para bailar y las señoras de alta sociedad comenzaron a hablar más rápido sobre los chismes de alcurnia.
Animada por el repentino impulso que tomó la fiesta, Astoria arrastró a Potter hasta al pista de baile pese a que él se negaba una y otra vez a bailar alegando la verdad y nada más que la verdad; él no sabía bailar y mucho menos al estilo de un vals medieval. Pero Harry no estuvo en la pista más de diez minutos, apenas había colocado sus manos alrededor de la chica cuando divisó una platinada cabellera entre el montón de gente que estaba ahí para divertirse.
Draco Malfoy se encontraba ahí, al centro de la pista y bailaba con Blaise Zabini. La gracia con que ambos jóvenes se movían era hipnotizante, sus pies parecían tan ligeros y se movían con la elegancia y la gracilidad de un cisne. Harry no podía dejar de observar la manera en que Malfoy aferraba su mano a la espalda de su compañero, con posesividad y pasión, sentimientos que Zabini parecía corresponder con sus cadenciosos movimientos dentro del baile. Aquellos dos hacían que un simple vals se saboreara sensual y erótico.
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El arte del engaño y la seducción.
FanficDrarry/Harco Harry Potter es un auror talentoso y con un futuro brillante por delante, vive una vida feliz y tranquila donde su mayor preocupación es seguir mejorando para poder ayudar a cualquiera que lo necesite, o al menos así fue hasta que una i...