Harry se encontraba en su oficina tratando de concentrarse en el papeleo que tenía sobre el escritorio, aquel que rezaba sobre las desapariciones de algunos jóvenes y cuya resolución no parecía estar cerca. Intentaba distraerse en el trabajo, aquella tarde había quedado de ir a casa de los Creevey. Después de su noche con Malfoy, aquella que verdaderamente había sido de ellos, y solo de ellos, el rubio le había hecho prometer que terminaría su relación con él, y Harry pese a no sentirse muy seguro de hacerlo, finalmente accedió. Malfoy no lo vería de nuevo si no cedía a su pequeña petición, Harry Potter debía ser exclusivamente suyo.
Por supuesto que Harry no se lo había pensado demasiado, sentía una gran pena por Colin, a quien prácticamente había engañado, y sabía que después de aquella noche con Draco, las cosas con el Gryffindor no volverían a ser las mismas, porque Harry jamás había engañado a nadie, él se tomaba muy en serio eso de la fidelidad y la honestidad en una relación. Y, ahora que había traicionado a su novio, poco creía ser capaz de verlo a la cara sin sentirse culpable y ruin, aunque tampoco era que se sintiera muy culpable. Sabía que Draco Malfoy era para él, no sabía porque, pero lo sabía, lo sentía al tocarlo, al besarlo y al sentirlo, lo sabía con solo mirarlo a los ojos, con aspirar su colonia carísima de importación que solo olía fantástica porque se mezclaba con su aroma natural.
Al moreno poco le importaba que Malfoy no pudiera brindarle una relación estable como la que tenía con Creevey, estaba tan necesitado de él que no le importaba recibir únicamente noches de sexo sin cariño mutuo o amor. No le importaba no tener tardes de películas o alguien a quién le importase si había cenado, o si había regresado con bien después de una misión, lo único que a Potter le importaba era tener un poco de Draco, aunque fuesen meras migajas.
O al menos así era la mayor parte del tiempo, intentaba convencerse a sí mismo que peor era nada, que estaba contento tal y cual estaban las cosas. Cuando estaba con el ojigris todos sus problemas desaparecían, el insomnio, las náuseas, la irritación y la depresión, cuando estaba con él, todo mal desaparecía, era un hombre nuevo y renovado. No sabía que se debía, simplemente lo sentía como algo correcto, lo sentía como una verdad tan absoluta que ni si quiera se animaba a cuestionarla.
El caso de las desapariciones avanzaba poco a poco, Harry ya había memorizado cada uno de los archivos que habían llegado a sus manos, así como los rasgos faciales de las víctimas y su esencia mágica. Las piezas poco a poco iban embonando, pero aún habían huecos en aquella investigación, y no huecos cualquiera, huecos gigantescos; los aurores aún no sabían el porqué de las desapariciones de aquellos jóvenes, el autor no había pedido rescate y sus cuerpos no habían sido encontrados por ninguna parte, Harry pensaba que seguramente estaban siendo usados para tráfico de personas, tal vez servicios sexuales o tráfico de esencia mágica. El segundo punto era que, el autor parecía ser bastante inteligente o poderoso, pues no había dejado ni la más minúscula pista a la hora de hacerse con una de las víctimas, se había asegurado de que nadie buscaría a aquellos jóvenes en al menos un par de días, y en su mayoría eran chicos por los que nadie reclamaría nada, pues eran extranjeros o no tenían familia quién levantara una denuncia.
Era un caso importante, que, aunque el ministerio había tratado de encubrir para no levantar el pánico colectivo, poco a poco se iba filtrando y los rumores habían comenzado a llegar al exterior, los padres preocupados no dejaban que sus hijos salieran solos, sobre todo aquellos que no iban a Hogwarts y muchas veces, la oficina de aurores recibía mensajes de padres que aseguraban haber visto a alguien sospechosos rondando sus casas, situación que tenía a Robards con los pelos de punta. Si a eso le sumaba el caso de Michael Corner, un ex auror que había atacado a un civil en plena luz del día, en un lugar público y que, había fallecido en el hospital junto al resto de sus compañeros de crimen sin posibilidad a declarar por su estado, después de casi cuatro meses de permanecer inconsciente, el jefe de los aurores no podía sentirse más presionado.
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El arte del engaño y la seducción.
FanficDrarry/Harco Harry Potter es un auror talentoso y con un futuro brillante por delante, vive una vida feliz y tranquila donde su mayor preocupación es seguir mejorando para poder ayudar a cualquiera que lo necesite, o al menos así fue hasta que una i...